El peso de las cenizas, de Anna Malagrida
IVAM
C / Guillem de Castro, 118. Valencia
Hasta el 24 de febrero de 2019
Del poliestireno, que sirve para fabricar los monumentos falleros, a sus cenizas hay todo un ciclo de vida y muerte alegórico de nuestra propia existencia. Frente a la belleza del carácter inmaterial que ha convertido a las fallas en Patrimonio de la Humanidad, se esconde un aspecto más sombrío y telúrico del que Anna Malagrida se hace cargo en su exposición El peso de las cenizas, que acoge el IVAM en su Galería 6 hasta el 24 de febrero. “¿Podría ser la alta entropía en el proceso de transformación de la materia una imagen premonitoria, una alegoría de un colapso o de una agonía de nuestro mundo?”, se pregunta la artista.
Se trata de una cuestión que Malagrida recoge plásticamente mediante una sucesión de videos, en los que se muestran el proceso de transformación de los ninots en ceniza. Un proceso, subraya la propia artista, “que se desvela con momentos que resultan ser de alta entropía, especialmente durante la Cremà y la gestión de los residuos y de las cenizas”. Entropía que viene a amenazar el orden de la significación, pasando así del trabajo de las máquinas, pesado y rutinario, a la cosa singular, vacía de sentido, de los restos en su más pura brutalidad. La fiesta, luminosa y cargada de sonrisas, dejando entrever su faz más áspera y amarga.
Son esas huellas, que Malagrida ya ha explorado en otros trabajos fotográficos, las que movilizan su atención, plásticamente recogida en los diez videos que integran su instalación. Huellas de lo real, de lo que se encuentra en los pliegues y hendiduras de la realidad, que desconciertan nuestra percepción de las cosas, al igual que la abstracción lo hace una vez conmovidos los cimientos de la figuración. De hecho, los videos contienen imágenes fácilmente reconocibles de las máquinas trabajando y de los espacios plagados de residuos, junto a otras donde las cenizas y el polvo van dificultando la percepción de las formas. Por eso hay referencias a Marcel Duchamp o Man Ray.
“Marcel Duchamp inventó el concepto de infraleve que le servía para medir esa energía apenas perceptible (lo inmaterial) y que se desperdiciaba en pequeñas situaciones y acciones cotidianas, como el calor de un asiento que se acaba de dejar”, subraya la artista. De manera que frente a lo claro, lo difuso, y junto a la terca pesadez de las máquinas, la liviana orfandad de la materia desprovista de vida. Como señaló José Miguel Cortés, director del IVAM, la artista trabaja sobre ese “aspecto desapercibido, leve, infravalorado, sucio, pero que contiene la fiesta de las fallas: del despilfarro y de lo que nada permanece”.
“No es una crítica medioambiental. Yo simplemente constato”, indicó la artista. Y lo que constata es, apoyándose en el concepto de entropía, “el desequilibrio de un sistema”, refiriéndose “a aquella energía que no puede ser utilizada como trabajo”. Cortés aludió al “carácter metafórico” de la exposición, sin duda apropiado para describir precisamente aquello que, como el propio arte, posee cierto aire de inutilidad, aquello que escapa al más estricto pragmatismo. “El trabajo de Anna Malagrida tiene la importancia de fijarse en las pequeñas cosas que transforman el mundo, lo leve, lo frágil, todo aquello a lo que no le damos valor y ella se lo da”, destacó el director del IVAM.
El peso de las cenizas, como se encargaron de subrayar tanto Cortés como la propia artista, se sitúa en los márgenes de la fiesta fallera, para alterar el relato habitual y centrarse en lo que viene después del fuego y la algarabía. Fuego recogido en los videos de la planta inferior de la Galería 6, para luego ascender hasta sus cenizas de la planta superior. Cuestiones como la memoria y la identidad cultural también están presentes en el proyecto videográfico. Por eso se refirió a las tensiones vividas en Cataluña el 1 de octubre y a las propiamente migratorias como reflejo de su proyecto, mediante el cual se podían explorar las posibilidades de integración derivadas de la fiesta fallera. “Había personas de diferentes lugares con un trabajo digno y que no les generaba tensiones, que es lo que pensaba encontrar”.
Se trata de la primera exposición de Malagrida realizada íntegramente con videos, tal y como reconoció la propia artista: “Es algo que se ha impuesto de modo natural”. Como natural “y no circunstancial” es que ahora mismo coincidan en el IVAM tres artistas como Anette Messager, Ángeles Marco y Anna Malagrida. “Lo que sí es azaroso es que las iniciales de las tres empiecen por A y M”, señaló en tono jocoso Cortés. La artista, más seria, evalúa la fiesta de las fallas desde el lado de la integración y la belleza, “beneficios que son patrimonio inmaterial de la humanidad”, mostrando su envés del derroche, la fragilidad y las cenizas que sin duda pesan. Un peso no exento de liviandad y sutileza plástica.
Ver la noticia en El Mundo Comunidad Valenciana
Salva Torres
- Vinz y Ana Karina proponen en el MuVIM una reflexión existencial fragmentada en cuatro estaciones - 19 diciembre, 2024
- ‘Juegos de Bauhaus’: Taiat Dansa sumerge a la audiencia infantil del TEM en las vanguardias - 17 diciembre, 2024
- Antonio López y José Luis Alcaine, en unas jornadas sobre Víctor Erice - 13 diciembre, 2024