El libro de los susurros, de Varujan Vosganian
Editorial Pre-Textos
Servicios Sociales de Mislata (Valencia)
Jueves 16 de abril, 2015, a las 20.00h
Con motivo del Centenario del genocidio armenio, que se conmemora el 24 de abril en todo el mundo, el armenio-rumano Varujan Vosganian presenta el jueves 16 de abril su obra ‘El libro de los susurros’. Unas memorias editadas por la editorial valenciana Pre-Textos, que relatan este trágico acontecimiento en el que millón y medio de armenios perdieron la vida a principios del pasado siglo. Además de Vosganian, intervendrá Ararat Ghugasian, historiador, periodista y presidente de la asociación armenia Ararat de Mislata, patrocinadora del acto, que tendrá lugar en la sede de los Servicios Sociales de dicha localidad.
Matemático, economista, y ex ministro de Economía y Finanzas de Rumanía, Vosganian aborda en ‘El libro de los susurros’ la historia de su pueblo. Una historia plagada de marginación, represión y, finalmente, exterminio por parte de los turcos. El autor no se limita a denunciar, ni escribe desde el punto de vista de un cronista, sino que lo hace, como en toda la gran literatura, desde lo familiar, desde un punto de vista poético, hablando sobre todo de sus parientes, sus vidas, con pequeñas narraciones engastadas en un conjunto coral que tiene la fuerza de un gran poema. ‘El libro de los susurros’ será objeto de lectura pública en cientos de ciudades de todos los continentes. Una de la iniciativas parte del Festival de Literatura de Berlín, que organiza el 21 de abril lecturas públicas de los capítulos séptimo y octavo de la novela en veintiún idiomas, incluido el español, en más de cuarenta ciudades del mundo entero.
¿Qué significa para usted este centenario?
El centenario del genocidio armenio es de enorme importancia para el pueblo armenio, pues plantea con más fuerza, en el debate de la opinión pública internacional, la cuestión de su reconocimiento. Pero este centenario no es importante solamente para nosotros, sino que es ocasión de meditación y lucidez para las demás naciones. Podemos ver así de qué forma hemos entendido y aceptado las dolorosas lecciones del siglo pasado, para que esos crímenes contra la humanidad no vuelvan a repetirse. Si los seres humanos hubiesen reaccionado con rigor y prontitud para sancionar los actos premeditados cometidos por el Imperio Otomano para destruir a la nación armenia, muchos otros genocidios, empezando por el Holocausto, habrían podido evitarse.
¿A qué se debe su visita a Valencia?
La cultura desempeña un papel de gran trascendencia a este respecto. El mismo mensaje, a través de la cultura, es más convincente y emocionante que a través de discursos políticos. Acudo a Valencia, invitado por la comunidad armenia de la ciudad, para una lectura pública de mi novela ‘El libro de los susurros’, que ha sido publicado en español con una excelente traducción de Joaquín Garrigós, durante mucho tiempo director del Instituto Cervantes de Bucarest y gran amigo de la literatura rumana. Y no es casual el hecho de que la editorial que publicó el libro en España haya sido Pre-Textos, también de Valencia.
Estas próximas elecciones se presentan en España muchos intelectuales y artistas. ¿Qué cree que pueden aportar los pensadores y creativos a la política?
La política es el arte de la comunicación, así pues debería tener una dimensión cultural. La comunicación, es decir, el diálogo, significa respeto y tolerancia para el otro. Significa rechazo del odio y la violencia. La cultura es la única actividad humana que vence sin dejar vencidos atrás, que conquista sin humillar. Puede acercar lo que, de forma natural, la política separa. Y también creo que un político ha de ser, en cierto modo, un hombre de cultura. No necesariamente creador de cultura, sino una persona educada, para la que la altura de la pila de libros que haya leído sea más alta que la silla en la que se sienta.
¿La elevada presencia de rumanos en España ha creado un vínculo de fraternidad entre ambos pueblos?
Mi generación creció en estrecho contacto con la cultura española. Todos los grandes escritores españoles, desde Cervantes y Lope de Vega hasta Unamuno, Machado y García Lorca, están traducidos al rumano. La música y la pintura españolas son muy conocidas en nuestro país, así como los grandes edificios de la arquitectura española. He tenido muchos contactos con las comunidades rumanas de España. A los rumanos se les respetan sus derechos y se han integrado en las ciudades donde viven. Y entre ellos se encuentran también figuras de la élite intelectual.
¿Cuál es a grandes rasgos la actual situación de su país y cómo se observa la de España desde allí?
El reto principal de Rumania es reducir el desfase con los países de la Europa Occidental. Hemos logrado cumplir con los criterios de equilibrio macroeconómico (déficit presupuestario, deuda pública, inflación). Pero en lo tocante al nivel de vida, aún falta mucho por hacer. La lucha contra la pobreza, acabar con los residuos de mentalidad comunista, la consolidación de la democracia y el refuerzo del papel del Parlamento son las cuestiones más importantes que tenemos que resolver. He seguido con preocupación la evolución de la situación económica de España. También nosotros pasamos entre los años 2009-2010 por una crisis económica grave y la superamos a costa de un gran sufrimiento para los rumanos. Yo no puedo permitirme darle lecciones a nadie, pero creo que en España, donde el problema principal es el de crear puestos de trabajo estables y bien pagados, la clase política tiene que hacer un esfuerzo y concertar un proyecto nacional que sea sinceramente sostenible más allá de las rivalidades electorales de los partidos parlamentarios.
Matemático, escritor, pianista, político…¿Cómo logra combinar tantas y tan variadas actividades y facetas?
He sido ministro de Economía y Finanzas, pero eso no me ha impedido escribir poesía o una novela como ‘El libro de los susurros’. Es más, creo que me ha ayudado, porque solamente cuando uno puede mirar el mundo desde semejante ángulo, el de alto dignatario, puede hablar sin odio de actos de enorme crueldad, como el asesinato de gran parte de su familia. En el fondo, hay que elegir entre el olvido, la venganza y el perdón y ocupar una posición pública puede ayudarlo a optar. En cuanto al piano, no lo sé, nací con él en casa y me ha acompañado siempre.
Háblenos de la versión española de su obra editada por Pre-Textos.
La traducción española fue la primera de una larga serie de traducciones que le siguieron. Se debe en gran parte a Joaquín Garrigós, que convenció a la editorial Pre-Textos para que publicase la novela. ‘El libro de los susurros’ se publicó en rumano, en 2009, y la versión española se hizo al año siguiente. Esta versión ha tenido un destino feliz, se ha presentado en numerosas ciudades de España y de todo el mundo hispánico, desde México hasta la Argentina y Uruguay. Der Spiegel decía que ‘El libro de los susurros’ era una variante europea de ‘Cien años de soledad’. Y puede que no sea una casualidad, pero en 2011 ocupó el primer puesto en ventas en Colombia y en 2012, en el Festival del Libro Gabriel García Márquez de Bogotá, la novela estuvo presente en calidad de invitado de honor del Festival. Se ha dicho de ‘El libro de los susurros’ que es un libro identitario del pueblo armenio. Pero yo creo que es más bien una biografía del siglo XX. Y también creo que cada pueblo, cada época y cada lugar tiene su propio libro de los susurros. Tan solo hay que contarlo.
Bel Carrasco
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