#MAKMAEscena
‘Maria Stuarda’, de Gaetano Donizetti
Libreto: Giuseppe Bardari, basado en la novela de Friedrich Schiller
Dirección musical: Maurizio Benini
Dirección de escena: Jetske Mijnssen
Dirección de escena de la reposición: Jean-François Kessler
Reparto: Eleonora Buratto, Silvia Tro Santafé, Ismael Jordi, Manuel Fuentes, Carles Pachon, Laura Orueta
Les Arts
Avda. del Professor López Piñero 1, València
Del 10 al 22 de diciembre de 2023
“Cuanto más tiempo dura esta espantosa, esta maligna, esta tremenda, magnífica y tenaz lucha, tanto más ásperamente se alzan, una frente a otra, las dos antiguas adversarias. María Estuardo e Isabel”. Así recoge Stefan Zweig en la biografía novelada ‘María Estuardo’, el enconado enfrentamiento por el trono entre la reina de Escocia y la de Inglaterra, en el siglo XVI. Lucha, sin duda letal, de la que el Les Arts se hace eco en la ópera homónima de Gaetano Donizetti.
Friedrich Schiller se encargó de narrar la tensión sin límites entre ambas reinas, imaginando un hecho que nunca se llegó a producir: el encuentro entre las primas María e Isabel. Sin embargo, fue suficiente que ambas anhelaran el poder que confería el trono de Inglaterra, para que el relato trascendiera la lógica histórica con el fin de plasmar el núcleo incandescente de su rivalidad.
“Ambas actúan frente a un espejo en el que se refleja lo que les atrae y lo que rechazan por igual”, subrayó Jean-François Kessler, director de escena de la reposición de ‘Maria Stuarda’, que realizó Jetske Mijnssen. Para ello, la escenografía está pensada “sin muebles ni accesorios”, añadió Kessler, apelando a la “textura, el muro, el suelo y el mismo minimalismo” con el que se abordó ‘Anna Bolena’, la primera parte de la Trilogía Tudor (que continúa con ‘Maria Stuarda’ y completará ‘Roberto Devereux’), que Donizetti compuso en torno a la figura de Isabel I de Inglaterra.
“Nadie hay ya sobre la tierra a quien María Estuardo pueda odiar a no ser a esta única, a Isabel. La gigantesca lucha de pueblos que duró dos decenios se ha trocado en un desafío entre dos personas. Y en esta pelea, de una mujer contra otra, no hay ya lugar para ninguna negociación; ahora es a vida o muerte”, resalta Zweig en su ‘María Estuardo’.
“No es tanto una ópera con discurso político o religioso, como uno más humano entre dos mujeres enfrentadas, profundizando en su psicología”, señaló Maurizio Benini, director musical de “uno de los grandes títulos del bel canto, de gran exigencia vocal y que se basa en un triángulo amoroso por el poder”, precisó Jesús Iglesias Noriega, director artístico del Palau de les Arts.
Para profundizar en esa psicología de las dos reinas enfrentadas a muerte, Kessler destacó la importancia de la escenografía, diseñada para reflejar el tormento de María Stuarda, sobre todo en el instante de la oración final, donde “más que glorificar a la reina católica, vemos su atrocidad de tener que enfrentarse a la muerte”. Pese a todo, su decapitación no resolvió el problema: “Isabel siguió atormentada, por la forma en que se llevó a cabo la ejecución. Hay una nebulosa, una falta de claridad acerca de lo acaecido”, remachó el director escénico de la reposición.
Eleonora Buratto encarna a la excesiva María Stuarda aprovechando unas cualidades vocales que, según explicó, ha ido depurando al lado de Maurizio Benini, a quien ensalzó: “Me ha ayudado a encontrar todos los matices necesarios”, porque -subrayó- “no es solo cuestión de voz, sino de saber utilizarla”.
Para que el bel canto -caracterizado, según Benini, por sus repeticiones- no sea sinónimo de aburrimiento, Buratto se animó a dar un consejo: “El secreto es cantar con el corazón y ajustarse a las dinámicas de la música, sabiendo interpretar sus matices”. La escenografía también ayuda: “La habitación, que cuenta con una visión central en perspectiva, cambia la sensación acústica”, agregó.
La Orquestra de la Comunitat Valenciana y el Cor de la Generalitat, dirigido por Francesc Perales, contribuyen al engrandecimiento musical de una ópera que, estrenada en Nápoles en 1834, llegó a ser censurada por las palabras con las que Stuarda define a su prima Isabel, nada menos que la reina entonces de Inglaterra, llamándola “bastarda”. “Esa ofensa hoy carece de importancia, porque no existe esa censura”, indicó Benini.
Son otras las diferencias que hoy, más de corte ideológico que religioso, podrían ser pasto de la cultura woke. Como similares son, en todo caso, las pasiones que concitan las luchas por el poder. Pasiones únicamente adormecidas en la paz de los cementerios. “Ahora”, concluirá Zweig la biografía de María Estuardo, “la antigua discordia está apaciguada para siempre; ya no se disputan, una a otra, el derecho y el espacio”.
“Y las que durante la vida se evitaron hostilmente y jamás se miraron a los ojos, cara a cara, descansan, por fin, ahora, fraternalmente reunidas, en el mismo sueño sagrado de la inmortalidad”. Es el colofón de un relato que la música de Gaetano Donizetti revive (a partir del libreto de Giuseppe Bardari basado en el de Schiller) en el Palau de les Arts, de la mano de Maurizio Benini y las voces de Eleonora Buratto (María), Silvia Tro Santafé (Isabel) e Ismael Jordi (conde de Leiester), cerrando el triángulo más que amoroso, pulsional y destructivo.
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