Adults in the Room (Comportarse como adultos)
Dirección: Costa-Gavras
País: Grecia
Con Christos Loulis, Alexandros Bourdoumis, Ulrich Tukur, Josiane Pinson, Valeria Golino…
Tenía especial interés en visionar este film del griego Costa-Gravas por el complejo tema que aborda acerca del rescate financiero de Grecia en el 2015, porque sabía que se basaba en la autobiografía del carismático Yanis Varoufakis y porque este director siempre ha practicado un cine activista y socialmente comprometido. De él siempre recuerdo «La caja de música» con Jessica Lange interpretando el papel de una abogada que defiende a su padre, un exiliado húngaro al que le acusaban de colaborar con los nazis.
Lo cierto es que me esperaba mucho más de un «Comportarse como adultos» que, desde la lamentable traducción del título -no le pillo para nada el significado, parece un melodrama juvenil- hasta toda la línea argumental, me dejó la sensación de un largometraje algo incompleto e impreciso, seguramente una subjetiva impresión motivada por echar en falta más profundidad en la realidad social del pueblo heleno.
Y es que toda la cinta se sumerge casi exclusivamente en las duras negociaciones que Varoufakis mantuvo con la Troika, ese grupo de intimidantes hombres de negro que dependen del Fondo Monetario Internacional, del Banco Central Europeo y de la Comisión Europea.
Por supuesto hay detalles que hacen reflexionar al espectador, tales como que las opiniones del pueblo mediante sus votos sirven para bien poco frente a las políticas neoliberales más restrictivas, o cómo esas élites financieras no dudan en seguir sus dictámenes de austeridad sin casi ningún atisbo de benevolencia, filantropía y solidaridad. En ese sentido, así como en la importante responsabilidad de los medios de comunicación, sí que consigue Costa-Gavras exhibir su faceta más comprometida y emocional.
Para ello descarga todo el peso principal de la peli en Christos Loulis, quien se encarga de representar correctamente la firmeza del guaperas, motero y peculiar Yanis Varoufakis -posiblemente uno de los políticos europeos más individualistas e interesantes de los últimos años-, abarcando hasta los últimos días en que se aleja de ser la mano derecha del primer ministro Alexis Tsipras, líder de la coalición de izquierdas Syriza, y presenta su dimisión.
Lo dicho, no está mal la película, tiene sus momentos pero está excesivamente apelmazada por tanto detalle técnico a nivel económico cuando lo principal se cocía en las calles de Grecia. Como dijo a principios del año en curso Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, «se aplicó una austeridad irreflexiva, no fuimos solidarios con Grecia y la insultamos». Pues eso, lo que les decía Varoufakis.
Juanjo Mestre