‘El apartamento’, de Fermín Jiménez Landa
Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC)
Museu 2, València
Hasta el 29 de noviembre
“Has llegado a tu casa y, al entrar, has sentido la extrañeza de tus pasos que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras”, señala el poeta Luis Rosales. “Venimos a olvidar, a olvidar todas las cosas, absolutamente todas. Olvidaremos a las personas, lo que sabemos, todo lo que hemos hecho”, le dice Paul (Marlon Brando) a Jeanne (María Schneider) en ‘El último tango en París’, donde ambos viven una pasional historia de amor en un piso diríase sin alma, deshabitado.
Fermín Jiménez Landa se hace eco de esa extrañeza y de ese vacío de la vivienda donde, como en ‘La casa tomada’, del escritor Julio Cortázar, ciertas sombras se adueñan del espacio, para realizar un “trabajo poético” en una “exposición rara”, según palabras del propio artista.
‘El apartamento’, proyecto expositivo seleccionado de la convocatoria ‘Escletxes’ del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana, viene a ser una reflexión en torno a ese espacio interior de la casa que, casualmente en tiempos de pandemia, ha cobrado un protagonismo imprevisto.
Jiménez Landa lo que hace es replicar perimetralmente en la Sala 1 del Centre del Carme un apartamento próximo al espacio museístico, previamente alquilado y vaciado de muebles que, sin desembalar, son almacenados en el centro cultural. De esta manera, el artista establece un diálogo entre el apartamento recreado a modo de performance y ese otro apartamento vaciado, cuya dirección no ha sido revelada como parte del extraño diálogo expositivo.
“Es un trabajo escultórico y minimalista de vaciar algo y exponerlo”, explica Jiménez Landa, con cierto halo misterioso: “No hay nadie allí, no se sabe lo que ocurre dentro”, refiriéndose al piso alquilado que grupos reducidos podrán visitar, guiados por él tras vendarles los ojos para que no sepan la ubicación. “Es un cubo blanco, un no lugar, en el que habrá ciertas intervenciones”, apunta. La reverberación entre el apartamento recreado (“el rodapié se ha hecho a escala 1:1 y en la misma orientación”) y su referente, permite al artista provocar en el espectador la extrañeza que guardan las casas deshabitadas.
Cierta sombra agrega más extrañeza al proyecto, puesto que Jiménez Landa ha realizado con felpa negra la forma exacta de la sombra que arroja el edificio donde está el piso alquilado, medida exactamente un 4 de julio a las 10.51 horas. Sombra poética y área perimetral arquitectónica dándose la mano, para dibujar el perfil de un proyecto que aúna la racionalidad y el enigma que destilan las cosas muertas, ya sea por su embalaje o su descubrimiento inesperado tras liberarse de su función ordinaria.
Así sucede con las esquinas de la casa, de las que el artista sacó un molde de yeso, o las elipses pintadas en una pared, que asemejan la luz que se cuela por una persiana y que Jiménez Landa ha respetado, a modo de huella evocadora.
‘El apartamento’, que se puede visitar en el Centre del Carme hasta el 29 de noviembre, contiene cierta “frustración” y el “acto de fe” que supone imaginar el parentesco entre ambos espacios: el recreado en el museo y el posteriormente visitado, para quien así lo desee. Frustración al advertir que ambos lugares guardan zonas de sombra imposibles de iluminar del todo (como el propio inconsciente) y acto de fe, en principio necesario para adentrarte en la ficción propuesta. “Hay una cierta imposición al espectador: debe usar su imaginación para reconstruir lo que se omite a la vista”, señala Jiménez Landa.
Imaginación, incluso, para lo que, sin omitirse, requiere abrir la mirada, con el fin de liberarse de la “grosería” de nuestros órganos perceptivos, por utilizar el adjetivo empleado por Roland Barthes. De hecho, el apartamento expuesto en el Centre del Carme viene a ser la prolongación enigmática de ese otro apartamento vacío, cuyas huellas en forma de polvo y objetos abandonados tienen su traslación natural en los muebles (“ready mades”) guardados en el espacio museístico.
La exposición se irá completando con una serie de fotografías tomadas durante las visitas al apartamento alquilado. Fotografías que reproducirán, de nuevo, esa extrañeza que envuelve el conjunto. Extrañeza de los pasos, aludida por Rosales, que sin duda los espectadores que acudan con antifaz al piso referenciado sentirán, junto a la extrañeza de los muebles que embalados como fantasmas pueblan la Sala 1 del Centre del Carme.
Para la visita, explica el artista, al público se le venda los ojos en la puerta del museo “para que no sepan exactamente dónde queda el apartamento”. “Pueden ver de nuevo al entrar, provocando una sensación de extrañeza en la relación del apartamento con el museo”, añade Jiménez Landa, quien dice proponer una “nueva mirada a lo cotidiano”.
‘El apartamento’ conjuga por tanto el trazado arquitectónico y la mirada curiosa de quien sabe que, más allá de los planos, surge el misterio del espacio vacío. Lugares deshabitados que, sin embargo, reclaman la participación activa de un espectador dispuesto a llenar ese vacío con su memoria. Por muy errática que sea esa memoria y por distantes que se hallen los apartamentos puestos en extraño diálogo por Fermín Jiménez Landa.
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