‘The Possibilities Are Endless’
In-Edit
Metrópoli, Festival Media de Cultura y Entretenimiento de Gijón
Recinto Ferial Luis Adaro
Paseo del Doctor Fleming 481, Gijón
Hasta el 3 de julio de 2016
La tercera edición del Festival Media de Cultura y Entretenimiento de Gijón Metrópoli vertebra, entre su programación, un apéndice de colaboración con el Festival Internacional de Cine Documental Musical In-Edit de Barcelona, proyectando tres largometrajes del género de muy heteróclito contenido.
‘Lambert and Stamp’ -”la historia de Chris Stamp and Kit Lambert, los aspirantes a directores de cine que buscando temas que rodar en el underground acabaron descubriendo a The Who y siendo parte de su carrera”-, ‘Bird On A Wire’ -”gira de Leonard Cohen en 1973, censurado en su momento, por así decirlo, al mostrar la imagen del canadiense que su entorno estaba lejos de calificar de apropiada (…) tras conseguir sobrevivir a treinta años en un almacén”- y el destacado y peculiarísimo ‘The Possibilities Are Endless’ -”maravillosamente terco afán de superación de Edwyn Collins”-.
Efectivamente, esta última cinta, bajo la dirección de James Hall y Edward Lovelace, se aproxima a la figura del otrora icono del new wave Edwyn Collins, vocalista de la formación escocesa ‘Orange Juice’ (1979-1985) -precedentemente ‘Nu-Sonics- y de agreste trayectoria como solista, en la que destaca su celebrado one-hit wonder ‘A Girl Like You’ -aplaudido single en las listas anglosajonas y peninsulares de mediados de los noventa-.
Once años atrás proliferaba en los tabloides, magazines e informativos una luctuosa noticia para los seguidores del edimburgués: una hemorragia cerebral severa sometía a Collins a un impredecible estado comatoso y ulterior pérdida de capacidad comunicativa y lectoescritora.
Sobre el perseverante proceso y trabajo de rehabilitación daba cuenta su esposa y manager Grace Maxwell en el inquietante ‘Falling and Laughing. The Restoration of Edwyn Collins’: “»Antes de que pudiéramos añorar su inteligencia, su fabuloso sarcasmo, su altísimamente desarrollado sentido del absurdo (¿dónde habrán ido?, ¿volverán?) teníamos que lidiar con cuestiones de simple identidad». Esta personalísima crónica sirve a Hall y Lovelace de ineludible raquis y horizonte fundamental para abordar su proyecto documental.
Durante su periplo hospitalario, un mermado Collins, apenas capaz de proferir algunas interpelaciones monosilábicas y desnortadas frases inconexas, procura una recurrente sentencia axiomática que nomina lúcidamente el título del filme: “Las posibilidades son infinitas”. Con tales mimbres de un pasado henchido de ciertas resonancias internacionales y un virulento punto de inflexión biográfico, James Hall y Edward Lovelace aciertan al procurar una aproximación que huye de la ortodoxia documental para implementar un trabajo rayano en la evocación y sirviéndose de un metafórico lirismo, sostenido por la voz en off de Edwyn Collins y Grace Maxwell y la interpretación de su hijo William, quien encarna la figura paterna en diversas recreaciones adolescentes.
‘The Possibilities Are Endless’ constata los frutos de la angosta tenacidad -Collins ha proseguido publicando diversos y sucesivos discos, amén de retornar a los escenarios-, bajo la morfología de una alegoría visual que huye de los arquetipos del género.
Jose Ramón Alarcón
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