Čiurlionis: ‘Anapa 1905’

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‘Anapa 1905’, de Mikalojus Konstantinas Čiurlionis

Una de las figuras claves en el desarrollo del arte moderno de principios del siglo XX es el artista lituano Mikalojus Konstantinas Čiurlionis (1875-1911). Influido por el modernismo y los movimientos nacionalistas emergentes en Europa del Este, realizó un trabajo innovador y adelantado a su tiempo, marcando nuevos caminos al desarrollo estético y artístico.

Reconocido, principalmente, en el campo de la pintura y la música, su obra se inscribe en el marco del simbolismo y el art nouveau. Con un claro carácter onírico y abstracto, hace referencia a la mitología lituana y su naturaleza, iniciando una identidad visual propia para Lituania con referencias nacionales.

Una Lituania anexada, desde 1795, por el Imperio ruso, supuso la creación de movimientos clandestinos en favor de un renacimiento cultural y nacionalista, fortaleciendo, de esta manera, la conciencia nacional, en la que se inscribe la obra de Čiurlionis. Este período fue crucial para la formación de la identidad lituana y sentó las bases para la restauración de la independencia en el siglo XX.

Sin embargo, en el año 2000, la exposición ‘Čiurlionis hasta ahora desconocido’, organizada por el Museo Nacional de Arte de M. K. Čiurlionis, reveló la existencia de su álbum fotográfico ‘Anapa 1905‘, compuesto por cuarenta y siete fotografías.

Čiurlionis. Anapa 1905
‘The Seashore’. Fotografía perteneciente al álbum ‘Anapa 1905’, de M. K. Čiurlionis.

Este hallazgo permitió una revalorización de su legado visual y conceptual, insertándolo en el contexto de la fotografía artística de inicios del siglo XX, momento en el que la fotografía se consolidó como un medio de expresión artística en expansión, convirtiéndose, desde finales del XIX hasta el primer tercio del siglo XX, en un lenguaje artístico propio de la modernidad y muy empleado en los movimientos de vanguardias.

Así pues, Čiurlionis, al igual que otros artistas como Pierre Bonnard, Constantin Brancusi, Edgar Degas, Paul Gauguin, Gustave Moreau, Alphonse Mucha, Edvard Munch, Pablo Picasso, Auguste Rodin, Édouard Vuillard, etc., encontraron en la fotografía un recurso valioso para sus procesos creativos, ya sea como herramienta auxiliar para sus trabajos o como una exploración en sí misma.

El uso de la fotografía en este contexto responde a dos factores fundamentales. Por un lado, los movimientos artísticos de la época experimentaron una transformación radical en su concepción de la realidad, entendiéndola como una construcción subjetiva y alejándose del realismo mimético. Esta evolución estuvo influenciada por la estética subjetivista que define el arte moderno, así como por el pensamiento de Henri Bergson y Sigmund Freud.

Por otro lado, la aparición de la fotografía permitió a la pintura emanciparse de su función representativa, abriendo nuevas posibilidades de experimentación. Ambos factores dieron lugar a una visión estética distinta a la de los movimientos precedentes, marcando un punto de inflexión en la manera de percibir y representar la realidad.

Así pues, la fotografía se convirtió en un medio expresivo clave para esta nueva exploración estética, convirtiéndose en una herramienta para capturar detalles que se escapaban al ojo humano, para documentar la vida cotidiana, reelaborar la reproducción fotográfica o buscar significados nuevos llenos de resistencia política e identidad nacional.

‘The Sea’. Fotografía perteneciente al álbum ‘Anapa 1905’, de de M. K. Čiurlionis.

No obstante, no debemos olvidar que la relación entre la fotografía y el arte fue muy compleja desde sus inicios, al considerarse por muchos como una simple herramienta mecánica, como demuestra la crítica de Baudelaire en ‘El público moderno y la fotografía’.

“Como la industria fotográfica era el refugio de todos los pintores fracasados, demasiado poco capacitados o demasiado perezosos para acabar sus estudios, ese universal entusiasmo no sólo ponía de manifiesto el carácter de la ceguera y de la imbecilidad, sino que también tenía el color de la venganza. Que tan estúpida conspiración, en la que se encuentran, como en todas las demás, los embaucadores y los embaucados, pueda triunfar de una manera absoluta”.

Este debate sobre si la fotografía debía ser considerado arte o no, que tanto tiempo ha perdurado entre la sociedad, los críticos y los artistas, puede ayudar a entender que muchos trabajos fotográficos de grandes artistas hayan quedado en un segundo plano o, incluso, olvidados durante mucho tiempo, como en el caso de ‘Anapa 1905’.

Otro aspecto clave en el reconocimiento tardío de la fotografía de Čiurlionis es el predominio del centrismo angloamericano en la historiografía del arte y la fotografía. A lo largo del siglo XX, la narrativa hegemónica privilegió a los artistas de Europa occidental y Norteamérica, dejando a un segundo plano a los creadores de Europa del Este.

‘Two Men Aboard the Ship’. Fotografía perteneciente al álbum ‘Anapa 1905’, de de M. K. Čiurlionis.

El caso de Čiurlionis ejemplifica las dificultades que enfrentaron muchos artistas para ser integrados en la historia global de la fotografía. La omisión de su obra fotográfica hasta el siglo XXI pone de manifiesto la necesidad de replantear los paradigmas historiográficos y de reconocer la contribución de estos artistas al desarrollo del medio.

A pesar de no haber desarrollado una carrera fotográfica formal, Čiurlionis abordó este medio con la misma sensibilidad experimental que caracterizó su obra pictórica y musical.

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Por lo tanto, la fotografía de Čiurlionis también contiene los códigos estéticos del modernismo temprano. Sus fotografías se alejan de la tradicional composición-forma de los movimientos fotográficos pictorialistas propios de finales del siglo XIX en Europa, no a través de una estrategia creativa intencionada, sino por la capacidad innata del artista para ver de manera diferente, y forman, por lo tanto, parte de su obra, no como bocetos, sino como parte integral.

La serie de fotografías en blanco y negro, que tomó Čiurlionis con su cámara, son un relato fotográfico de su estancia en Anapa mientras estaba, en el verano de 1905, invitado por su mecenas de Varsovia, Bronislawa Wolman, y su familia.

El tema principal de sus fotografías es el mar embravecido, sus reflejos y su infinitud, sus costas rocosas, empinadas e inaccesibles. También aparecen barcos y pescadores a la orilla del mar o en un barco, en algunos casos como siluetas contra el sol. Muy pocas escenas de amigos, pero inevitables, como recuerdo de su estancia en Anapa.

Čiurlionis. Anapa 1905
M. K. Čiurlionis, caminando sobre la orilla rocosa. Fotografía perteneciente al álbum ‘Anapa 1905’.

También hay imágenes del propio autor entre estas fotografías que, posiblemente, son un deseo de dejar constancia de su presencia, como es el caso de una fotografía en donde se le ve andando de espaldas debajo de un acantilado o a bordo de un velero. Imágenes en las que muy posiblemente haya dado indicaciones de la composición y el encuadre.

Hay predominio de planos generales para los paisajes, de planos medios cuando hay personas y ausencia de planos cortos. El uso de la luz ambiental muestra los días soleados y calurosos del verano con fuertes claroscuros que se han desvanecido en las imágenes con la pátina del tiempo.

La manipulación manual de los negativos en placas de vidrio denotan un interés técnico, y la secuencia de las fotografías, entrelazando paisajes y retratos de pescadores, junto con los diferentes tamaños y recortes que hacía sobre las imágenes, muestran el interés por una narración y una búsqueda creativa que expresa el mundo de Čiurlionis, dando un significado general al conjunto de las imágenes.

‘The Seashore’. Fotografía perteneciente al álbum ‘Anapa 1905’, de M. K. Čiurlionis.

No podemos entender las fotografías de Čiurlionis de manera aislada. ‘Anapa 1905’ constituye un proyecto fotográfico que se entiende como un todo interconectado con sus teorías estéticas e ideológicas. Sus sueños y visiones, pensamientos e ideas que nacen en Anapa son la expresión de la visión del mundo de Čiurlionis.

El paso del tiempo ha añadido una nueva dimensión de interés a las fotografías de Čiurlionis. Sus contrastes disipados, la pérdida de definición y la falta de nitidez contribuyen a reforzar su visión artística. Es, precisamente, esa imperfección la que eleva su obra a una de las más sublimes expresiones de libertad. Lejos de restarles belleza, estas características la intensifican, permitiendo que la imaginación del espectador complete las escenas. Así, la contemplación se vuelve más profunda, ya que cada observador proyecta en la obra su propia interpretación de la idea original del artista.

Por lo tanto, el significado último de ‘Anapa 1905’ es crucial dentro del corpus artístico de Čiurlionis, pues revela cómo, a través de distintos medios expresivos, mantiene la misma percepción del mundo. Las formas simbólicas que suponen las costas rocosas con sus imponentes montañas y acantilados, el mar agitado y sus reflejos superan el mero formalismo visual y se transforman en un viaje metafórico que refleja un sentimiento nacionalista madurado con el tiempo, que atraviesa toda su obra.

Su fotografía, se convierte pues, al igual que el resto de su producción artística, en un testimonio de cómo el arte es el espacio donde lo humano y la naturaleza se funden en una unidad indisoluble, expresando la manifestación sensible del espíritu libre.

'Anapa 1905', de M. K. Čiurlionis.
‘M. K. Čiurlionis in the Sailboat’. Fotografía perteneciente al álbum ‘Anapa 1905’, de M. K. Čiurlionis.

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