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Histories d’entrejambes’, de Myleine Guiard-Schmid
La Cabina
Festival Internacional de Mediometrajes de Valencia
Del 9 al 19 de noviembre de 2021
‘‘Darás a luz con dolor. ¿Por qué?, ¿no puede haber otra historia?’’. ‘Histories d’entrejambes’, el mediometraje dirigido por Myleine Guiard-Schmid, plantea una revisión del parto, la búsqueda del placer dentro de este evento que ya suponemos extremadamente doloroso. Se presentó en agosto de este mismo año en los encuentros de documentales Lussas, en Francia, y desde entonces ha estado girando por festivales de manera exitosa. Aquí en Valencia, ha sido el Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina el que ha acogido en su sección de no-ficción el documental de Myleine.
Aunque ‘Histories d’entrejambes’ haya salido a la luz en 2021, ahora que el concepto de violencia obstétrica empieza a ser reconocido, este proyecto lleva gestándose mucho más tiempo. ‘‘La historia de esta película es bastante larga. Empezó con el nacimiento de mi primera hija, en 2009. Quedé bastante impactada después de mi primer parto, porque no esperaba tener tanto dolor. Había visto películas donde se relataba el parto, pero nadie me había hablado de cuáles son las sensaciones físicas”.
“Por otra parte, fui conociendo a una antropóloga, Casilda Rodrigañez Bustos, que publicó el libro ‘Parto orgásmico: testimonio de mujer y explicación fisiológica’. En él cuenta que si las contracciones son dolorosas es porque vivimos en una sociedad patriarcal desde hace siglos, donde el placer femenino está prohibido y el cuerpo de la mujer se ha ido endureciendo. Con esas dos cosas, el parto por un lado y la nueva información por el otro, necesitaba encontrar una forma para desplegar un cine del cuerpo, un cine que cuente las sensaciones”, explica la directora.
La forma que escoge Myleine para representar ese cine del cuerpo es la animación, alternando la pixilación (variante del stop motion en la cual el objeto que se anima es una persona real) y la pintura sobre vidrio. Así, cuando es ella la narradora, se muestra a sí misma a través de la fotografía, pero cuando se exponen los testimonios de otras mujeres, Myleine propone una representación a través de la pintura, obra suya también. Nos permite de esta manera conocer esas historias, pero siempre desde su mirada, sin esa pretensión de objetividad que encontramos canónicamente en el género documental.
‘‘Fue difícil encajar el documental por su temática, pero también por una cuestión de forma. Es un documental, pero de animación, no es algo habitual. Ahora está cambiando, pero entonces había mucho academicismo en la forma documental. No aparece la manera tradicional de ir a grabar la realidad porque no era objeto de la película. El objeto de la película es documentar el cuerpo. No es un documental sociológico sobre el parto. Es un documental sobre el cuerpo, los procesos del cuerpo”, subraya Guiard-Schmid.
La violencia obstétrica es un concepto relativamente nuevo en la agenda mediática y política. Hace referencia a la violencia sufrida durante el embarazo, el parto y el postparto en los centros de salud, así como prácticas no informadas o no consentidas. Aunque la gestación siempre ha sido uno de los puntos clave en la teoría feminista, algunas problemáticas empiezan a visibilizarse ahora.
Tanto es así que el 18 de noviembre de 2021 se decidió modificar la ley de violencia machista en la Comunitat Valenciana para incluir la violencia obstétrica, colocándola al mismo nivel que la violencia psicológica, física o económica. ‘‘Las violencias obstétricas son un reflejo de la sociedad patriarcal. El parto es un lugar de poder para las mujeres, pero el patriarcado ha tenido que apropiarse de este momento. Por eso no puede haber placer. Además, existe un factor moral. Sentir placer durante el parto es como juntar los dos arquetipos de mujer, la prostituta y la madre. Pensar que puedes dar a luz a un bebé y tener placer al mismo tiempo es tabú. Algunas personas hablan incluso de incesto”.
Como espectadora, ‘Histories d’entrejambes’ resulta un film revelador e incluso reconciliador con este proceso vital. Ver que dentro del dolor hay cabida para el placer es reconfortante. Porque no se trata de anular el dolor -claramente el cuerpo se somete a una actividad dolorosa durante el parto- sino de confiar en la sabiduría del cuerpo, intentar alejar la mente que tan contaminada tenemos de convenciones culturales. Como se dice dentro del film, ‘‘hay dolor y agonía. La agonía es mala, pero el dolor no lo es necesariamente’’.
Por desgracia, conseguir el entorno adecuado para tener un parto placentero no es tan fácil. Este tipo de procesos son muy complicados de llevar a cabo dentro de un hospital. Se necesita un entorno acogedor, seguro, para que la persona que va a dar a luz pueda relajarse y acariciarse libre de juicios, por eso muchas de estas personas optan por dar a luz en casa.
‘‘Estamos en un momento muy complicado para realizar partos en casa, a nivel legal por lo menos en Francia. Hace unos años hubo una lucha muy intensa porque los seguros no querían asegurar a las comadronas. Finalmente intervino el Estado, pero los precios que pedían los seguros eran tan altos que las comadronas no lo podían costear. En paralelo, se crearon casas de parto, un intermedio entre el hospital y la casa”, destaca su directora.
Es decir, por un lado, hay unas limitaciones legales que dificultan todo el proceso. Por otro lado, tampoco es una opción accesible para todas las situaciones económicas, por lo menos aquí en España. ‘‘En España tienes que pagarlo todo. En Francia hay una parte remunerada por la seguridad social; en Bélgica y Holanda, lo cubre completamente. Hay países donde es un derecho”.
Si como espectadora ya es impactante el visionado del metraje, haber estado tantos años investigando acerca de este tema tiene que haber sido transformador y así lo confirma Myleine: ‘‘No sé si es la película la que me ha cambiado o es la necesidad de cambio lo que me ha llevado a hacer la película. Creo que es un poco de las dos cosas. Los encuentros con las mujeres y las comadronas siempre me removían, porque yo tenía preguntas y ellas me sorprendían con sus respuestas. Ahí iba cambiando también mi propio cuerpo y mi sexualidad. Fueron 12 años de investigación sobre este tema y tengo mucha información que no está en la película”.
‘Histories d’entrejambes’ es una historia de empoderamiento. Es una muestra de que existen alternativas a lo que ya se daba por hecho. Es un impulso para que otras mujeres tomen las riendas de sus sensaciones físicas y se reapropien de su placer. No es un proceso fácil, pero simplemente saber que existe esa posibilidad ya nos abre muchas puertas.
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