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V Salón del Cómic de Valencia
Fira Valencia
Del 28 de febrero al 2 de marzo de 2025
La gran inmensidad de superficie que acoge todas las actividades del Salón de Cómic de Valencia es proporcional a la amplitud de la concepción del propio medio. Esta edición, la quinta, se vuelve a posicionar como lugar de encuentro donde la diversidad y la multiculturalidad tienen un gran peso; desde las disciplinas más propias de la industria japonesa y coreana hasta libros más sociales y con carácter de denuncia.
Cientos y cientos de historias tuvieron lugar, sobre todo tipo de temas para todos los gustos, contando también con autores con diferentes perspectivas y formas de trabajar. Un espacio tanto para el ocio como para la reflexión, capaz de unir a diversos profesionales de la industria del cómic (autores, divulgadores, libreros, editores, etc.) y que continúa apostando por el contexto local.
Así podría resumirse este gran evento que tiene lugar cada año en Fira València y que reunió a cerca de 28.000 personas. Para Álvaro Pons, de la Cátedra de Estudios del Cómic Fundación SM-Universitat de València, el balance no podría ser más positivo: “El Salón se consolida como una de las citas de referencia en España, con un crecimiento espectacular y sostenido”.
Y este crecimiento quizá se deba a la cantidad de autores invitados de talla internacional, como la norteamericana Emil Ferris, autora de ‘Lo que más me gustan son los monstruos’, que encabezaba el cartel de esta edición, o el francés David Sala, que nos trajo una historia autobiográfica sobre su abuelo español superviviente de Mauthausen en ‘El peso de los héroes’.
La cita aprovecha también para otorgar los Premios Antifaz, que rinden homenaje a la excelencia y la trayectoria en el cómic, aunque en esta ocasión los autores jóvenes han sido sus protagonistas. También lo ha sido la divulgación de los cómics en valenciano, entre otras menciones. Javi de Castro, Laura Pérez, Julia Wertz, Marina Sáez, Asier Mensuro, la editorial Diábolo, Miguel Calatayud, Camacuc y Diego de los Santos Domingo han sido los galardonados de esta edición.
Propuestas frescas y que juegan con la narrativa y con los nuevos intereses, como ocurre, por ejemplo, en ‘Aguagim’, de Marina Sáez, Premio Antifaz como autora revelación, que nos cuenta una historia de mujeres de distintas edades que confluyen en un lugar específico. Historias divertidas y tiernas que logran hacernos adorar a sus protagonistas y reír con cada página.
También sobre protagonistas femeninas discurre la obra de Núria Tamarit, que se pudo ver en una gran exposición de originales comisariada por Cristina Chumillas gracias a la producción del Ayuntamiento de València. Originales enmarcados nos permiten acceder a otra forma de explorar los procesos del trabajo del cómic.
Chumillas nos habla sobre la idea original de la exposición y sobre la selección de trabajo que ha realizado con la obra de Nuria Tamarit: “El recorrido está planteado de manera cronológica, por los años de realización, pero también haciendo hincapié en la historia en sí. El viaje es la línea conceptual que subyace. Al igual que las protagonistas de sus novelas están realizando un viaje, entendemos que es el mismo viaje que Tamarit realiza con su obra”.
Así, pueden verse originales de ‘Dos monedas’ (La Cúpula, 2019), primer Premi València de Novela Gràfica 2018 y que se basa en experiencias propias de la autora, ‘Giganta’ (Norma, 2021) o ‘Loba boreal’ (La Cúpula, 2022), segunda novela de autoría plena donde reivindica la poca presencia de mujeres protagonistas en historias de aventuras.
Actualmente, le interesan temas relacionados con el ecofeminismo. “Lo que intentábamos con la exposición era destacar los puntos comunes que unen su trabajo. La temática ecofeminista está muy presente, son temas muy actuales, aunque los coloque en otras épocas”, comenta la comisaria, añadiendo que “es muy importante destacar también la apuesta que ha dado el Salón por exponer a una autora valenciana y que le hayan dado el protagonismo que merece”.
Sí se puede constatar que la parte expositiva y de actividades fueron puntos fuertes en esta quinta edición, por ello, cerca de la entrada, destacaban originales de clásicos americanos como ‘Little Nemo’, ‘Crazy cat’, ‘The Phantom’, etc.
Y, por otro lado, no se nos debe olvidar que el cómic no es solo una herramienta para contar historias ficticias, sino que hay que tener en cuenta que la capacidad social del medio es clarificadora, tal y como demuestran las voces propias de autores como Eusebio Nsué Nsué, Marcelo D’Salete o la dibujante marroquí Zainab Fasiki.
Los dos primeros participaron, junto con Lucia Mbomio, periodista y autora de varias novelas, en la charla ‘De la experiencia negra en el cómic’, donde se analizaron esos huecos existentes en las bibliografías y también la necesidad o no de utilizar la ficción para hablar de los pasados violentos y dolorosos que muchas de estas historias comparten.
Por su parte, Fasiki, también tenía una exposición y compartió, en la charla ‘Realismo y viñetas’, la manera en la que ella ilustra el cuerpo femenino, cómo trabaja el activismo por la mujer desde su posición de ilustradora en Marruecos y la forma en la que ficción y realidad se entrelazan en su obra, pues sus historias son siempre historias de amigas o familiares cercanas. Así, todos estos territorios alejados como Guinea, Brasil o Marruecos, confluyen en una sola necesidad: contar sus historias.
En cuanto a las firmas en los stands de editoriales, alegra ver que uno de los que más colas acumulaban era Paco Roca, autor también valenciano y que compartía el stand de Astiberri junto con otros autores destacables como Albert Monteys, Elena Uriel, Sento, Cristina Durán, Miguel Giner, Mayte Alvarado, etc.
El Salón del Cómic de València reunió, durante esos tres días de intensa celebración, a esas ceca de 28.000 personas en torno a un interés común, uno que abarca tantas modalidades y tan diversos gustos que son complicados de abarcar.
A pesar de todo, grandes y pequeños tuvieron su hueco, lo que demuestra que la industria del cómic tiene potencial en nuestro país, sobre todo si se apuesta por sus autores y por las bases de la creación. Patente queda, con las cifras de asistencia, que el cómic capta el interés del público, que la narrativa secuencial les atrapa y que todavía queda mucho por contar.
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