Paella. Sala Russafa

#MAKMAEscena
‘Paella’, de David Fernández ‘Fabu’
Dirección: Víctor Velasco
Interpretes: Nerea Moreno y David Fernández
Tarambana Espectáculos
XIV Ciclo de Compañías Nacionales
Sala Russafa
Dénia 55, València
Del 12 al 15 de septiembre de 2024

Arriba el telón. Luces encendidas y mucha mierda. El inicio de la temporada teatral reanima los escenarios con una legión de personajes que hará reír y llorar al respetable, pero no todos los profesionales del sector se enfrentan a futuro con las mismas expectativas.

Una docena de compañías valencianas de larga trayectoria que se dedican al teatro de texto o autor se han visto excluidas de las ayudas bianuales que concede el Institut Valencià de Cultura (IVC) para realizar producciones propias y deberán replantear sus proyectos. Entre ellas figuran Arden, Teatre Micalet, Albena Teatre, l’Om imprebís, Maduixa y La Dependent.

Creada hace tres décadas por Chema Cardeña y Juan Carlos Garés, Arden no se arredra ante las dificultades y pone toda su experiencia y pasión en seguir adelante. Esta temporada se han programado veinte actividades: teatro para adultos y familiar, conciertos y citas literarias. Además, hasta el 30 de septiembre se ofrece un descuento del 25 % en la venta adelantada de entradas para incentivar esta vía que ha sufrido un notable descenso en los últimos tiempos.

Esta semana inicia su programación con ‘Paella’, una divertida gastrocomedia de los madrileños Tarambana Espectáculos, y, de octubre a noviembre, por primera vez visita València el festival itinerante Rayuela’24, una iniciativa de la asociación En Compañías que reúne a compañías de artes escénicas veteranas procedentes de nueve comunidades autónomas, entre las que se encuentra Arden.

Paella. Sala Russafa

Son los encargados de inaugurar la edición de 2024 con el estreno en la ciudad de la versión en castellano de su último espectáculo, ‘Damas Malditas’, que podrá verse del 26 de septiembre al 6 de octubre. Una pieza metaliteraria en la que Madame Bovary, Ana Karenina y la Regenta repasan sus desdichadas historias desde la madurez, con un punto de ironía y perspectiva de género.

Luego, ‘Hijas de la misericordia’, una coproducción de Albena, Iguana Teatre, Temple y Teatro Principal del Palma, que reúne testimonios de mujeres que en los años ochenta pasaron su infancia en este hospicio.

A partir del jueves, el suculento aroma propio de un plato típico valenciano sin fronteras invadirá Sala Russafa. Es la gastrocomedia ‘Paella’, de los madrileños Tarambana, que cocinan un menú degustación a base de cabaré y happening, con referencias al mundo del teatro y mucho humor, en un espectáculo que se desarrolla al ritmo del arroz con cosas que los protagonistas cocinan sobre el escenario. Una pieza que rompe las convenciones tanto narrativas como culinarias y regresa a la sala donde estuvo en mayo del pasado año, tras su éxito en el Teatro Fernán Gómez de Madrid.

Amparo y Federico, interpretados, respectivamente, por David Fernández Fabu y Nerea Moreno, bajo la dirección de Víctor Velasco, son los protagonistas y chefs de esta historia que pone sobre la mesa el tema de los conflictos de pareja y las desigualdades de género en el ámbito laboral.

El matrimonio trabaja en la misma empresa y, con la idea de promocionarse, invita a sus compañeros a comer una paella para presentarles un proyecto que Federico ha ideado. Conforme elaboran una paella iconoclasta con ingredientes poco convencionales, afloran resentimientos latentes que desecadenan la ruptura de una pareja en crisis que ignora que lo está. Superado por su incapacidad tanto para cocinar como para expresarse en público, Federico le pide a su mujer que se encargue de la presentación, pues, como gana menos, si fracasa y es despedida, al ser su salario inferior al de él, la pérdida será menor, y, si sale bien, escalarán juntos.

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Temas como el papel de lamujer en la pareja o en el ámbito laboral, las relaciones personales o el feminismo confluyen en esta historia loca y disparatada que expone verdades como puños. Luego, en el hall del teatro los espectadores pueden catar el arroz con cosas cocinado durante la representación y compartir sus opiniones con los intérpretes.

Poner en pie un montaje con cuatro intérpretes y una puesta en escena relativamente sencilla como ‘Malditas damas’ requiere un presupuesto de 70.000 euros, aproximadamente. Una inversión imposible de asumir sin ayuda institucional que este año está complicada.

«Una docena de compañías veteranas que nos dedicamos al teatro de texto o autor nos hemos quedado fuera de las ayudas bianuales lo que supone una especie de maremoto que nos obligará a cambiar proyectos y agenda», explica Juan Carlos Garés, que dirige desde hace trece años el contenedor cultural de la calle Dènia de Russafa.

«Las opciones que barajamos es acceder a las ayudas anuales que son de menor cuantía y se dedican a compañías más jóvenes. Sería deseable que los gestores teatrales siguieran la política de Cataluña, donde, gracias a una cobertura estable que ofrece seguridad, las compañías pueden emprender proyectos a largo plazo de tres a cinco años. El problema es general en casi toda España, se cuestiona constantemente la inversión en producción escénica, mientras los incentivos para otros sectores productivos como la automoción o la agricultura se ven como necesarios».

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Las perspectivas para la nueva temporada no son en principio muy halagüeñas. «Como espacio de producción, lo vamos a tener más difícil todavía. Solemos desarrollar todo el proceso de puesta en pie de nuestros espectáculos y de las coproducciones que hacemos con la sala para navidades, pero la convocatoria de ayudas para compañías valencianas del Institut Valencià de Cultura (IVC) correspondiente a 2024 se ha resuelto nueve meses después del arranque del año, haciendo tambalear la viabilidad de trabajos ya creados y estrenados en este mismo ejercicio, para los que optábamos a una ayuda».

En esa misma situación se encuentran otras compañías, «porque los calendarios y las condiciones de trabajo son totalmente discordantes con la realidad», añade Garés.

«Las inversiones institucionales están dificultando tremendamente una actividad normal para la escena valenciana. Es desalentador que cada año, en cada convocatoria, hemos de pasar un constante examen a capacidad y solvencia como productora de espectáculos. Da igual tu trayectoria, los méritos profesionales que tengas, siempre has de estar justificando tus credenciales. Más que teatro hacemos circo: juegos malabares para abrir cada día el telón», bromea Garcés, que, a pesar de los problemas, no pierde el humor.