El triunfo de la imagen. El daguerrotipo en España
La Nau de la Universitat de València
C / Universitat, 2. Valencia
Hasta el 23 de abril de 2017
Si el óleo es la materia de la expresión de la pintura y la piedra, de la escultura, entonces la luz puede decirse que lo es de la fotografía y del cine. Antes de que el arte llegara a la fotografía y, con él, la modulación de esa luz, diríase que su descubrimiento alumbró la imagen todavía sacudida por las imperfecciones del invento. De hecho, la primera de la que se tiene constancia, realizada en 1826 por Nièpce, mostraba las cicatrices del grano producidas por las quemaduras de esa luz que abruptamente anegaba su material fotosensible. Son las imágenes “rupestres” de la historia de la fotografía todavía por hacer.
Historia que empieza a ver la luz gracias a exposiciones como El triunfo de la imagen. El daguerrotipo en España. “No es la exposición definitiva, pero sí la primera en importancia”, subrayó Pep Benlloch, junto a Miguel García, comisario de la muestra inaugurada en La Nau. Se trata de la primera que aborda la historia del daguerrotipo en nuestro país. La colaboración entre la Universitat Politècnica de València (UPV), institución que representa a España en el proyecto europeo Daguerreobase (plataforma web destinada a recoger y preservar los daguerrotipos existentes en Europa), y la Universitat de València lo ha hecho posible.
“En otros países se reconoce la importancia de la fotografía, que es recogida en museos, mientras que nosotros la tenemos dispersa y sin que todavía se considere materia de estudio”, explicó Benlloch. Y puso como ejemplo las apenas más de 200 tesis dedicadas a la fotografía (“¡eso es ridículo!”) y el hecho de que la universidad española no tenga área específica para su investigación. “Que no sea objeto de estudio es sintomático de esa falta de interés”, apuntó el comisario. “Aquí hay coleccionistas de arte que todavía no la consideran como tal”, agregó.
Aún así, Benlloch reconoció que se estaban “quemando etapas”. El conjunto de daguerrotipos reunidos por primera vez en una exposición como la que acoge La Nau es una buena muestra de ello. Entre las más de 150 piezas, destaca una de las cámaras comercializada por Louis Daguerre, pieza de gran valor por cuanto se conservan apenas una decena de originales, así como algunas de las primeras vistas exteriores, igualmente escasas.
También hay sorprendentes retratos, como el de la Bailarina de la escuela bolera con castañuelas, el recién descubierto de Isabel II (primera fotografía de un Borbón) o el Retrato de mujer y dos niñas, a los que se suma uno de los primeros desnudos de mujer. “La exposición es extraordinaria, tanto por la cantidad como por el valor de las piezas reunidas”, subrayó Antonio Ariño, vicerrector de Cultura. “Es minuciosa, tiene muchos detalles y aporta mucha información”, señaló María Victoria Vivancos, vicerrectora de Cultura de la UPV.
Las primitivas fotografías de La Nau (el daguerrotipo se presentó oficialmente en Francia en 1839) revelan esa mezcla de ciencia y magia que acompaña desde sus albores a la imagen fotográfica. “Los usos y funciones que se predicen en el momento de presentación de una tecnología, rara vez coinciden con el uso que se hace de ésta cuando se desarrolla socialmente”, se explica en uno de los expositores. De manera que el “tan ansiado sistema mecánico de reproducción de la realidad”, que supuso el descubrimiento de la fotografía para los comisarios de la muestra, se vio prontamente invadido por el misterio que aportaba ese grano excesivo que dejaba la luz como huella de la quemadura.
Las piezas que conforman El triunfo de la imagen. El daguerrotipo en España proceden de una treintena de instituciones públicas y coleccionistas privados. Y entre ellas cabe igualmente destacar los primeros daguerrotipos realizados en Valencia, gracias principalmente a la Real Sociedad Económica de Amigos del País. “Reunir todos estos objetos ha supuesto dos años de intenso trabajo”, puntualizó Benlloch. Esfuerzo que permitirá a futuros investigadores de la fotografía “tener un lugar al que acudir”, indicó el comisario.
“La historia de la fotografía está todavía por escribir”, aunque los responsables de la exposición hayan puesto los primeros renglones. “Con esta exposición descubrimos nuevas piezas que aportan claves para reconstruir esa historia”. Una historia que empezó hace casi dos siglos y de la que ahora empiezan a recogerse sus frutos. De hecho, el daguerrotipo, a modo de clausura de la exposición, demuestra su vigencia mediante una pequeña selección de imágenes contemporáneas que lo utilizan como medio de expresión.
Salva Torres
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