‘Los de arriba’, de Adrián Novella
Bullanga Compañía Teatral (Castellnovo)
Con Jorge Bonora, L. Carlos Gómez, Candela Muñoz, Luis Peset, Francesc Romeu, Alison Torres y Lucía Torres
Teatre Rialto | Sala 7
Plaza del Ayuntamiento 17, València
Sábado 17 de octubre de 2020
En el último piso del emblemático edificio Rialto se celebra una fiesta clandestina, donde no falta el lujo, la ostentación, las sonrisas forzadas y el alcohol. ‘Los de arriba’ son, efectivamente, aquellos que viven por encima de la sociedad, de la masa, en su burbuja privada que parece inmune a los males de la gente corriente. Esta producción de Russafa Escènica, dirigida por Adrián Novella y con un joven elenco de actores, nos invita a formar parte de la clase alta española justo en el momento que explota la burbuja.
“Con esto de la pandemia el teatro queda mucho mejor como sala chill out”. Borja (Jorge Bonora) nos explica que han alquilado el último piso del teatro Rialto para organizar una fiesta y reencontrarse después del confinamiento. Que con esto de la pandemia, las salas están bajo mínimos e incluso agradecen que gente como ellos, que se lo pueden permitir, las alquilen para sus eventos privados. Aunque sabemos que no es real, que nos encontramos en una función de teatro, tampoco parece una idea tan disparatada. Todo llegará. Pero hoy no, hoy estamos viendo una obra de teatro.
‘Los de arriba’ es una apropiación del discurso más conservador, un discurso heredado por muchos jóvenes de familias adineradas. Isabel (Candela Muñoz) le ha organizado una fiesta de cumpleaños a su novio Carlos (Francesc Romeu), que acaba de volver del extranjero. Nosotros, el público, somos los invitados, sus amigos, y así nos tratan. De hecho, el público tiene un papel esencial dentro de la obra.
Las interacciones entre los actores y espectadores son constantes: se nos sirve bebida, nos enseñan una coreografía y lanzamos al aire nuestros deseos. En la organización del evento también ha participado el mejor amigo de Carlos, Gonzalo (L. Carlos Ruíz), su novia Valentina (Lucía Torres) y Borja, otro amigo del grupo. Estos personajes y el estilo de vida que dejan entrever en sus conversaciones e indirectas, contrasta con la camarera (Alison Torres), servidora del evento, y con Joan (Luis Peset), un infiltrado dentro del público.
La obra no puede ser de mayor actualidad. Es incluso premonitora, ya que un día después de la última representación conocimos la noticia de una fiesta clandestina en la residencia Galileo Galilei, y no me gustaría desvelaros el final, pero digamos que ambas terminan de manera semejante. Las nuevas condiciones en las que deben funcionar los eventos culturales (distancia de seguridad, gel, mascarilla) son integradas a la perfección, como un elemento clave para el desarrollo del relato. Resulta interesante cómo una pandemia global, que nos afecta a todos, difiere tanto según la clase social a la que uno pertenezca.
Adrián Novella ha demostrado tener una gran habilidad para optimizar el espacio disponible en la Sala 7 del Rialto. Por una parte, tenemos la carga simbólica que ofrece encontrarse en la zona más alta del edificio. Por otra parte, el juego entre el espacio y la acción: trasladar parte de la narración detrás de un ventanal, dejando a la vista de todos lo que debería ser secreto, o colocar en una esquina, detrás del público, la mesa donde trabaja la camarera, ampliando así el espacio escénico más allá de lo delimitado por el linóleo.
Sin embargo, los personajes podrían haberse desarrollado un poco más. Resultaban planos y tampoco se llegaba a profundizar en aquellos detalles que rompían con el relato. Se quedaban como pequeños matices, como algo superficial. Hay que tener en cuenta el tiempo de ensayo (apenas dos meses) y las condiciones de trabajo debido a la covid-19. Pero al final, todo pasaba tan por encima que los personajes no trascendían del estereotipo.
La obra estaba ubicada en la categoría de ‘Invernadero’, dentro del festival Russafa Escènica Festival de Tardor. El ‘Invernadero’ consistía en una producción propia de Russafa Escènica que buscaba la participación de artistas jóvenes con la intención de contribuir a su formación y su inmersión en el mundo laboral. Espacios como este son necesarios para mantener vivo el teatro de una ciudad, ofreciéndole apoyos a los nuevos talentos y facilitando el acceso a los circuitos escénicos.
En ‘Los de arriba’ vemos cómo se caen las máscaras y la verdad sale desbordada de tanto haber sido escondida. Una obra fresca y divertida, con un ambiente turbio que va in crescendo hasta dejarnos como aquel que presencia una discusión que no le incumbe, pero no puede dejar de mirar. Esperemos, eso sí, no acabar en las noticias como el Galileo Galilei.
- Sorolla, rastreador de tendencias - 7 enero, 2024
- Soraya Centeno: «La negrura no solo es un elemento estético, sino también un símbolo de nuestro espacio interior» - 22 noviembre, 2023
- Javier Calvo y la búsqueda incansable de nuevas fórmulas - 20 marzo, 2023