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‘Babel. Materia y lenguaje’, de la Colección Kells
Comisariado: Juan Bautista Peiró
Centre del Carme de Cultura Contemporània (CCCC)
Museu 2-4, València
Hasta el 2 de marzo de 2025
La historia de Babel, con sus diversas acepciones, cobró protagonismo durante la presentación de la muestra precisamente titulada ‘Babel. Materia y lenguaje’, que reúne en el Centre del Carme de València 50 obras de la Colección Kells, perteneciente a Juan Manuel Elizalde y Choli Fuentes. Comisariada por Juan Bautista Peiró, la exposición viene a dar cuenta del entreverado tejido que conforma dicha colección, caracterizada por su imposible acabamiento.
“Babel se refiere a la torre mítica y simbólica que no se llega a terminar nunca, porque quienes la construyen hablan lenguas distintas provocando una confusión que impide finalizarla. Lo mismo se puede decir de una colección de arte, que nunca se da por acabada”, señaló Peiró, con respecto a ese Babel del título expositivo.
Con otra Babel, ahora en el sentido que le da la RAE de “desorden y confusión”, es con la que dijo Nicolás Bugeda, director gerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, se encontró al tomar las riendas del Centre del Carme. “Probablemente tendríamos que haber cerrado el Consorcio de Museos durante seis meses y hacer una planificación de la contratación, porque el cambio de rumbo de esta institución vino marcado por una mala gestión, insisto, en la contratación pública y las normas que rigen una institución como ésta”, resaltó.
Al término de la presentación de ‘Babel. Materia y lenguaje’, Bugeda se explayó. Luego volveremos sobre ello. Ahora, detengámonos en el medio centenar de obras de la Colección Kells que Peiró entrelazó mediante cuatro líneas temáticas: ‘Materia’, ‘Construcción-deconstrucción’, ‘Color’ y ‘Lenguaje’. Un lenguaje que, al hilo de la propia trayectoria profesional de Elizalde y Fuentes centrada en los idiomas, diríase que atraviesa el conjunto.
Pero un lenguaje cuyo tejido textual diríase que anuncia en todo momento la presencia de ciertos desgarros, unas veces intuidos tras la gozosa composición de algunas de las obras, y otras directamente sentidos como aquello que el ensayista Roland Barthes denominó el ‘punctum’, lo que punza o hiere la mirada.
De la nómina de artistas seleccionados y representados con alguna pieza, ya se puede deducir las diversas tramas o tejidos que integran el mapa expositivo: desde los valencianos Victoria Civera, Inma Femenía, Irene Grau, Luce, Vicente Machí, Álex Marco, Gemma Polanco o Guillermo Ros, a los de ámbito nacional o internacional, como Ignasi Aballí, Ana Barriga, Eva Lootz, Julia Santa Olalla, Francesc Torres o Juan Uslé.
Junto al Babel, en tanto colección interminable que Peiró delimita mediante el conjunto seleccionado, y el lenguaje, comparece también la materia, que el comisario definió a partir de la proporción, el color, la composición, la textura, el papel, el óleo, el hierro e incluso la energía. Energía que irradia la propia materia para constituirse a su vez en aquello que se nos resiste o mediante la cual dar forma a eso que se nos resiste.
Como dejó dicho el poeta Rilke, “todo lo que los hombres olvidan, a fin de hacerse posible la vida, nosotros [los artistas] lo descubrimos y agrandamos”. Es de esta forma, que las 50 obras de la Colección Kells expuestas en el Centre del Carme interpelan al espectador para agrandar su punto de vista, con el fin de sacarlo de sus casillas, es decir, de aquello que entiende y, porque lo entiende, le sirve de acomodo en la vida.
Hay pinturas, esculturas, fotografías y alguna instalación. Todas ellas relacionadas entre sí, para que sea el espectador quien, a partir de esas relaciones, establezca las suyas movilizado por las emociones que le susciten. En el arte, decía el cineasta Andréi Tarkovski, no se debe explicar nada, “sino actuar directamente sobre las emociones del espectador, pues es la emoción que se ha despertado en él la que pondrá en marcha su pensamiento”.
‘Babel. Materia y lenguaje’ apela a esas emociones, unas veces tamizadas por el juego de las composiciones más equilibradas, y otras por el impacto que provoca la ruptura de ese equilibro formal a base de una violenta gestualidad. Es lo que Juan Manuel Elizalde calificó de manera harto expresiva el “guau” de una obra que te deja boquiabierto al contemplarla.
De nuevo, el ‘punctum’ de Barthes o lo que Paul Klee denominó lo invisible de una obra -que aparece reflejado en la pieza de Ignasi Aballí- y que el pintor alemán entiende así: “El arte no reproduce aquello que es visible, sino que hace visible aquello que no siempre lo es”. Elizalde y Fuentes, con estas 50 obras de su Colección Kells, muestran en Valencia el carácter poético del lenguaje artístico que a ellos les conmueve.
También de cierta invisibilidad habló después Nicolás Bugeda, al referirse a las obras de mantenimiento que han debido acometer en el Centre del Carme para que deje de ser la “babel” con la que dijo haberse encontrado. “Hemos estado durante tres meses restaurando cuatro salas que estaban reventadas, porque durante ocho años aquí no ha habido contratos de mantenimiento, y eso ha provocado que todos los forjados y todos los voladizos se hayan desmembrado, produciendo unas filtraciones en un monumento nacional de interés cultural que ha hecho que las estructuras estén destrozadas”.
“El Centre del Carme”, añadió, “está hecho una caca por falta de mantenimiento; ha habido una desidia y es una vergüenza. Esta es la situación”, con respecto al continente. Luego se refirió al contenido, subrayando que todas las convocatorias de la pasada gestión “eran irregulares, porque no se adaptaban a las normativas vigentes”.
“Al no ser garantistas [con el cumplimiento de la ley], los artistas se han visto abocados a las desgracias de tener que suspender exposiciones porque no son con arreglo a ley, que es lo que ha pasado con las anteriores convocatorias. Ahora estamos en fase de audiencia pública”, agregó, puntualizando que la ilusión de su equipo “es poder ser garantistas y ayudar a todas esas personas que fueron engañadas mediante procedimientos y convocatorias irregulares”.
Bugeda aseguró que no había querido estar hablando del pasado, “porque hay que mirar al futuro, de manera que les puedo decir que va a haber una muy buena programación para el año que viene, aunque ahora el gobierno valenciano y sus instituciones públicas están dedicadas a la reconstrucción”.
“El Consorcio de Museos es una institución cuyos principios fundacionales obedecen al arte y a los artistas valencianos, de manera que vamos a poner todos los esfuerzos en ayudar al sector, a nuestras industrias, a nuestros artistas y a nuestros galeristas”, concluyó el director gerente del Consorci de Museus.
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