Chema Cardeña. Juan Carlos Garés. San Judas. Sala Russafa

#MAKMAEscena
‘El Día de San Judas’
Texto y dirección: Chema Cardeña
Intérpretes: Marisa Lahoz, Rosa López, Manu Valls, Juan Carlos Garés y Saoro Ferre
Producción: Compañía Arden
Sala Russafa
Dènia 55 València
Hasta el 12 de enero de 2025

Fiel a una costumbre que instauraron hace trece años en la estela de los teatros británicos, Chema Cardeña y Juan Carlos Garés, integrantes de la compañía Arden, que gestiona la Sala Russafa, despiden el año con un montaje especial que incluye una función festiva en Nochevieja con participación del respetable.

Montajes que viajan al pasado para poner el dedo en la llaga de la actualidad, combinando el humor y la sátira con la crítica social y la reflexión. Escrita y dirigida por Cardeña, ‘El Día de San Judas‘ dará la bienvenida a 2025 cuando la veterana compañía valenciana inicia su tercera década.

A diferencia de las obras coloristas, festivas y con fondo musical precedentes, como las inspiradas en personajes de los cuentos infantiles –Alicia, el Mago de Oz y Peter Pan– o la histórica ‘Ocho Reinas’, ‘El Día de San Judas’ es un relato más oscuro, con una puesta en escena de estilo expresionista y cinco personajes de perfiles muy definidos y algo esperpénticos que representan distintos sectores del poder.

«Hemos cambiado el código para poner en escena la manipulación y supremacía que ejercen la llamada gente de bien, una mezcla de realismo y farsa que es algo diferente a lo que solemos hacer», dice Juan Carlos Garés. «Suponía un reto para nosotros, pero pensamos que, tras todo lo que ha ocurrido, el momento exigía hacer pasar un buen momento a la gente combinando humor y sarcasmo».

El Día de San Judas. Chema Cardeña y Juan Carlos Garés. Sala Russafa

Una puesta en escena muy diferente, «pero con un tono y un objetivo que resultará familiar a quienes han visto nuestros espectáculos para la campaña de Navidad», añade Cardeña. «Queremos que la gente se ría, por supuesto, pero también que piense».

Este año, Arden se ha propuesto mostrar cómo «los que dirigen el cotarro manipulan a la población a su antojo, como ocurrió, especialmente, durante la primera mitad del siglo XX. «Por desgracia, las tácticas de manipulación están a la orden del día. Lo vemos en los resultados electorales de muchos países vecinos, incluido el nuestro. La extrema derecha ya está presente en las instituciones, y las noticias falsas campan a sus anchas en ciertos medios y perfiles de redes sociales».

La trama transcurre en San Judas de Vallemuerto, un pueblo que podría pertenecer a cualquier país de Centroeuropa, a principios del siglo XX. Por el recargado salón de la condesa Avaria, desfilan los representantes del poder en la pequeña comunidad: la profesora Experta, el capellán Don Poncio, el alcalde Don Sañudo y el alguacil Quinto. El motivo de su conciliábulo es adoptar medidas frente a la presunta llegada de las Terranova, dos vecinas represaliadas y encarceladas por su ideología progresista.

Alarmados, tratan de confirmar la noticia mientras especulan sobre los motivos de su regreso y sus posibles consecuencias, precisamente cuando se celebran las festividades en honor a su patrón, San Judas Iscariote –el que traicionó a Jesús de Nazaret–, cuya efigie colgada de un árbol campea en el escenario. ¿Cómo es posible que estas mujeres anden libres?, se preguntan desconcertados. ¿Por qué vuelven al pueblo que las expulsó? ¿Lo hacen en busca de justicia o de venganza?

Conforme tratan de dar respuesta a esas incógnitas, se revela el secreto que une a los cinco intrigantes y se produce una divergencia de opiniones que lleva al enfrentamiento, al tiempo que mueven los hilos para manejar la situación a su favor utilizando a los vecinos desde el discurso populista de todo para el pueblo, pero sin el pueblo.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Sala Russafa (@salarussafa)

«La obra retrata la hipocresía, la falta de ética y el supremacismo de la llamada gente de bien o de orden, que no hay que confundir con la buena gente», comenta Cardeña, que, a través de sus personajes, plasma las ideas y decisiones que ciertos integrantes de la política, el empresariado, la religión o la justicia no se atreverían a declarar en público. Sin embargo, en la privacidad del saloncito tétrico de la condesa, las expresan sin tapujos.

Incluso hacen guiños a los espectadores rompiendo la cuarta pared para confesar sus ensoñaciones más agresivas, sus deseos más egoístas y una visión del mundo en la que la pederastia, la corrupción, el robo o la calumnia son solo menudencias cuando suceden en el lado correcto de la historia.

El montaje exhibe una estética propia del expresionismo alemán: blancos y negros contrastados, maquillajes lúgubres y una técnica de iluminación especial que traslada a los espectadores al ambiente de películas como ‘Nosferatu’ o ‘Metrópolis’, con reminiscencias de Tarantino y sus ‘Odiosos ocho’ por el humor macabro que se desata dentro de un único espacio.

«Creo en el poder de la risa para abrir la mente», sentencia Cardeña. «Charlot podía recrear el hambre de entreguerras comiéndose la suela de un zapato, y esa imagen es tan potente como divertida. Nuestro espectáculo muestra situaciones, conversaciones y personajes que podrían parecer rocambolescos, pero que no son más que la exageración cómica de algo que ya está aquí, con lo que convivimos, seamos conscientes o no», explica el director y dramaturgo.

El resultado final es un espectáculo incorrecto que permite reflexionar sobre la deriva de la sociedad del siglo XXI contemplada en el espejo de la de principios del siglo pasado. Un torrente de carcajadas gracias a un registro interpretativo que mantiene el equilibrio entre lo cómico y lo grotesco, con influencias de grandes del teatro español como Jardiel Poncela o Valle-Inclán.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Sala Russafa (@salarussafa)

Sala Russafa y Arden Producciones ofrecen el sábado 21 de diciembre una función benéfica a favor de las compañías de artes escénicas afectadas por la DANA. Lo recaudado en la venta de entradas y la Fila O se donará a la caja común que AVETID (Associació Valenciana d’Empreses d’Arts Escèniques) está gestionando para destinar el dinero recogido a paliar en el sector los efectos de la riada.

Un estudio realizado por la entidad, con la colaboración de otras asociaciones como AAPV, APCCV, APDCV, ADVAEM o Comité Escèniques, estima en más de 6 millones de euros las pérdidas sufridas en la escena valenciana tras la elaboración de un censo que recoge a las 80 compañías, empresas y profesionales.