#MAKMAArte
Cartel de Fallas 2025
Creado por Sergio Membrillas y Migue Martí
València es alegría y color. València es su gente, su música y su tradición. València es primavera y la forma en que le da la bienvenida, con sus Fallas.
El pasado diciembre se dio a conocer la imagen de las Fallas 2025, realizada por Sergio Membrillas y Migue Martí. Como explicaron durante la presentación en el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC), para crear la imagen gráfica “nos propusimos destacar momentos distintivos de las celebraciones tradicionales de las Fallas”. La propuesta fue escogida por un jurado de entre treinta y dos candidaturas presentadas por artistas y estudios de diseño a la convocatoria pública lanzada desde el Ajuntament de València.
El cartel posee diferentes morfologías: por un lado, representaron a una fallera paseando por las calles de la ciudad; por otro, a un músico de banda tocando el clarinete, un elemento característico de la tradición; y finalmente, el monumento fallero, componente tangible más emblemático de la fiesta declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2016. Todo ello se cohesiona a través del color, que evoca la rica paleta cromática de las Fallas: los trajes tradicionales, los monumentos coloridos, los castillos de fuegos artificiales y las mascletaes.
“Esto va a estar en el Museo de las Fallas, por lo que existe el peso de cómo te relacionas con algo que va a estar para siempre”, explican los autores. En efecto, crear una imagen gráfica implica entender qué la constituye, comprender su propósito y reconocer a quienes la forman. Migue Martí y Sergio Membrillas nos cuentan todo su proceso: cómo afrontaron este reto, de qué premisa partieron, cómo lo llevaron a cabo, si lograron reflejar su esencia en los carteles, cómo se enfrentaron al ego del artista y cómo esperan conectar con el público y la población valenciana a través de este proyecto
Se percibe una gran complicidad en vuestro trabajo conjunto. ¿Dónde y cuándo surgió la idea para este cartel? ¿Partíais de algún concepto, premisa o inspiración inicial?
Sergio Membrillas (SM): Esto fue realmente un encuentro entre amigos, porque Migue y yo tenemos relación personal, pero no profesional. Mientras hacíamos una paella, todo muy valenciano, surgió la idea de presentarnos. Pensamos que no nos iban a coger, pero ¿por qué no probar? Cuando Migue me llamó—que él nunca me llama—pensé: «Okey, nos lo han dado».
Al principio, estuvimos en estado de shock. Queríamos hacer una imagen muy moderna que se pudiera vincular a nuestro trabajo, ya que en un proyecto tan grande eso se puede perder. Pretendíamos que València se modernizara un poco, que la imagen de las Fallas pudiera estar en un museo, como el Museo de Arte Moderno de Louisiana, en Dinamarca, y que no pareciera folclore, sino un póster modernista.
Migue Martí (MM): Para ser de Fallas, fue un poco extraño al principio porque estábamos trabajando en verano y quizás era un momento con una atmósfera muy diferente. También nos dimos espacio, porque hubo un punto en el que decidimos que debía tener ilustración, y Sergio necesitaba estar en su espacio de trabajo, más tranquilo. Se fue construyendo poco a poco entre mil comunicaciones y reuniones. Detrás de lo que parece una imagen gráfica hay muchas horas y reflexiones. Es verdad que no tenemos el formato estudio: estamos cada uno en su «corral» y nos mezclamos para comunicarnos con esto… y por WhatsApp todo el día [risas].
¿Qué enfoque decidisteis darle al inicio del proyecto? ¿Qué os planteasteis hacer para que vuestra propuesta destacara y fuera única?
MM: Los últimos carteles tenían una intención mucho más actual, como que ya habían hecho todo. Se han hecho propuestas muy interesantes que nos dieron muchas pistas sobre qué ruta tomar y cuál evitar. También el Ayuntamiento nos pautó algunas cosas.
SM: Como dice Migue, ha habido una gran tradición, sobre todo en los últimos cinco años, de crear una festividad más moderna e internacional, y no solo folclórica. Una de las ideas que teníamos era emplear el color. Tenemos tres pósteres que, con cambios de colores, generan quince versiones. Podemos adaptarlos para distintos eventos, como la Exposició del Ninot o la Nit del Foc, con lo que obtenemos un recurso visual muy ágil y colorido. Además, creo que esa selección de colores es algo novedoso que no habíamos visto, y estamos bastante orgullosos de ello.
¿Por qué optasteis por crear tres carteles diferentes? ¿Hay alguno que tenga más protagonismo o los tres funcionan como una unidad cohesionada?
MM: El concepto de cartel ha cambiado. Hoy en día, es absurdo pensar que un cartel es una pieza única y que va a utilizarse solo en paredes, establecimientos o en mupis. Actualmente, una gráfica es algo mucho más grande, vivo y dinámico. Las marcas están dejando de ser un logo, como los carteles han dejado de ser una pieza física limitada, para ser una pieza mucho más versátil.
Eso nos daba pistas. De hecho, no lo inventamos nosotros, ya había carteles de Fallas en los que se había hecho algo similar. Alguna vez se ha intentado volver a la pieza única, pero nos pareció que esta fiesta mayor, con tantísimas aplicaciones, formatos y lugares en los que se va a exponer, era interesante que tuviera versatilidad como la que le hemos intentado aportar. De ahí surgen tanto las figuras como los cromatismos, intentando respetar siempre algo que lo unifique, como las estructuras, la tipografía o la composición. Teníamos claro que queríamos hacer algo cambiante, adaptable y flexible.
SM: Nos pareció más factible hacer una serie para llegar a todos los colectivos y al mapa conceptual que son las Fallas. Y aunque antes se han hecho series, como la imagen de Juárez Casanova, esta al final son quince pósteres.
¿Qué papel juega el color en estos carteles? ¿Tiene algún significado especial o aporta un valor adicional al concepto?
SM: El color es clave en este proyecto. Las combinaciones que hemos usado son complementarias y aportan un aire contemporáneo. Buscamos que fueran muy vibrantes y estuvieran en línea con la esencia cromática de las Fallas.
MM: Además, queríamos que quedaran muy recordados por el color. Las ilustraciones le dan narrativa, pero el color aporta esa vibración y adaptabilidad que buscábamos.
¿Qué os inspiró para crear esta campaña? ¿Tomasteis referencias de algún tipo, ya sea culturales, artísticas o contemporáneas?
MM: En la presentación lo contamos: nos hemos articulado en torno a tres referentes y también lo relacionado con ellos. Paul Rand, por sus composiciones creativas; la gráfica de los museos europeos como el Louisiana o el MoMA; y las tendencias actuales en ilustración, cromatismo y tipografía. También intentamos darle atemporalidad, sin basarnos en algo efímero y pasajero.
SM: Estaba la idea de “esto va a estar en el museo de las Fallas”, por lo que existe el peso de cómo te relacionas con algo que va a estar para siempre.
¿Sentís que los carteles reflejan también vuestra esencia como artistas? ¿De qué manera os habéis dejado ver en esta obra?
SM: Yo creo que sí. Mucha gente nos ha dicho que era difícil, y que se nos ve a los dos, lo cual es muy bonito.
MM: He reflexionado estos días. Este es el proyecto que menos hemos controlado a nivel individual. Digamos que «el ego del artista» es donde menos controlado ha estado, ya que es una colaboración. No firma un estudio en realidad. Esto también es guay; siempre se dice que la obra es del autor, pero yo creo que muchas veces la obra a su vez es la que genera a ese autor.
Ese resultado, que a veces puede surgir de forma espontánea y otras de manera muy reflexiva, depende del carácter de cada uno. Este trabajo siempre se va a quedar, por eso creo que es muy interesante pensarlo desde el punto de vista contrario: el resultado es el que construye al autor, y yo creo que nos ha pasado esto.
Habéis trabajado con clientes internacionales, pero ahora estáis representando a vuestra propia ciudad. ¿Cómo os sentís al ver vuestra obra formando parte de un evento tan valenciano? ¿Qué se siente al ser parte de las Fallas y de vuestra ciudad?
SM: Más allá de todo, la esencia del trabajo es pertenecer a la historia gráfica del lugar en el que vivimos. Migue trabaja más de manera local, pero yo casi nunca trabajo para encargos de aquí, de Valencia. Entonces siento que «vivo en un sitio en el que hago cosas». Es muy satisfactorio.
¿Cómo ha sido el proceso de colaboración entre vosotros? ¿Os repartís las tareas o trabajáis juntos en cada fase del proyecto?
SM: Aquí está el mundo del ilustrador y del diseñador. El póster lo armamos juntos: yo hice las ilustraciones y Migue era mi director de arte y me daba indicaciones. Luego él se centró más en las aplicaciones, y yo también colaboré. Por lo que hemos sido directores de arte mutuamente.
¿Qué retos habéis encontrado al diseñar un proyecto con tanto simbolismo y tan vinculado a la tradición valenciana?
MM: Tampoco creo que la gráfica sea demasiado arriesgada. Lo que quiere la gente que busca un sentido más literal, se lo hemos intentado dar: la falla, la fallera y la música, que es un punto que no se ha tenido muy en cuenta en los últimos años.
Si tuvierais que describir la imagen de las Fallas 2025 con una sola frase, ¿cuál sería?
SM: Yo diría “Fallas internacionales”.
MM: Creo que quedarán muy recordadas por el color. Las ilustraciones le dan la narrativa, y a su vez presentan mucho color. Hay combinaciones que, a lo mejor, en la primera presentación no se han mostrado y son muy vibrantes.
¿Qué os gustaría que sintiera el público al ver los carteles por primera vez?
SM: Que es una ciudad muy europea.
MM: El público es muy amplio. Las Fallas son de todos: del fallero, del ciudadano y del visitante. Pertenecen a la población, entonces es realmente difícil contentar a este público tan amplio. Estamos ante algo popular, siempre puede haber polémica. Aunque, a la vez, es algo chulo, a muchas marcas les gustaría que hablaran tanto de sus campañas.
Foto de portada: Paco Poyato.