Cosas de papá y mamá, de Alfonso Paso
Teatro Flumen
Gregorio Gea, 35. Valencia
Del 24 de febrero al 5 de marzo de 2017
A través del hilo del teléfono la voz de María Luisa Merlo suena fresca y dinámica, pletórica de entusiasmo. Igual podría la de una mujer de 30 como la de una de 50 años. Pero ella ya ha rebasado esas cotas y con sus setenta bien cumplidos se encuentra en lo más alto, desde una atalaya que permite contemplar el paisaje de su propia vida, con sus aciertos y sus fallos, con sus logros y frustraciones como la de cualquier persona. Una vida intensa, rebosante de aplausos, amores y desengaños.
Y de amores es de lo que hablamos. El 13 de febrero, víspera de San Valentín, pasó por Valencia para presentar ‘Cosas de papá y mama’, una comedia de Alfonso Paso adaptada a la sociedad de hoy que trata de las relaciones sentimentales en la edad de oro, con la que estará en el Teatro Flumen del 24 de febrero al 5 de marzo.
“Estoy muy contenta como cada vez que vengo a mi terreta”, dice la veterana actriz. “Aquí siempre me siento feliz. Se me sube la niñez a la garganta cuando paseo por estas calles y tengo a varios primos a los que quiero como hermanos”.
Tercera generación de actores emparentados con Concha Piquer, Merlo nació en el número ocho de la calle Sueca y fue bautizada en San Valero, russafera de pro. Con nueve años se trasladó a Madrid para iniciar sus estudios de danza con Alberto Portillo y desde su debú en Verona inicia una exitosa carrera artística. Sus primeras apariciones en la televisión son el famoso programa Estudio 1 de la mano de los grandes directores y actores de los años sesenta y setenta.
Junto a su marido, Carlos Larrañaga formó su propia compañía de teatro con la que produjeron numerosas montajes. También fue pionera de la Compañía Nacional de Teatro Clásico a las órdenes Adolfo Marsillach. Ha aparecido en numerosas series televisivas. Sus principales y más recientes trabajos escénicos son: ‘La ratonera’, ‘Yo, Leonor de Aquitania’ y ‘100 metros cuadrados’. Con estas dos últimas piezas estuvo hace ya diez años en el Olympia y en El Musical.
Tras una década de ausencia regresa con una obra que entona un canto al amor en la tercera edad. Bajo la dirección de Juan Manuel Pardo, comparte cartel con Juan Meseguer, Marta Valverde, Naim Thomas y Alberto Delgado.
Ella es Elena, una hipocondriaca que en la consulta del médico conoce a Leandro, también obsesionado por su salud. El amor surge entre ambos como un virus incurable y contagioso. Pero deben enfrentarse a la oposición de sus hijos que, además, trabajan juntos. “Se han hecho algunos cambios sobre el texto original pero pocos”, comenta Merlo. “Los protagonistas no somos cuarentones sino sesentones, pero la trama sigue igual. La historia demuestra que el amor es la mejor medicina y que cuando dos personas se quieren son capaces de luchar contra viento y marea para seguir juntos. Es absurdo que las relaciones entre personas mayores estén mal vistas. Pero así ocurre”.
No echa de menos sus trabajos televisivos. “Los nuevos directores no quieren actores y actrices a los que se entienda bien lo que dicen”, ironiza. “Piensan que la gente de teatro no sabemos hacer televisión, pero me importan tres pepinos». Lo que sí le dolió fue que no se incluyera Estudio 1 en el programa especial del 60 aniversario de Televisión Española. “Estoy muy orgullosa de mi paso por Estudio 1. Mi padre me decía que los viernes el teatro perdía público por nuestra culpa”.
Todavía no tiene una fecha concreta, pero acaricia la idea de la jubilación. Por primera vez en su vida siente el deseo de retirarse, aunque dice que no lo hará a bombo y platillo, sino discretamente. “Yo crecí entre bambalinas viendo trabajar a grandes actores y actrices”, recuerda, “pero lo que veo ahora no me gusta nada”.
Se refiere al tremendo paro que afecta a la profesión, al 21% el IVA que mina los ingresos. ”La situación actual me da mucha pena. En los años sesenta existían más oportunidades. Ahora lo mejor del teatro es el público, que ha decidido seguir llenando las salas. Considero que es una suerte haber nacido en un país tan rebelde”.
Aunque deje el mundo de la farándula para gozar de un merecido descanso, a Merlo le queda mucha vida por delante. Está su numerosa familia, cuatro hijos, cuatro nietos y un bisnieto, Álex; su amor a los viajes y sus consultas de psicología espiritual “a las que cada vez acude gente más más joven”, comenta la incombustible dama de teatro.
Bel Carrasco
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