#MAKMAMúsica
‘Patti Smith. Una inmersión en el universo de una mujer única’
Con Rafa Cervera
Ciclo ‘Ramon Music’
Llibreria Ramon Llull
Corona, 5, València
8 de abril de 2025
Una mujer mira directamente a la cámara; una de sus manos toca uno de los suspensores que sujeta su pantalón, mientras la otra sustenta la chaqueta que está colgada sobre su hombro. Patti Smith posa para Mapplethorpe en su departamento, sin ser consciente de que aquella imagen recorrerá el mundo.
Ya han pasado cincuenta años desde que salió su álbum debut, ‘Horses’, y fue tan solo ayer cuando Lumen reveló que el 6 de noviembre podremos encontrar sus memorias en librerías: ‘Pan de ángeles’ repasará la trayectoria de Patti Smith; y nosotros, en València, el pasado 8 de abril, pudimos acudir la Llibreria Ramon Llull, donde Rafa Cervera inauguraba el ciclo sobre música, literatura y arte ‘Ramon Music’, con el universo de esta artista como principio.
Una conversación entre el periodista musical y Francisco Benedito, regente de la Ramon Llull, que incidió en la relevancia de las librerías como espacios vinculantes. “No hay que olvidar que el arte, la música, la pintura y cualquier otra expresión artística tiene que tener su manifestación literaria para poder trascender; y ahí es donde nosotras creamos el espacio franco y de encuentro entre todas ellas”.
Para Rafa Cervera, el ‘Ramon Music’ cobra importancia cuando entendemos que el pop ya es un género con su propio peso histórico. El escritor vindicaba su relevancia cultural, más allá de artistas influyentes como Leonard Cohen. “Vincular esa música con el arte y la literatura, y contextualizarla con esos movimientos históricos, que ya son cuestión de museo, como es el Nueva York de los años 70. Me parece que es tan interesante como necesario mostrar a Patti Smith como un personaje imprescindible más allá de lo musical”.

El interés del periodista por la poeta estadounidense procede de aquella primera adolescencia donde Cervera confesaba que conocerla fue “todo un descubrimiento”. A continuación, revelaba: “A los 15 años, no te planteas cómo de importante es que uno de tus grandes referentes sea una mujer que estaba marcando nuevas pautas. Yo lo percibía como algo natural y quedó una semilla sembrada cara a entender la igualdad”.
Al aludir a la conjunción de artes que representa Patti Smith con sus proyectos, el autor valenciano recordaba que el camino de la cantante también había estado vertebrado por diversas disciplinas artísticas. “Patti Smith, antes de hacer música, ya escribe poesía y se convierte en una de las grandes revelaciones de la escena poética underground de Nueva York. Luego, introduce la música; pero, a su vez, por su relación con Robert Mapplethorpe, está muy vinculada a la fotografía. No podemos entender su primer álbum sin esa portada”.
La identidad de la música quedó ligada a aquella fotografía, como defiende Cervera: “Así como otros artistas como Bowie o Mick Jagger, Patti Smith lo que se pone encima lo hace suyo, es magnética y cualquier cosa que se ponga la convierte en una imagen de referencia”.
Fue una mujer estéticamente revolucionaria, fruto de una escena subversiva. “Es una mujer rompiendo barreras y vistiéndose como le da la gana, creando una imagen que inspira a las mujeres desde una estética punk. Patti Smith está inserta en esta escena de principios de los 70 en Nueva York, donde todo se cruza: la poesía, el cine, la música, el vídeo, la moda y el diseño… Todo aquello que ocurre alrededor de clubs como el CBGB; ella forma parte de eso”, alegaba el periodista musical.

Cuando le preguntamos a Rafa Cervera –que comenzó a escribir sobre la escena musical en 1982– qué es lo que convierte a un cantante o a un grupo en un artista consolidado, el autor reconoce que no lo sabe. “Todo ha cambiado mucho, es difícil que se den los procesos de consolidación que yo he conocido en el siglo XX, sobre todo por las redes sociales. No sé si la gente joven de ahora necesita esos modelos de artista y de consolidación artística con los que yo he vivido; cada época tiene sus necesidades”.
Y, en contraposición, recordaba cómo se lograba obtener ese prestigio antes: “Cuando los discos importaban, cuando un álbum podía marcar a una generación o una época como Los Strokes, Nirvana, Madonna, Oasis, Los Rolling Stones…, era algo totalmente distinto. Tenías que labrarte un prestigio, había mucha menos información y costaba mucho más. Era complicado ser entendido cuando la propuesta era más radical, menos convencional. Ahora todo el mundo habla de Iggy Pop o Los Pixies, pero, en su momento, no eran artistas que fueran aceptados fácilmente; les costó ser comprendidos, incluso tener éxito comercial. Era diferente, aunque, si lo conseguías, quedabas en la historia con mayúsculas”.
La era de la información ha cambiado los parámetros para consolidar la trayectoria de los artistas, pero también ha supuesto un punto de inflexión para quienes se dedicaban a la crítica o al periodismo musical.
A tenor del estado de la crítica musical en la actualidad, Cervera consiera que “los especialistas que van a un concierto, escuchan un disco o hacen una entrevista siguen siendo necesarios, pero hasta cierto punto. Yo no sé si el público que viene más joven los necesita. Hay otras herramientas para conocer la música”.

“En 1991, salía el disco de Nirvana y, para escucharlo, tenías que esperar a que se publicase en España o comprarlo de importación, leer la crítica o escucharlo en un programa de radio. Ahora solo tienes que ir a Spotify o YouTube para sacar tus propias conclusiones. Es después cuando tienes curiosidad y quieres profundizar, entonces buscarás una entrevista. Sigue siendo necesario, pero menos importante”.
Acerca de la democratización de los medios de comunicación y su influencia en el campo periodístico, en un tono conciliador, el escritor refrendaba la necesidad de cuidar la escritura, inclusive en la crítica y tratando de escapar de los tiempos inmediatos a los que nos destina la producción.
“Hay que saber hacer una entrevista, editarla… Para hacer la crítica del disco, hay que intentar entender más allá de la primera escucha. Aunque, si te están pidiendo que se entregue ya, es probable que no le saques todo el jugo. Tampoco me parece sano que haya una crítica musical que no cuide la escritura. Llevamos mucho tiempo, queremos que se nos tome en serio, pero luego, si lo que lees es deficiente, no te van a tomar en serio”, defendía.

Otro de los aspectos que le resultan conflictivos en este ámbito es la falta de apertura. “La crítica musical, en lugar de abrirse al público, predica para los conversos. Eso me parece un error”. Es más, Cervera se mostraba transparente al desvelar su posicionamiento y su compromiso con la música: “Trabajo más como narrador de la música que como periodista musical; no tengo tanto interés en la actualidad, la sigo sin ser esclavo de ello. Prefiero hacer charlas como este ciclo o escribir artículos que puedan aportar información que no sea la de Wikipedia y darle una nueva mirada a un tema que igual ya es viejo”.
En cuanto a las nuevas direcciones de la escena musical internacional y la versatilidad de los referentes, atendiendo al éxito de la música latina frente a la influencia de la música anglosajona en el mercado, nuestro narrador de la música rescataba que, “antes, lo que decía un grupo inglés o americano iba a misa”. Sin embargo, “el paradigma cultural ha cambiado y esto permite que el sistema que conocíamos se tambalee”; sin olvidar que “hay una resistencia esnob y clasista a aceptar eso: a Rosalía le dijeron de todo y a quienes la defendíamos también”.
Una de las particularidades del escritor es su capacidad para reunir las distintas manifestaciones de su tiempo y de su experiencia vital en sus obras, desde artículos a novelas. “Saber integrar el contexto social, arquitectura, pintura, cuestiones de género, derechos LGBTIQ+, me parece importante porque la música pop conlleva eso, lo mismo que lo conllevan el cine y la literatura”.
“Ignorar que Patti Smith cambió el mundo de la música para las mujeres me parece un error; ignorar el componente político que tenían todos esos músicos me parece un error. Yo no soy quién para decirle a los demás cómo lo tienen que hacer. De todos modos, a mí es como me gusta hacerlo”.
“Por mi faceta de escritor de ficción –continúa–, puedo aportar una visión más personal de la música sin hacer el ridículo; creo que sé dosificarlo y para mí es importante. No todo el mundo tiene esa necesidad ni está preparado para hacerlo. Igual que yo no sabría escribir sobre jazz porque no sabría cómo hacerlo. Habrá otras personas que sabrán hacerlo, y hacerlo bien”.
Para concluir, Cervera arguyó los fundamentos de su preferencia por los discos, sin restarle importancia al directo: “El directo es fundamental. No obstante, yo he visto muchos conciertos, he visto a mucha gente que me apasiona, pero no recuerdo nada. A veces, ni haberlos visto. Los discos, en cambio, están siempre ahí y no cambian. Yo tengo esa preferencia porque están siempre ahí como los libros, los cuadros o las películas. Eres tú quien cambia y ellos permanecen”.
