Galería Alba Cabrera
Félix Pizcueta número 20, bajo. Valencia
Hasta el 20 de mayo de 2016
La galería Alba Cabrera expone hasta el 20 de mayo la obra de Cristina Alabau (Valencia, 1963) en cuya trayectoria artística se entremezcla lo natural con lo abstracto, en un trasfondo en el que la luz mediterránea cobra el mayor de los protagonismos. Cristina Alabau utiliza un lenguaje abstracto para mostrarnos sus espacios íntimos llenos de intensidad visual y poética, donde las formas presentes en su trabajo, captadas principalmente a través de la acuarela, permanecen en movimiento, cobrando vida entre texturas rodeadas de cromatismos fríos.
Para llegar a ellas, Cristina Alabau se sirve en unas ocasiones de la estética del apropiacionismo a través de la cual fotografía texturas de otras fotografías, y en otras, son sus mismas fotografías las que captan la realidad para volverla a descomponer, convertida finalmente en irreconocible. Aparentemente lo irreconocible crea confusión, pero el universo abstracto de Cristina Alabau, tras atraparnos, nos rodea y nos introduce en una iconografía que nos lleva hacia una estética de lo natural, donde las formas abstractas cobran vida y con ellas surge el movimiento. Su trazo personal y sutil, recuerda la pulsión de los surrealistas, donde los ritmos y las estructuras conectaban y conectan un fondo y una figura que permanecen atrapados y enclaustrados en el mismo juego simbólico del collage, como punto de partida para componer.
Su universo simbólico también atrapa a las esculturas y no por ello elige cualquier material, sino el cristal de Murano, cuya forma de trabajar refinada y artesanal, está en consonancia con sus pinturas y sus abstracciones emotivas, las cuales están llenas de vida y de transparencia. Las capas y las veladuras nos introducen en un mundo de luz natural en movimiento en el que las líneas vegetales y orgánicas cobran vida, mientras que sus formas vegetales se reconstruyen en base a otras formas y estructuras que quedan abiertas, a pesar de haber sido atrapadas en espacio y tiempo.
Cristina Alabau nos expone su mundo interior a través de unas obras en las que los personajes son figuras abstractas que se repiten, una abstracción expresiva y pura que también nos habla de una necesidad interior, cuyos colores, tienen efectos físicos y cuyas formas penetran en nuestra conciencia a través de la cual se produce una reacción estética, cuya expresividad surge de la forma. El mismo Kandinsky así lo consideró al mantenerse fiel al “principio de la necesidad interna” en el que aflora la subjetividad del arte abstracto. La misma subjetivad presente en la obra de Cristina Alabau, cuya exploración pictórica nos habla de lo sutil, lo delicado, lo poético o lo lírico a través de composiciones en las que el elemento melódico junto con el personal, son la fuente de inspiración.
Irene Ballester Buigues