Fragmentos para la eternidad. Poéticas en torno a la ruina
Comisario: José Luis Giner
Fundación Chirivella Soriano
C / Valeriola, 9. Valencia
Hasta el 11 de noviembre de 2017
La ruina como “estado intermedio entre naturaleza y cultura”, en expresión de Anna Talens, es objeto de reflexión en la Fundación Chirivella Soriano, que reúne la obra de nueve artistas en la exposición Fragmentos para la eternidad. Poéticas en torno a la ruina, que comisaría José Luis Giner. La muestra trata de aproximarse, como señala el propio Giner, “a las múltiples lecturas de la idea de ruina y a su uso como recurso en el arte actual”. Lecturas que tienen al tiempo como protagonista de todas ellas, en tanto hablan de nuestro presente tomando como referencia restos del entorno evocadores de cierto pasado.
Ese límite fronterizo que revela toda ruina, a punto de morir o desaparecer tras haber sido producto vivo de la cultura, atraviesa el conjunto expositivo. De manera que su carácter nostálgico no deja de estar impregnado de resistencia, motivada por la reflexión presente. Como apunta Manuel Chirivella, presidente de la Fundación, “nuestro mundo todavía no está en ruinas, está en obras. Aún pertenece a la historia. Una historia muchas veces trágica, siempre desigual, pero irremediablemente común. Una historia que el arte debe relatar, porque el relato es el único mecanismo que engendra tiempo”.
Lida Abdul, Antonio Fernández Alvira, Bleda y Rosa, Carmen Calvo, David Bestué, Óscar Carrasco, Patricia Gómez y María Jesús González, María José Planells y la propia Anna Talens son los artistas encargados de construir ese relato aludido, para que la ruina o ruinas no desaparezcan bajo el peso del tiempo. Labor arqueológica unas veces ardua, porque exige la recuperación de unos restos ya desaparecidos por el avance y la destrucción urbanística, y otras simplemente evocadora de lo que sigue vivo pero tiende a olvidarse.
Anna Talens lo hace con el suelo de su estudio en Carcaixent, reproducido a escala de 1/1, que le permite recrear ese espacio cargado de valor, por pertenecer a la casa de su abuela. Un acto creativo, al tiempo que resistente, o resistente por creativo, en torno a un lugar próximo a convertirse en futura ruina. Esa nostalgia también forma parte de su otra pieza referida al desaparecido Palast der Republik de Berlín. Con algunos de los cristales del demolido edificio, Talens realiza una frágil escultura cuyos fragmentos, atados con hilo de seda, se asoman al abismo de una peana. “Mi obra es muy existencial, porque remite al miedo, el dolor, el placer”.
Ruinas que, a raíz de lo señalado por Talens, evocan la memoria personal e íntima, al tiempo que señalan hacia aquellos otros espacios públicos amenazados por la vorágine constructora moderna. De ahí lo de “Fragmentos para la eternidad”, cuyo título pretende abarcar el tiempo pasado inscrito en toda ruina, y el futuro apuntado en esa memoria que los artistas reflejan en su obra. Y “Poéticas en torno a la ruina”, porque después de todo son varias pero unidas por esa lírica que ofrece la mirada cercana, próxima, arqueológica.
“Describir las ruinas es remitir a lo temporal, ya que se intenta desde el presente comprender el pasado”, explica Giner. Y aproximarse a ellas “para que nos cuenten y así poder interpretarlas”, añade el comisario. Descripción y relato. O lo que es lo mismo: material diríase documental que, al formar parte de un conjunto narrativo, permite construir cierto relato. Relato a veces espinoso, como el de Carmen Calvo en su obra ‘Cristales’, cuyos fragmentos incrustados destilan cierta agresividad, sin duda contenida por las tonalidades de esos cristales.
“En un momento en el que todo conspira para hacernos creer que la historia ha terminado y que el mundo es un espectáculo en el que se escenifica dicho fin, debemos volver a disponer de tiempo para creer en la historia”, señala Chirivella. Y añade: “Esa sería hoy la vocación pedagógica de las ruinas utilizando el arte como vehículo”. Vocación que permanecerá abierta a la reflexión y al diálogo hasta el 14 de enero en la Fundación Chirivella Soriano, donde en su Sala d’arcs expone Cristina Santos su Chemtrails.
¿Podemos creer y confiar en todo lo que leemos y vemos por Internet? Para responder a esta pregunta, la artista de Vila-real monta una instalación que conjuga un texto, que poco a poco se va diluyendo, sobre las sugerencias para detectar las noticias falsas, con dos series de imágenes de un avión dejando cierta estela en la atmósfera. Esas dinámicas de velocidad, “de consumo rápido de contenidos, sin contrastar la información que se nos da”, son puestas en cuestión por Cristina Santos.
Salva Torres
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