Global Player, de Hannes Stöhr
Película de clausura del Festival Internacional de Cine de Valencia – Cinema Jove
Del 20 al 27 de junio
El gigante alemán también llora. Eso es lo que Hannes Stöhr nos cuenta en su película Global Player, con la que Cinema Jove clausuró su festival de cine tras una semana de intensa y brillante actividad cinematográfica. No sólo narra las dificultades por las que pasa una familia de empresarios alemanes, los Bogenschütz, para salvar del desastre su longeva empresa textil, sino que, de paso, radiografía la Alemani nazi, que encarna el padre de familia, y la brutal competencia del gigante chino, en forma de tiburón que viene a devorar lo que tanto ha costado a la familia Bogenschütz.
Michael (Christoph Bach), hijo del gran jefe de la empresa, se halla en la tesitura de tratar de defender el legado del padre (Walter Schultheib) o vender la empresa a los chinos. Las diferencias entre la generación de Paul, conductor de camión durante la Alemania nazi, y la de sus hijos Michael, Marlies (Inka Friedrich) y Marianne (Ulrike Folkerts) se hacen patentes durante la celebración del 90 cumpleaños del cabeza de familia de los Bogenschütz. La lucha interna irá en paralelo con la pugna que mantienen con Chang Wong (Kevin Chen), representante de la firma china que quiere hacerse con la empresa textil alemana.
Hannes Stöhr pone en relación ambos conflictos y, lejos de mostrar el abismo al que puede conducir el crudo desvelamiento del pasado nazi de Paul y la ineludible absorción de la empresa por los chinos, narra los esfuerzos por superar todo lo que a los Bogenschütz se les viene encima. El padre no entiende que se pierda dinero con cada máquina que su empresa produce. No lo entiende porque se niega a creer que el gigante asiático, con sus menores costes de producción, pueda finalmente hacerse con su empresa familiar ahora en crisis.
Kevin Chen explicó, tras el pase de la película en la Sala Berlanga de la Filmoteca de Valencia, que el “peligro amarillo” no sólo se debe a los bajos costes de producción en China, sino a la compra del ‘know how’ (conocimiento) europeo por parte de las grandes empresas asiáticas. Aunque advirtió que esa ventaja también era un problema para los vecinos de China, como Taiwán o Hong Kong, que se ven igualmente amenazados por el régimen comunista, tan falto de libertades como sangrante a la hora de explotar mano de obra barata.
Los Bogenschütz, tras asumir la cruda realidad, se enfrentarán al gigante chino poniendo en juego su patrimonio familiar, lo que dará lugar a una serie de situaciones en las que irán aflorando sentimientos encontrados. Hannes Stöhr radiografía ese trayecto de enfrentamiento intergeneracional, mostrando los claroscuros del pasado nazi y de la Alemania actual, en el marco de una crisis bien detallada mediante la oposición entre dos gigantes, uno venido a menos y otro sumamente crecido.
Global Player, al que alude el título, es el operador global que la familia Bogenschütz admite como salida de la crisis para su empresa. Hasta llegar ahí, Stöhr somete a tan industriosa familia alemana a una larga serie de conflictos que, al tiempo que desnuda por dentro al clan familiar, permite comprender un poco mejor los entresijos de la economía de alto standing. Una clausura perfecta para Cinema Jove, festival proclive a abrir interrogantes allí donde otros los cierran. Si CulturArts levantara la cabeza…
Salva Torres
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