Catálogo de ‘Solcs’, de Juan Carlos Nadal
E CA de Riba-roja de Túria
Cisterna 5, Riba-roja de Túria (València)
Viernes 1 de octubre de 2021
Decía el gran poeta español Gustavo Adolfo Bécquer que la soledad es muy hermosa cuando se tiene alguien a quien decírselo. Una exposición temporal encuentra en el catálogo artístico que la acompaña, cuando quien debe hacerlo tiene a bien comprometerse con ello, el fiel amigo que escucha para contarle a todo el mundo lo que el artista padeció y gozo a solas en su estudio. El catálogo es, en este sentido, la mejor compañía para remediar la soledad del artista, una vez que este ha dado por concluida la exhibición temporal de su obra.
No solo para el artista, sino que el catálogo se convierte, por extensión, en el espejo donde los espectadores pueden mirar para contemplar a lo largo del tiempo aquello que, a su vez, ellos gozaron efímeramente. Parafraseando a Stendhal, podría decirse, con respecto al catálogo, lo que el escritor señaló refiriéndose a la novela, que definió como “un espejo a lo largo del camino”. De manera que la soledad del artista se convierte, por la compañía del catálogo, en un testimonio pertinaz de aquella caduca plenitud.
El catálogo diseñado y maquetado por Gimeno Gràfic que viene a cerrar y dejar testimonio perenne de la exposición ‘Solcs’, de Juan Carlos Nadal, en el Espai d’Art Contemporani ‘El Castell’ (E CA) de Riba-roja de Túria, forma ya parte indeleble de la breve, pero ya intensa historia del espacio museístico que nació en 2017 con la finalidad de servir de encuentro, diálogo y creación artística. Ahora, plagado de los “surcos” que ha dejado durante tres meses la obra de Nadal, se presenta su catálogo con textos de Roberto Raga, alcalde de la localidad valenciana, y de Johanna Caplliure, comisaria de la muestra.
Raga se hace eco en la presentación del catálogo de algo igualmente temporal, pero sin duda también imborrable, como ha sido la pandemia, coincidiendo con las obras producidas entre 2020 y 2021 que Nadal ha expuesto en el E CA: “Estos dos últimos años tan duros…y que nos dejan trabajos como el de Juan Carlos Nadal, para disfrutar y evadirnos con esta auténtica experiencia estética”, concluye el alcalde en su texto para el catálogo.
Evasión que, sin duda, tiene que ver con la experiencia creativa, siempre y cuando le añadamos el rigor con el que el artista investiga sobre su propia vida, para que los demás, espectadores atraídos por esa evasión, surquemos la nuestra. La evasión, por seguir a Alice Munro, sería la vida real, sentida efectivamente durante la pandemia como lo verdaderamente extraño.
Caplliure pone en relación los “surcos” que dan título a la exposición, huellas del más reciente quehacer artístico de Nadal, con los expresionistas de la escuela de Nueva York, a mediados de los años cincuenta del pasado siglo. Así, dice la comisaria: “Mediante el empleo recurrente de trazos que permanecen grabados como las estrías en la corteza de un árbol o los surcos del discurrir del tiempo sobre la capa terrestre, en la vida natural del mundo -fuera de toda historia humana-, pero, también, en las representaciones codificadas de las primeras expresiones no escriturarias de nuestros ancestros, observamos ese linaje pictórico entre los estadounidenses y Nadal”.
“La propia naturaleza (inabarcable, desmedida, sublime y, en ocasiones, terrible)”, continúa explicando la comisaria, “brinda a la mente del artista de un repertorio de figuras, matices y pliegues que desenvolver en sus obras”. Figuras, matices y pliegues que pueden observarse en el conjunto de piezas reunidas en la exposición ‘Solcs’ y del que el catálogo se hace igualmente eco, desde el primer trazo que sirve de portada al volumen compuesto por 92 páginas.
En el proyecto de Nadal, a punto de dejar paso en el E CA al de Nelo Vinuesa, la pintura y la escultura, “de factura diferencial”, inciden, según apunta Caplliure, “en la materialización de los procesos, en el registro del movimiento, en la evidencia de los accidentes geológicos que invocan energías subterráneas o fenómenos de la naturaleza que rescriben el paisaje, la orografía, y que, en esta ocasión, parecen preservados a través de la mano del artista”.
Invocación de energías subterráneas que, a buen seguro, más de uno relacionará estos días con las desplegadas, de forma abrupta y salvaje, por el volcán de Cumbre Vieja de La Palma. Y es que el artista, como bien saben cuantos se dedican a la creación, es quien crea mundos aparte tomándose a sí mismo y a la naturaleza, con quien tiene vínculos estrechos, como materia para dar forma a su angustia ligada a aquella otra energía subterránea.
Las fotografías de Paco Caparrós, a su vez coordinador artístico del E CA, Cavallets Produccions y del propio Juan Carlos Nadal, que ilustran gráficamente el trabajo del artista, sirven de testimonio y archivo que prolonga en el tiempo la transitoriedad de la muestra. Como apuntó en su momento el propio Caparrós, “toda exposición es efímera y desaparece, de manera que el catálogo permite conservar y profundizar en la obra del artista”. Larga vida al catálogo.
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