‘Color Específico’, de Laura Tenllado
Cosín Estudio
C / Denia, 3. Valencia
Hasta el 7 de julio
‘Color Específico’, que la artista valenciana Laura Tenllado exhibe en Cosín Estudio hasta el próximo martes, 7 de julio, supone un ejercico de luz, color, espacio, materia y realidad, un brote de frescura a borbotones exhaustivamente dispuesta y cuidadosamente dispersa a lo largo y ancho del marco arquitectónico de este estudio de diseño ubicado en Ruzafa.
Tenllado, que se encuentra en pleno proceso de preparación de su TFG -ultimando su periplo académico en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos-, ha experimentado un proceso de metamorfosis plástica que le ha permitido superar unos inicios emparentados con la figuración para sumergirse de pleno a investigar y descubrir otras disciplinas, como la abstracción, género que le ha aportado un sentido técnico libérrimo, una herramienta perfecta para conjugar materiales, texturas, colores y volúmenes, reportando a la luz una acepción protagónica como denominador común en sus creaciones más recientes.
En esta línea, la obra de Laura Tenllado, además de remitir ineludiblemente al norteamericano James Tarrell (erigido en uno de sus referentes) -popularmente conocido como el artista de la luz-, permite reflexionar en torno del minimalismo por su reducción a lo esencial; y lo esencial se presenta en la obra de esta joven artista como un complot perfectamente arbitrario de luz, materia, color y textura que interactúan y provocan un amplio abanico de interpretaciones visuales que nos animan a trascender los límites de la percepción cotidiana.
Con cada una de las obras de la muestra, concebidas ad hoc para cada espacio, Laura Tenllado desarrolla un ejercicio de experimentación en el que el espectador cobra un papel decisivo, cuya presencia perfila definitivamente cada una de las composiciones, sustentadas por el color como punto de fuga. No obstante, Tenllado gusta de interactuar con el azar, permitiendo que el frío, el calor, el volumen y la textura puedan incidir y modificar sus creaciones, explorando el uso del espacio en el que se encuentran, a modo de homenaje a Donald Judd (otro de sus iconos explícitos).
Igualmente, la artitsta utiliza el agua, la luz y las tonalidades del arcoíris como materias pictóricas; el color negro como un punto de oxígeno visual; el fluorescente como transparencia de la opacidad. Sus materiales invitan al tacto de modo inmediato e, indirectamente, a otros sentidos. Saborea el error de una pieza y lo eleva al olimpo de lo bello.
Resinas acrílicas, placas petri, plástico, cristal, agua, pigmentos, colores primarios, transparencias, tubos, cables, otros materiales descontextualizados y luz, mucha luz natural, artificial, inducida y cuantas variantes puedan imaginarse, orquestan una muestra tridimensional en la retina del espectador, cuyo lenguaje intrínseco permite focalizar la atención sobre cuanto pasa desapercibido.
Merche Medina
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