Cuidado o ceniza.
La política forestal, desidia y mala gestión, junto al cambio climático, son los principales factores a tener en cuenta en la problemática de incendios de bosques. No cabe duda, que en los últimos años ha ido en aumento el número de siniestros, quizás esto se deba no únicamente a las altas temperaturas sino a la falta de prevención ocasionada fundamentalmente por el ser humano, a quien ha dejado de importarle el medio natural y lo utiliza como vertedero residual. Nos olvidamos de los parajes naturales, bosques y montañas, que nos aportan y garantizan funciones medioambientales como la biodiversidad, abastecimiento de agua y autorregulación climática. Resulta curioso e incluso sorprendente que busquemos nuestro propio malestar, pero la realidad es esta. La ambición de poder llega a tal punto que incluso recientemente en 2015, el poder ejecutivo del gobierno, aprueba ordenanzas como la Ley de Montes, que permite construir en terreno incendiado y deja vía libre a las comunidades autónomas para la recalificación de suelo que haya sufrido carbonizaciones sin que tengan que pasar los 30 años marcados como plazo en la anterior Ley del 2003.
Estamos en un momento en el que aun existiendo organizaciones ecologistas como Greenpeace, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Bajo el Asfalto está la Huerta, que entre sus objetivos principales está concienciar y fomentar la participación humanitaria a favor del equilibrio medioambiental, seguimos viendo prácticas contradictorias que una vez más se suman al monstruo más sanguinario y cruel, la hidra capitalista. Sin ir más lejos, el incendio forestal intencionado en 2016 entre el área de Jávea y Benitatxell (territorios de la provincia de Alicante) arrasó con 319 hectáreas urbanas y rurales, incluyendo el Paraje Natural de La Granadella. Quién sabe si tras esa “intención” y desaparecido culpable haya un plan urbanístico esperando el momento oportuno para introducir sus cimientos bajo el terreno. Suceso que recuerda particularmente al de 1992 en Sierra Cortina de Benidorm, terreno conocido como ‘la mayor pinada del Mediterráneo’ que figuraba como ‘no urbanizable de especial protección forestal’, y donde sobre sus cenizas actualmente se encuentra el parque temático de Terra Mítica, una enorme zona hotelera y dos campos de golf.
Es importante enfatizar en que el origen de estos “fuegos intencionados” no se investiga, no hay culpable sino culpables que pretenden desregular y eliminar cualquier tipo de limitación a la hora de desarrollar ciertas actividades urbanísticas y económicas. Sumidos en una corrupción contínua que viene de la mano de nuestro propio Gobierno y que no hace nada por cambiar la situación que afecta directamente al ecosistema. Debemos ser conscientes de la realidad y esta no es en absoluto satisfactoria, más bien lo contrario. Cada vez con más frecuencia y debido a los continuos incendios, se interrumpen los ciclos naturales de los bosques provocando la extinción de especies, aumentan los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, contribuyendo al efecto invernadero y por consiguiente al cambio climático. Existencia que en algún momento pareció un espejismo pero que ahora es evidente e inevitable.
- Vinz y Ana Karina proponen en el MuVIM una reflexión existencial fragmentada en cuatro estaciones - 19 diciembre, 2024
- ‘Juegos de Bauhaus’: Taiat Dansa sumerge a la audiencia infantil del TEM en las vanguardias - 17 diciembre, 2024
- Antonio López y José Luis Alcaine, en unas jornadas sobre Víctor Erice - 13 diciembre, 2024