‘Jaén Distrito Minero: Cartografías’, de Antonio Alcaraz
Organiza: Fundación Caja Rural de Jaén
Comisaria: Alicia Ventura
Museo Íbero
Paseo de la Estación 41, Jaén
Hasta el 18 de mayo de 2021
El Museo Íbero de Jaén acoge la exposición del artista valenciano Antonio Alcaraz que, bajo el título de ‘Jaén Distrito Minero: Cartografías’, ofrece una visión contemporánea de la arqueología industrial del eje minero de La Carolina-Linares. Arqueología industrial que se ha constituido, desde hace ya unos años, en el foco de atracción de la mirada artística de Alcaraz, tomando como referencia los paisajes de “lugares improductivos” o los terrain vague del filósofo y arquitecto Ignasi de Solà-Morales.
Son espacios que han dejado de ser productivos, pero cuya presencia ha dejado huella en el paisaje dándole si se quiere un aspecto romántico. En el objetivo de su obra está tanto la de documentar estos lugares, como la de darlos a conocer y divulgarlos.
Dentro de sus series de ‘Arquitectura Industrial’, Alcaraz se ha sentido atraído por temáticas de muy diferente naturaleza como es el caso de la exposición ‘Espacios Industriales’ auspiciada por la Comunidad Valenciana con un interés claro de documentar faros, arquitecturas o instalaciones portuarias en desuso, pero también se ha sentido atraído por infraestructuras metálicas como puentes o ahora, en el proyecto que nos ocupa, por los restos de lo que fue la producción minera en el Distrito Minero de Jaén, Linares–La Carolina.
Arquitecturas en desuso que han dejado su huella en el paisaje de la comarca norte de Jaén, donde la actividad minera se desarrolla en la zona desde hace 4.000 años tal y como atestigua una estela romana, o que fue unos de los incentivos para que los colonos venidos en tiempos de Carlos III se instalasen las nuevas poblaciones de Sierra Morena.
Lugar que vino a tener su momento más álgido a partir de los años 50 del siglo XIX, donde se iniciaron las condiciones que propiciarían el boom de finales del XIX, llegando a doblar la población de La Carolina y a sextuplicar la de Linares. Todo ello trajo consigo la alteración de las ciudades, pero también la de los paisajes generando la construcción entre otros de: líneas ferroviarias para facilitar la salida del mineral, cables aéreos, centrales hidroeléctricas, casas de máquinas, pozos maestros, pocillos, escombreras y un largo etcétera que han dejado su huella en el paisaje tras el abandono definitivo de la extracción minera en el año 21 del pasado siglo.
Son esas estructuras diseminadas en el paisaje de la comarca Norte, fundamentalmente de las localidades de Linares y La Carolina, pero también de Santa Elena, Bailen, Baños de la Encina, Guarromán y Vilches, las que Antonio Alcaraz fotografía e interpreta desde su personal visión para exponerlas en el Museo Íbero.
En su producción artística, Alcaraz compagina la pintura, con el grabado y la edición de libros de artista, precisamente en este último apartado colabora con el colectivo giennense Asociación Libro de Artista, que años pasados ha realizado el proyecto ‘Tierras áridas’, agrupando y recopilando obra de talleres de Londres, México, València y Jaén.
La exposición ‘Jaén Distrito Minero: Cartografías’ ha sido organizada por la Fundación Caja Rural de Jaén, bajo el comisariado de Alicia Ventura, quien atribuye el carácter de “románticas” a las obras de Alcaraz, apoyándose en una declaración del propio artista: “La ruina se convierte en una pieza de joyería y el romanticismo se genera por los lugares abandonados y la memoria colectiva de las ciudades”.
“Si el verdadero objetivo de los románticos era reflejar la esencia de las cosas, y así evocar sentimientos, trascendiendo la realidad física a través de la imaginación y el subconsciente, es evidente que las obras de Alcaraz son románticas”, subraya Ventura, para definir de esta forma la actividad plástica del artista valenciano: “No es fotógrafo, estudia pintura y se especializa en grabado… El artista va probando nuevos lenguajes que hibrida, mezcla, para conseguir nuevas piezas de mayor expresividad y comunicación”.
De esta forma, concluye la comisaria, Antonio Alcaraz inserta la fotografía en sus trabajos “como herramienta para transformarla, para pintarla, tacharla, anularla”, haciendo “emerger nuevas formas de narración, simbologías y asociaciones a través de la articulación de la pérdida y el resto, de la ausencia del paisaje anulado con grandes brochas de pintura”.
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