Box (Caja), de Cristina Lucas
Fachada del IVAM
C / Guillem de Castro, 118. Valencia
Hasta junio de 2017
El IVAM tiene en su colección una obra de Cristina Lucas (Jaén, 1973) relacionada con el suicidio de notables escritores. Y ahora ha iniciado la serie ‘El IVAM produce’ con una intervención en su fachada realizada por la propia artista igualmente ligada con el tema de la muerte. “Este nicho mortuorio conecta con ello”, señaló José Miquel Cortés, director del museo. A raíz de lo cual se explayó su autora: “Lo efímero es algo real en nuestras vidas y, dado su carácter efímero, te acercas a cosas que tengan cierta permanencia, como la geometría o la estabilidad de las formas”.
Box (Caja), la pieza de 9×9 metros creada ex profeso para la fachada del IVAM, reúne ambos aspectos aludidos por la artista: su clara referencia a la muerte y su vinculación con el volumen geométrico, que otorga cuerpo formal al cubo y sirve de alojamiento al cuerpo real de quien pierde la vida. Esa “escenografía tétrica” (Cortés dixit) permanecerá colgada durante seis meses en el frontal del museo, como primera muestra de la actividad artística en espacios menos convencionales del instituto valenciano. José Maldonado ya prepara otra en la entrada del IVAM lab.
La obra de Cristina Lucas está realizada en formato de valla publicitaria, porque la artista dijo llevar un tiempo interesada por esa publicidad que, al igual que la política, “te ordena lo que tienes que hacer”. Algo contra lo que ella se rebela, utilizando para ello el arte. “La misión del arte es hacer pensar y no adoctrinar como hace la publicidad”. A ello se refirió igualmente Cortés, al presentar la nueva iniciativa de ‘El IVAM produce’: “Queremos un museo no estancado, ni muerto, sino un museo vivo que amplíe y cuestione el papel del propio museo”.
Cristina Lucas, tomándose al pie de la letra estas palabras, habla en Box de lo vivo a través de lo muerto, poniendo en cuestión la publicidad, su imperativo de compra, de velocidad, de prisas, mediante la interrogación artística, de cuya permanencia se hace intenso eco en su obra. “Frente a la fugacidad está lo trascendente, lo que siempre permanece: los colores y la geometría”. Y agregó: “Lo muerto es algo común a todos”.
-“¿Están entonces los museos muertos?”
-“El museo es un lugar que atesora el tiempo y lo que está ahí es lo que permanece, lo que debe permanecer”.
Lucas también se refirió, en este sentido, a la trascendencia como aquello que atraviesa el tiempo en busca de esa permanencia aludida. “El nicho mortuorio está claro, pero es tan abstracto que permanece y se hace trascendente”.
-“¿Son entonces los museos los templos modernos?”
-“Los museos son templos de siempre”.
Sobre la fachada de ese templo, en diálogo con la escultura circular de Richard Serra, Cristina Lucas muestra su caja o cubo para que el espectador se haga preguntas. Las mismas que le han llevado a ella a cuestionar la publicidad: “Nunca antes había trabajo en formato de valla publicitaria, es mi primera vez, pero hay mucha reflexión sobre el fenómeno de la publicidad”. De manera que la seducción típicamente publicitaria se transforma en el trabajo de Lucas en una tumba abierta, que viene a quebrar el glamour de aquellas otras imágenes destinadas al fugaz consumo.
De ahí que Cortés hablara del trabajo de Cristina Lucas como de “muy potente”, tanto desde el punto de vista “de las imágenes que produce” como desde el punto de vista “conceptual”. También se refirió a la pieza Box como “muy ambigua”, por cuanto el espectador tan pronto puede ver “algo más tétrico” como algo “más relacionado con lo arquitectónico”. Arquitectura en todo caso relacionada con esa fosa común que penetra de forma siniestra en el IVAM a través de su fachada intervenida.
“Es una imagen sencilla, sin referencias, inquietante pero muy próxima; se trata del interior de un nicho mortuorio”, describe la artista, abriendo la senda por la que después transitarán otros artistas. Cortés explicó que el formato de ‘El IVAM produce’ será para todos el mismo y que, en todo caso, puede caber la pintura. “Podría ser, por qué no, aunque debería ser un tipo de pintura que aguante los seis meses que permanece a la intemperie la obra”. Permanencia que Cristina Lucas cumple con creces al servirse de la fotografía, la lona de una valla publicitaria y, lo más permanente de todo, la muerte aludida en Box. La esencia del arte.
Salva Torres
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