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‘Manuela Ballester. Pintar frente a todo’
Comisariado: Carmen Gaitán Salinas
Centre Cultural La Nau
Universitat 2, València
Hasta el 1 de septiembre de 2024
La Universitat de València ha presentado en el Centre Cultural La Nau la mayor retrospectiva de la artista valenciana Manuela Ballester (Valencia, 17 de noviembre de 1908 – Berlín, 7 de noviembre de 1994). Justo cuando se cumplen 30 años de su muerte y en el marco de la programación que la Universitat de València dedica al 8M, la exposición reúne más de 380 obras y documentos y da a conocer material inédito de tres países en los que residió la artista: España, México y Alemania.
‘Manuela Ballester. Pintar frente a todo’ es fruto de casi una década de minuciosa investigación y está comisariada por Carmen Gaitán Salinas, científica titular del Departamento de Historia del Arte y Patrimonio de CSIC. La muestra quiere contribuir a comprender el alcance y la importancia de la actividad artística de la pintora, al tiempo que arroja luz sobre obras inéditas y se establece como la primera gran retrospectiva de la artista que aúna numerosas y heterogéneas obras, por su formato, lenguaje y técnica, de su extensa producción, fuera y dentro de España.
Desde Valencia pasando por el exilio mexicano y la República Democrática Alemana: experimentó una vida entre pinceles, murales y luchas personales. La exposición integra pinturas -incluidos retratos, género pictórico en el que la artista destacó-, ilustraciones en revistas y portadas para editoriales, figurines de modas, carteles y proyectos murales y publicitarios. Estas obras se ponen en contexto con fotografías, publicaciones y documentos de archivo que ayudan a conocer su compleja trayectoria.
Creadora incansable, Manuela Ballester, perteneciente a la llamada “generación valenciana de los treinta”, forjó, con tenacidad y esmero, un legado que trasciende fronteras y épocas, pero cuya obra “todavía esperaba un merecido reconocimiento”, según indica Gaitán Salinas en varias publicaciones sobre la prolífica artista valenciana.
“El título de la exposición intenta reflejar esas dificultades y obstáculos -como diría Germaine Greer- que tuvo que afrontar Ballester, derivadas de sus roles como esposa, al lado de un artista como Josep Renau, y madre de una familia numerosa, al tener que hacerse cargo de sus cinco hijos, pero también de la obligada huida de la patria”, añadiendo Gaitán Salinas que la producción de Ballester fue determinante para “la Modernidad española, para la República y, por supuesto, para los contextos del exilio”.
La singularidad de esta exposición radica en que es la mayor retrospectiva sobre la artista y en que la Universitat de València se ha convertido “en el punto de encuentro” de las distintas obras. Con un total de 50 prestadores, en su mayoría coleccionistas privados, la mayor complejidad para la comisaria y la Universitat de València ha sido precisamente localizar y registrar, para luego reunir en un único lugar la heterogénea y amplia producción artística.
Además, la exposición cuenta con la colaboración institucional del IVAM, la Diputación de Valencia (Igualdad), la Fundación Josep Renau, el Ministerio de Ciencia e Innovación (Instituto de Historia – CSIC) y el Ministerio de Igualdad (Instituto de las Mujeres).
La exposición, que ocupa las salas Acadèmia y Estudi General, se articula en cuatro secciones. El recorrido se inicia precisamente en la Acadèmia, donde pueden visitarse las tres primeras secciones que dirigen la atención hacia la formación de la artista y sus años de juventud, su actividad durante la República y el conflicto bélico español y, por último, el amplio abanico de lenguajes y medios artísticos en su exilio mexicano.
En la parte dedicada a los años de formación artística se ha recuperado diversa documentación sobre cómo empezó su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos y su probable paso por el taller de fotograbado de su tío Estanislao Vilaseca. También se recogen los primeros concursos que ganó y sus primeras obras en algunas publicaciones, como la portada para la revista Blanco y Negro, o sus primeros lienzos, como el cuadro Mis hermanitas Rosita y Fina (1929). Incluso, algunos trabajos de formación, que ven la luz por primera vez para la ciudadanía al recuperarse expresamente para esta exposición.
La segunda sección está dedicada a la República y a la guerra civil española y pone de relevancia el papel que tuvo la artista en este periodo, pese a tener ya un hijo pequeño y dar a luz a su segunda hija en pleno conflicto, en 1937. Manuela Ballester tuvo un papel muy activo y fue una persona muy concienciada sobre lo que las mujeres podían hacer dentro de la retaguardia y en favor del frente republicano.
De hecho, Ballester fue fundadora y directora de la emblemática revista Pasionaria, creada en València, de la que se muestran varios ejemplares. Este apartado también incluye material inédito, como el diseño del cartel Nuestra fuerza es también necesaria para la victoria (1938).
Asimismo, incorpora un guiño a la colaboración entre el matrimonio de artistas: la realización de la portada y la contraportada para un número de la revista Ejército del Ebro, donde Renau realiza la cubierta y Manuela Ballester la parte posterior de la publicación.
La tercera sección, titulada ‘Mis días en México’, se dedica a los 20 años de exilio que Ballester estuvo en este país. Uno de los apartados con más obras: más de 60 piezas en pared y 70 en vitrina, aparte de vinilos y otros materiales. Es una etapa muy prolífica, porque reúne las obras desde junio de 1939, cuando el matrimonio Renau-Ballester llega al país americano, hasta agosto de 1959, año en que Manuela decide exiliarse a la RDA, donde ya se había marchado Renau un año antes.
Muchas de las obras de esta etapa son encargos para el taller de publicidad puesto en marcha por Renau, lo cual contribuyó a subsistir en la situación de crisis sobrevenida por el exilio. Fueron proyectos de diferente naturaleza en los que en ocasiones colaboró la familia y donde se enmarcan, por ejemplo, los carteles de cine o los trabajos para publicidad.
Por otro lado, en este apartado también se ve la labor de Ballester como ilustradora en numerosas publicaciones, entre las que destaca la dirección artística de la revista Mujeres Españolas, así como su presencia en el mundo de la indumentaria y su personal destreza como retratista: le gustaba representar a sus amistades y, muy especialmente, a su familia.
La exposición ha conseguido el hito de reunir por primera vez los retratos de sus cinco hijos realizados entre el verano y el otoño de 1949, algo muy complejo porque los cuadros de los cinco hermanos pertenecen a distintos coleccionistas. También aparece un retrato dibujado a carboncillo del rector de la Universitat de València, José Puche, exiliado a México y que Manuela Ballester retrato en 1945 porque era amigo de la familia.
Por último, la sala Estudi General recoge ‘La RDA y otros viajes’, unas 80 piezas en pared y aproximadamente 35 en vitrina para visualizar los 35 años –de 1959 a 1994- de la vida de Ballester. Y es que, aunque la artista vivió en Alemania, realizó muchos viajes, ya que se instaló en el país germano solo con sus dos hijos pequeños, pero tenía a su familia y amigos repartidos, entre La Habana, Barcelona, México y València, y viajó sin descanso para reunirse con sus hijas, hijos, hermanas y hermanos.
En esta sección se reúnen por primera vez cuatro paisajes nevados alemanes pertenecientes a distintas colecciones privadas. Hay una gran cantidad de dibujos de Berlín hechos a carboncillo y numerosos grabados de corte político realizados para publicaciones como España Republicana, pero también otros de temáticas más amables.
Igualmente, en la última parte de esta sala, se incluye una gran cantidad de retratos -algunos también inéditos- y folletos de galerías valencianas donde Ballester expuso entre 1975 y comienzos de 1980, además de otras piezas.
A través de esta gran retrospectiva sobre Manuela Ballester, la Universitat de València ratifica su compromiso con el arte en el exilio. En este sentido, 2007 organizó la exposición Josep Renau (1907-1982): Compromiso y cultura, que marcó un referente y que ahora se cierra con otra figura clave en este periodo: Manuela Ballester.
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