Open beds. An exhibition about de patrialchar rules of love, de Julia Navarro Coll y Cristina Cucinella
El Almudín
Plaza San Luis Bertrán, 1. Valencia
Hasta el 16 de septiembre de 2017
“Para mí estar casada es un acto de amor, de confianza”. “Yo no siento la necesidad de firmar un papel para estar con una persona”. “El mío fue un matrimonio concertado”. “Me casé porque mis padres me obligaron a casarme”. Estos son algunos de los 111 testimonios recogidos por Julia Navarro Coll en un video de 196 minutos que forma parte de la exposición ‘Open beds’. An exhibition about patriarcal rules of love, que hasta septiembre acoge l’Almodí de Valencia. Una colcha de 2.400 centímetros realizada en la India con diferentes vestidos completa la muestra que gira en torno a la pregunta ¿por qué te casaste o por qué no?
Como dice Navarro Coll, que presenta el proyecto firmado junto a Cristina Cucinella, ‘Open beds’ ofrece “un atlas multicultural sobre la construcción de la identidad familiar basada en el matrimonio, también una reflexión sobre sus excepciones y estigmatizaciones”. Y lo hace con un amplio abanico de testimonios que van desde el sentimiento gozoso que supone para algunas de ellas el matrimonio, a la explosión del llanto fruto de la amarga experiencia vivida por aquellas a quienes les resultó un calvario, debido al más cruel de los sometimientos.
El video collage de imágenes, tomadas siempre con las mujeres sentadas sobre alguna de las “111 camas hechas o deshechas” de sus habitaciones, revela tan amplio muestrario cifrado en los siguientes datos: 111 testimonios, 69 exilios, 12 meses de trabajo, 408 horas de rodaje y edición, 246 abrazos, 11 idiomas, 14 nacionalidades, cuatro religiones, apóstatas, ateístas y agnosticistas. Todo ello dispuesto para revelar el caleidoscopio mundo de la pareja, que las artistas visuales sintetizan en “los parámetros que las diferentes culturas esgrimen en su interés por controlar los mecanismos de fidelización de los afectos”, según la perspectiva de los estudios de género que ambas adoptan.
De manera que el matrimonio, objeto de la indagación en ‘Open beds’, termina, pese a los diferentes modos esgrimidos, reducido a la constricción de cierta libertad como consecuencia de las prácticas de las culturas patriarcales. “El amor libre o la crianza matriarcal, esquemas sociales en los que los cuerpos no son propiedades privativas del consorte y la descendencia puede ser cuidada por igual por toda la tribu, son utopías de difícil alcance en el siglo XXI y, en según qué lugar del planeta, utopías proscritas por la ley”, señalan las artistas.
Incluso en los casos en que las mujeres manifiestan haberse casado por amor, aparecen las dudas: “No es sencillo escuchar en público voces críticas sobre el asunto del matrimonio”, sostienen, “sin embargo, en privado, las mujeres hablan de sus decisiones, tal vez después de haberlas tomado y sin conciencia clara de por qué lo hicieron. Lo hice por amor, suelen responder”. El video collage reúne, pese a todo, testimonios bien distintos según el status y el contexto social de las mujeres que manifiestan sus afectos en torno a tan criticado matrimonio.
Entre las dos grandes pantallas de video, una con subtítulos al castellano y otra al inglés, que recogen tan diversas experiencias y estados de ánimo, se ubica la gran colcha realizada con telas y vestidos relacionados de algún modo con las diferentes ceremonias nupciales. “La colcha no es solo un trozo de tela. Las mujeres de Nandri Trust hemos hecho esta colcha volcando en ella todos nuestros sentimientos sobre el matrimonio”, señala en uno de los vinilos de la exposición Nasima Murahi, manager del colectivo femenino establecido en Mahabalipuran (India). Esta pieza, de nombre Bed cover, es un collage de sarées que conforma a su vez una gran cama redonda en la que el visitante puede introducirse tras desprenderse de su calzado.
Entre las dos pantallas que ofrecen los 111 testimonios audiovisuales, el círculo imaginario de las telas. De manera que las respuestas a la pregunta ¿por qué te casaste o por qué no?, en su mayoría críticas con el matrimonio y en ocasiones descarnadas vivencias que lo reducen a trituradora de afectos, hallan en el centro expositivo lugar de amable encuentro. Una utopía de esa tribu femenina que la ley proscribe y que las artistas visuales Julia Navarro Coll y Cristina Cucinella parecen reivindicar en el suntuoso espacio de l’Almodí.
Salva Torres
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