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‘Que nadie duerma’, de Antonio Méndez Esparza
Con Malena Alterio, Aitana Sánchez-Gijón y José Luis Torrijo, entre otros
Guion: Antonio Méndez Esparza y Clara Roquet
Basada en la novela homónima de Juan José Millás
122′, Coproducción España-Rumanía | Aquí y Allí Films, Wanda Visión, ICAA, 2023
Cines Lys
Paseo de Russafa 3, València
Estreno el 17 de noviembre de 2023
En 1998, se estrenó en la Ciudad Prohibida de Pekín la ópera ‘Turandot’, después de varias décadas de prohibición del Gobierno chino. Fue un evento extraordinario y grandioso. La dirección musical estuvo a cargo de Zubin Mehta, y la parte artística y la grabación quedaron bajo la responsabilidad del director de cine Zhang Yimou (autor de películas maravillosas como ‘La joya de Shanghai’, ‘La linterna roja’ o ‘La casa de las dagas voladoras’). Los papeles principales estaban representados por cantantes occidentales: las sopranos Giovanna Casolla y Barbara Fitolli, y el tenor Sergej Larin.
Turandot es una princesa que corta la cabeza de los pretendientes que no consigan resolver acertadamente tres adivinanzas. El tema más conocido de la ópera es el aria ‘Nessun dorma’, una de las composiciones más bellas de la historia de la música y motivo principal de la banda sonora que da título al filme. Esta ópera de Giacomo Puccini ha dado lugar a un gran número de versiones, revisiones y reinterpretaciones, además de diversas polémicas por su visión exótica y orientalista de China marcada por el contexto colonial en el que se originó.
En esta ocasión, Antonio Méndez Esparza parte de un texto del escritor Juan José Millás para contar la historia de Lucía, una informática que ha sido despedida de su empresa sin que le devuelvan el sueldo de seis meses. La protagonista tiene que reinventarse, sacándose una licencia de taxi para ganarse la vida. A lo largo de los diferentes trayectos por el paisaje urbano del barrio madrileño de Usera, se cruzará con una serie de personajes que no aparecen en su vida de manera totalmente azarosa.
Lucía se enamora de un actor que se hace llamar Calaf, como el protagonista de Turandot. A medida que avanzamos en la historia, se produce una identificación progresiva con la fría y sangrienta princesa de la ópera y la narración adopta un cariz trágico. La actriz Malena Alterio da vida a este complejo personaje, añadiéndole un estrato de humor que no está presente en la ópera, pero sí en el libro de Millás.
Una de las claves para conseguir esta comicidad es la duración de la escena. Hay un tiempo suspendido en el que la película se permite divagar, pero forma parte de la propia narración. Para conseguirlo, el director recurre constantemente a la improvisación. La estructura viene dada por un guion a partir del cual surgen todo tipo de variaciones o situaciones accidentales.
Como contaba Alterio durante la presentación del filme en Cines Lys València, “hemos trabajado improvisando. Cada día era una sorpresa. El director me decía: ‘Ahora van a venir estos dos y te van a vender una licencia de taxi’. Y así era, día tras día”. Méndez Esparza asegura tener cierta fobia a todo lo que no sea realidad: “Para mí, el cine va unido a la idea de capturar la realidad de los hermanos Lumière. Si me hubieran dado más presupuesto, habría añadido dos horas más solo con Malena en el taxi, encontrándose con gente. Hay una parte de retrato contemporáneo, de documento gráfico, que me apasiona del cine”.
En este sentido, la película huye completamente de la sobreactuación a la que nos tienen acostumbradas tantas producciones españolas en cine y televisión (especialmente, las de temática histórica). Lo que nos ofrece ‘Que nadie duerma’ es una ficción con elementos de tranche de vie pensados para dar naturalismo a una historia que se bifurca en giros surrealistas, sacando el máximo partido al extraordinario rango interpretativo de Alterio.
A pesar de las dificultades que implica un papel como este, la actriz “siempre abraza el instante y lo hace suyo. Su interpretación tiene muy poca dirección”, afirma Méndez Esparza. Solo una intérprete de su altura es capaz de defender un papel trágico con tintes de humor que no resulten forzados, haciendo que parezca fácil. En sus propias palabras: “El ser humano es comedia, es tragedia… Y así entiendo yo los personajes. En todo lo que hago le pongo humor, aunque esté en el drama más absoluto. Es parte de mi estilo y de mi forma de ser. Así entiendo al ser humano”.
Tal vez esta sea la clave del naturalismo de la película: ¿acaso resulta creíble en España un papel trágico completamente destilado de toda hilaridad? ¿Acaso no está la cotidianidad de los españoles y las españolas preñada de chascarrillos, burla, guasa, mofa y pitorreo incluso en los momentos más duros de nuestras vidas? Especialmente, entre la clase trabajadora que aquí se retrata, que no solamente practica la sátira, sino que la recibe constantemente por parte de las clases privilegiadas.
Esto es algo que Méndez Esparza narra especialmente bien. Sin destripar la película, una de las líneas argumentales más interesantes es el expolio de las historias que pertenecen a la clase obrera para monetizarlas. Así, los encuentros de Lucía con los clientes en su taxi se terminan convirtiendo en fuente de ingresos para un grupo de frívolos profesionales del mundo de la cultura.
Por otra parte, uno de los puntos débiles de ‘Que nadie duerma’ quizá sea no haber retratado –con esa naturalidad y ese gusto por lo real que caracteriza a la película– de manera más fiel el barrio madrileño a través de sus habitantes. Se dice que Usera es el barrio chino de Madrid y, sin embargo, pese a la influencia orientalista de la ópera de ‘Turandot’, la película apenas se adentra en este contexto cultural que queda únicamente de telón de fondo.
Pese a lo difícil que es hacer un casting, apostaría que debe de haber actores y actrices de ascendencia asiática que habrían hecho un gran trabajo y, probablemente, habrían agradecido esta oportunidad laboral. Intérpretes como Alberto Jo Lee o Almar G. Sato han llamado en varias ocasiones la atención sobre la discriminación que sufren en la industria pese a ser españoles.
No hubiera sido un desvío tan inverosímil. Después de todo, el director confiesa que la adaptación es bastante libre: “Juan José Millás fue muy generoso y nos dio total libertad. Yo me enamoré del libro, era una novela fabulosa con un personaje fantástico, con muchos matices. Había una parte que era inadaptable, pero creo que hemos respetado la esencia de la protagonista”.
Para Malena Alterio, la grandeza de Lucía es que “ella toma las riendas de su vida, sobre todo en relación a los hombres. Ella decide cuándo y cómo se acuesta con ellos… y luego le cagan la vida… Pero tiene mucha seguridad y no se regodea en lo mal que le ha ido. Pelea por lo que es justo, por que le devuelvan el dinero, pero trata de mantenerse en pie. No es un personaje lastimero”.
Por momentos, el argumento tiene connotaciones de pesadilla kafkiana en los intentos del personaje principal de enfrentarse a la empresa que le despidió y al aparato burocrático que debería defender sus derechos. Pero también hay otras conexiones literarias más sutiles, como sucede con ‘El cuervo’, de Edgar Allan Poe, figura simbólica que en la película se podría interpretar como la sombra de la depresión que asolaba a la madre de Lucía.
En resumen, ‘Que nadie duerma’ es una película con muchas capas; con elementos de tragedia operística, de humor castizo, de interpretación improvisada que abraza lo contingente, y de película de suspense con carácter de novela negra. Es una propuesta diferente cuyo mérito reside también en la labor de Pedro Hernández, el productor de Aquí y Allí Films.
Conocida por películas como ‘Mantícora’ o ‘Magical Girl’, del director madrileño Carlos Vermut, Aquí y Allí Films está haciendo posible la apuesta por un cine que parece manifestar afinidades y resonancias con la americana A24. De esta firma han surgido películas independientes que ocasionalmente alcanzan la categoría de blockbuster, como ‘Todo a la vez en todas partes’ o ‘Ladybird’. ¿Será ‘Que nadie duerma’ el próximo taquillazo de una película de este estilo?
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