#MAKMAArte
‘THE ART OF RESISTANCE’ con Ucrania
Sala de Exposiciones Municipal de Algemesí
Casino de Algemesí
Muntanya 24, Algemesí
Hasta el 5 de Junio de 2022.
‘THE ART OF RESISTANCE’ se trata de una exposición organizada por Alejandro Villar, Svitlana Davydenko, y Yuliia Stepanok, cuyas comisarias han logrado huir de la Guerra de Ucrania trasladando la obra de casi 60 artistas desde la frontera con Polonia, mientras que otras fueron recibidas por correo.
El Ajuntament d’Algemesí aspira a través de esta exposición, recaudar fondos tanto con donaciones como con la venta de obras de los artistas para enviar agua, alimentos, medicinas, chalecos y cascos antibalas, y poder refugiar bajo techo a la población ucraniana que está sufriendo las catástrofes de una guerra. También, se puede donar a través de la página web de ‘THE ART OF RESISTANCE’ en donde se puede conocer con más profundidad a los artistas que conforman esta exposición.
‘THE ART OF RESISTANCE’ se trata de una ‘’exposición de emergencia’’ como expresó el comisario y profesor del Departamento de Historia del Arte de la Universitat de València, Alejandro Villar. En el cartel de la exposición se aprecia una botella y una copa de champagne como símbolo del momento y la espontaneidad con que los comisarios se conocieron y llevaron a cabo este proyecto de forma urgente. El champagne es empleado a modo de coctel molotov, como herramienta de resistencia
artística que tiene la emergencia de ser lanzada por todas las personas que sus derechos humanos han sido violados. La artífice de este cartel es Daria Filippova, quien denominó su obra como ’El coctel con el que toda chica sueña’.
La nómina de artistas está integrada por Halyna Andrusenko, Badartist, Mira Baсhkur, Vasylyna Buriianyk, Veronika Cherednychenko, Vitalii Dumyn, Denisenkov Iurii, Fokina Alina, Gargol Nika, Gromyk Nataliia, Krishovsky Dmytro, Dymtro Fedorenko, Pavlo Fulei, Pavlo Kakula, Yuro Kam, Roman Khrushch, Alina Konyk, Anna Kovalchuk, Lesia Kovalchyshyn, Danylo Kovach, Alena Kuznetsova, Litvinova Yulia, Logov Anton, Morozova Olga, Naumova Mascha y NuNA.
La completan: Olefirenko Ksenia, Solomia Ortynska, Anna Partyka, Maryna Diachenko, Kateryna Koistelna, Bohdana Patsiuk, Vadim Panchenko, Yuliia Petliukh, Marie Plyatsko, Dzvinya Podlyashetska, Gaya Arushanian, Hanna Lopuszanki, Andriy Roik, Zirka Savka, Uliana Shchabel, Polina Shcherbina, Marina Suslova, Anastasia Smoky, Artem Proot, Sergii Hrychaniuk, Illia Skuba, Oleksandra Sysa, Anton Vernygor, Maksym Zhuravchak, Gromyk, Vobo.
Todo este equipo ha demostrado que el arte continua siendo un arma de defensa (anti)bélica, como se puede apreciar en los erizos checos realizados por los escultores para impedir el paso de los tanques rusos. Muchos pintores y artistas gráficos se han tenido que alistar en las fuerzas armadas para combatir contra el ejército ruso.
El arte se ha convertido no solo en el primer recurso, sino en el último de los artistas que están sobreviviendo a la miseria de todas las pérdidas humanas y materiales día tras día. El arte es la herramienta más efectiva de concienciación social contra la guerra y la sociedad que vive ajena a ella. El arte se trata de la arma de diálogo más poderosa como lenguaje universal para denunciar los horrores de una guerra.
Todo este colectivo de artistas posiblemente constituyan una generación, ‘la Generación del 22’, como grupo reaccionario ante los traumas y las devastaciones de un conflicto bélico, que nos introducen a través de sus obras pictóricas.
En ellas, podemos ver las diferentes situaciones inhumanas que está sufriendo la población ucraniana. Dzvinya Podlyashetska (@dzvinya_studio) nos reafirma bajo las gamas tonales empleadas con una fuerte saturación y las máscaras del expresionismo alemán de Munch y Nolde, cómo las mujeres continúan siendo violadas, torturadas y asesinadas en pleno siglo XXI como botín de guerra del ejército ruso.
De este modo, regresa el tópico de la famme fatale, expresado a través de la inocencia que simboliza la mujer frente a la monstruosidad masculina de los violadores y asesinos. Las figuras femeninas
están aterradas y paralizadas y con razón. Por desgracia, vemos mujeres acorraladas y sin escapatoria de la situación que no solo les ha tocado vivir, sino por la que han tenido que morir. También, se puede observar ese fuego infernal heredado de ‘El Guernica’ de Picasso, en donde una mano pide que la socorran y le auxilien, como signo de esperanza y de fé en la humanidad que no tolere que pasen esas barbaries.
De esta misma artista, la siguiente obra nos sitúa en el duelo de la población que no para de enterrar a sus seres queridos. Vemos en las tumbas representadas con ese negro fúnebre y de luto, como son sepulturas de personas ucranianas anónimas (como podemos ver los colores de la bandera sobre las cruces), que han sido asesinadas indiscriminadamente más allá de haber sido personas con nombres y apellidos.
Ucrania se ha convertido en una fosa común, en donde vemos ese color verde esperanzador, con ese carácter regenerador de la naturaleza, complementado con el blanco puro e inocente de la mujer descalza que deja flores, como elemento de vida sobre sus difuntos, los cuales están enterrados sobre un río rojo de toda la sangre corrida.
En la obra de Maryna Diachenco (@marina_diachenko), apreciamos una noche estrellada en cuyo punto de fuga se ve un eclipse, a modo de dicotomía astral entre la vida y la muerte, como apreciamos en las almas que deambulan sin una dirección clara hacia el más allá.
El carácter metafísico y existencial lo podemos visualizar en las tonalidades del cuadro precedente de Van Gogh, compartidas entre el cielo nocturno pintado de azul oscuro, contrastado con ese amarillo que brilla en la oscuridad, cuyas gamas están interrumpidas por ese rojo fuego de los bombardeos. Dicha cohesión pictórica cargada de simbolismo, representa toda una visión platónica, en ese paralelismo de colores entre las almas de abajo y los elementos de la parte superior.
Podemos percatarnos cómo las obras de Polina Scherbina (@pollyshch) y de Zirka Bavka, se podrían tratar perfectamente de la serie de ‘Los Desastres de la Guerra’ de Goya, materializando el impacto bélico sobre los bebes y la maternidad.
Vemos en el bebe de la primera artista como está caricaturizado el rostro. Dicha máscara facial deshumanizadora está expresando mediante su llanto natal los horrores que ni un chupete le pueden hacer callar. El bebé está llorando sangre, como alegoría de todas las madres que han perdido a sus bebes prenatales a causa de las consecuencias
bélicas. En la obra de la segunda artista, se aprecia un panorama desolador mediante ese trazo desgarrado, no solo por el tratamiento otoñal de las ramas, sino por la tensión que hay en la madre inerte que todavía agarra y protege a su criatura. Está representada como si de la madre tierra se tratase. Es decir, como si pese a su ausencia, continuase siendo una fuerza poderosa de la naturaleza con la que amparar y dar fuerzas al bebé por el que ha dado su vida.
Finalmente, podemos observar una explícita crítica mordaz a la manipulación de la realidad por parte de los medios de comunicación. En esta obra de Nuna (@code_meraki), vemos cómo una cámara ha registrado diferentes imágenes, con las que aparentemente muestra ‘’verdades’’ como nos indica mediante el empleo del color amarillo.
Frente a todo lo captado por la cámara que se está emitiendo en televisión, no hay ojos que razonen ante lo que ven. Mediante las antenas que hay en la parte superior del televisión analógico y conectado por cables, Nuna nos alerta al espectador de que el contenido trasmitido es falso, y que solo nos llega lo que realmente les interesa contar a los medios.
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