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‘Prohibido no tocar’, de Tatiana Roig
Galería Cuatro
La Nau 25, València
Hasta el 11 de mayo de 2024
Las obras de arte plástico se exhiben al público bajo un precepto inviolable: ver, pero no tocar. El arte táctil es una excepción, pues ha sido concebido para que personas invidentes puedan percibir su belleza a través del sentido del tacto. Lógicamente, esas manifestaciones son esporádicas y minoritarias.
Por ello es algo novedoso que Galería Cuatro de València ofrezca una exposición táctil inclusiva e integral de arte abstracto. ‘Prohibido no tocar’ reúne una veintena de obras de Tatiana Roig, su primera muestra en solitario desde que, en 2020, se diera a conocer como artista emergente de esta galería con ‘Niebla’.
Esta iniciativa pretende romper las barreras de la comunicación para que personas con discapacidad visual puedan experimentar emociones estéticas, pues «el arte debe ser disfrutado por todos y no concibo mis creaciones de otra manera», dice Roig. «Mis obras están creadas ex profeso para ser disfrutadas con la vista, pero también con el sentido del tacto, y, a la vez, pretender enfatizar con ellas la belleza de lo imperfecto, de lo ruinoso y lo vetusto».
Cuando Roig era adolescente y vivía con sus padres en la Plaza de España, cerca de la sede de la ONCE, ayudó a muchos invidentes a cruzar la calle, un episodio del pasado que tenía olvidado, pero que la exposición ha hecho aflorar revelando la mágica conexión que existe entre los acontecimientos de distintas épocas, en una suerte de predestinación invisible.
Galería Cuatro propone un recorrido desde los inicios de esta artista, marcados por las obras con texturas naturales, hasta la actualidad, con su nueva serie ‘Escamas’, premiada con una mención de honor en la Biennal de Ciutat Vella Oberta. Roig no utiliza pinceles y apenas usa pigmentos. Su original proceso creativo a base de materiales naturales como piedras, madera, resinas, metales, etcétera, se inició en plena pandemia haciendo de la necesidad virtud. En esa época, Roig trabajaba como periodista y pintaba por afición.
«Como no podía comprar pinturas y estaba en el campo, se me ocurrió recoger tierra y gravilla, y experimentar con esos materiales naturales. Colgué el resultado en Instagram y el director de Galería Cuatro, Miguel Castillo, me invitó a participar en una colectiva, en diciembre de 2020».
Su obra se vendió a una persona muy influyente en València antes, incluso, de ser inaugurada la muestra. Al inicio de su trayectoria artística, pensó que los relieves irregulares y aleatoriamente dispuestos de las superficies de sus cuadros se adaptaban perfectamente al llamado arte táctil y siguió por esa línea. Opina que las galerías deberían incluir este tipo de arte integrador en sus fondos y exhibirlos con cierta frecuencia.
A medida que avanzaba por esa vía, fue sofisticando el proceso creativo. «En las ‘Texturas’ parto de una idea figurativa, como un recuerdo de la infancia o una imagen del mar, y la deconstruyo en una composición abstracta en la que intervienen los materiales, la disposición, el volumen y los colores. Empleo areniscas, rocas del Pirineo, joyas –cuarzos y geodas–, y metales raros como el carborundo (carbono de silicio), que aportan un brillo irisado».
Los edificios ruinosos que muestran las estancias interiores deterioradas, paredes pintadas o empapeladas, franjas de azulejos, inspiran sus últimos trabajos, la serie ‘Escamas’. En estas piezas de laboriosa factura, aplica técnicas de desconchado, envejecimiento acelerado mediante metales o exposición solar, collage y proceso de reciclado.
La preocupación por la naturaleza y la conservación del medioambiente se refleja en ellas, pues la artista reutiliza retales de otras obras para crear nuevas y también emplea materiales de edificios en ruinas para crear sus características texturas. «Hago arte con material de derribo, todo es aprovechable. La clave está en cómo transformarlo para crear cosas bellas».
Otra faceta suya son las esculturas de pared, ‘Criaturas de Venus’, elaboradas con espumas, resinas, madera, pasta de modelar y polvo de mármol. De formas redondeadas y dotadas de un anclaje, se pueden colgar o situar sobre una mesa o estantería. En una pieza singular, ‘Grecia’, rinde homenaje a Fidias y a la alta costura combinando la técnica de paños mojados con otras suyas.
‘Prohibido no tocar’ cuenta con la colaboración de LaVAC, Cervezas Alhambra y la ONCE, cuya jefa del Departament de Serveis Socials, Sheila Martín Lorenzo, tras un recorrido táctil por la sala, comentó: «El arte es vida y el arte inclusivo nos hace a las personas con discapacidad visual partícipes de todo ese mundo de sensaciones que conlleva la creación cultural y que nos permite sentirnos más plenos».
Galería Cuatro recibirá una visita de la ONCE el miércoles 10 de abril, a las 11:00, en la que Roig explicará de viva voz cada creación. Además, se han instalado carteles en braille para facilitar la comprensión, un vídeo con audio explicativo sobre el proceso artístico y un código QR NaviLens para que las personas con discapacidad visual puedan tener acceso al contenido de la exposición.
Hija de una africana de Cabo Verde y un español, Roig se presenta como una mezcla explosiva de sangre africana y sangre de horchata. Estudió Dibujo en la Escuela Barreira y luego Periodismo, pero ha elegido el camino de arte, en el que disfruta explorando distintas formas de expresión. Casada con un ingeniero de caminos que le asesora en cuestión de materiales, es madre de dos niñas, África y Tábata, a las que ve crecer mientras crece su obra.
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