Elefantes
Espai Rambleta
Bulevar Sur, esquina calle Pío IX. Valencia
Viernes 12 de mayo de 2017
Elefantes llegaban a Valencia otra vez a presentar su nuevo plástico, ‘Nueve canciones de amor y una de esperanza’. En esta ocasión la plaza elegida era la siempre elegante La Rambleta, que lucía llena desde muchos minutos antes de la actuación, que estaba prevista para las 22.00h y se demoró un poco más, debido sin duda, a la gran cantidad de gente que seguía entrando en el teatro.
Después del regreso de la banda, que no editaba nada nuevo desde hacía nueve años, con el disco ‘El Rinoceronte’ (2014), que no cuajó del mismo modo que éste, la banda no ha parado de rodar; de hecho, antes de llegar a Valencia, habían estado en tierras aztecas, con una gira donde el éxito había sido la nota habitual.
Todo oscuro y preparado para que Shuarma, Jordi, Hugo y Julio saltaran a las tablas. El teclado presidía el escenario y Shuarma no tardó en hacerlo suyo con ese estilo tan inconfundible. Comenzaba, pues, un concierto que iba a ir subiendo en intensidad con cada nueva canción. El primer clásico inmediato, aunque pertenezca a su nuevo trabajo, no tardó en llegar: estoy hablando de ‘Duele’, esa magnífica canción donde el bueno de Bunbury presta sus cuerdas vocales.
Tras ello, Shuarma comenta, jocoso como en toda la velada, cómo había sido su gira mejicana y los dolores estomacales que traían derivados de la comida. Trago de vino, en una copa que nos daba envidia a los demás, y a por el siguiente himno: ‘Lo más pequeño’. Shuarma se levantó de la silla y el concierto también se levantó: ‘Que todo el mundo sepa que te quiero’ fue el acicate para las almas que se encontraban en La Rambleta, que se levantaron cual resortes y corearon la letra como si les saliera del mismísimo corazón.
La conexión entre la banda catalana y el público era total, estaban enchufados, existía una simbiosis que convertía el concierto en una fiesta a la buena música y sobre todo al amor. “Siempre hemos hecho letras un poco cursis”, nos dice el vocalista, pero para nada estaba de acuerdo con esa afirmación tan descabellada: ¿desde cuándo las buenas canciones de amor son cursis?
‘Azul’, ese tema que los aupó a lo más alto, que los hizo conocidos y que marcó un punto de genial inflexión en su carrera, estaba sonando en ese momento. La piel de gallina, los ojos dilatados y el corazón bombeando sangre. Pura historia de la música en castellano en directo. No podía faltar su cover de Perales, ‘Te quiero’, ese que hace justicia a un grande, y de paso se lo muestra a unas cuentas generaciones que no crecieron con él.
‘Somos nubes blancas’ fue otra que nos levantó. Un receso y volvieron con temas como ‘Pretendes’, de aquel primer y lejano ‘Elefantes’ (1996). Y se despidieron, no sin acordarse de lo que supuso para ellos su regreso musical, de esos primeros momentos juntos y de la conexión automática entre ellos para un nuevo disco. La elegida para decir hasta luego fue ‘Momentos’. Esperemos que vuelvan pronto para seguir inundando de amor al mundo.
Javier Caro
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