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‘Your name’ (Kimi No nawa), de Makoto Shinkai
106′ | Japón, 2016
Filmin
Al despertar por la mañana, abres los ojos y entre la neblinosa luz mortecina que se desliza tímidamente por la ventana, nos recuerda que un nuevo día da comienzo. Nuestro cerebro empieza a engranar todos los mecanismos para que podamos recordar quiénes somos, qué debemos hacer a lo largo del nuevo día y qué hicimos el día anterior. Nuestro cerebro es sabio.
Pero para Taki -un joven de Tokio- y Mitsuha -una chica del pueblo de Itomori-, no es así. Los dos se levantan por las mañanas, pero no todas las mañanas se levantan en el mismo cuerpo. Algunas veces se los intercambian y tienen que vivir la vida del otro/otra sin ninguna razón aparente. Con este punto de arranque comienza la historia ‘Your Name’. Y tan solo es el comienzo del camino que marca el director, guionista y editor de esta cinta, Makoto Shinkai, en este su quinto largometraje de anime.
La historia del intercambio de cuerpos puede parecer estar muy usada, trillada y manoseada en el mundo del cine (ya sea de animación o de live action), e incluso puede llegar a engañar algunos y hacerlos creer que ya sabiendo cómo empieza sabrán el desenlace de la trama. Puede que nos recuerde a nuestra infancia, cuando nos regalaban cuadernos de unir los puntos, y lo único que debíamos hacer era coger un lápiz y seguir la numeración que tenían esos puntos para descubrir qué figura se escondía detrás.
Todos pensábamos: “¡Esto está chupado!”, y lo mismo pensará algún espectador con esta película. Pero nada más lejos de la realidad. Al ver cómo los jóvenes intercambian sus cuerpos y empiezan a vivir la vida del otro, algo dentro de nosotros se empieza a remover. Una sensación que empieza a brotar lentamente, sin que apenas nos demos cuenta y nos empieza a envolver hasta que nos es imposible deshacernos de ella; lo único que podemos hacer es convivir con ello durante la duración de la cinta.
A lo largo de ‘Your Name’ podemos ver cómo cada uno le aporta una parte importante de su yo interior al cuerpo que está poseyendo. El lado femenino aflora más en Taki, y esto hace que consiga una cita con la supervisora del restaurante en el que trabaja; el lado masculino sale a la luz en Mitsuha, cuando zanja los cuchicheos de sus compañeros de clase sobre ella tirando un pupitre al suelo. Cada cual aporta su granito de arena a la vida del otro, para que sea mejor.
Una vez aceptamos este intercambio entre ambos podemos observar cómo su relación evoluciona -hasta el punto en que mantienen una discusión mediante los mensajes que se van pintando en la cara para cuando el dueño real del cuerpo despierte-. Disfrutamos de esa conexión que mantienen aún estando separados. Los momentos que viven nos emocionan hasta el punto que, sabiendo que es fantasía lo que estamos viviendo, no podemos dejar de pensar cuándo llegará el momento en que ambos se encuentren y… (si quieres saber cómo sigue, tendrás que ver la película).
Makoto Shinkai, en esta cinta, nos deleita con la suma de todas esas pequeñas pinceladas que nos ha ido mostrando en sus trabajos anteriores, como ‘5 centímetros por segundo’ (2007) o ‘El Jardín de las Palabras’ (2013) –de la que ya se escribió en MAKMA hace unos meses–. Aquí nos enseña que no todo es melancolía en sus películas. El humor que desarrolla y nos enseña hace que, al principio, saquemos una tímida sonrisa, pero que al final consigamos habituarnos a él y la risa salga en el momento adecuado, e incluso cuando menos te lo esperas.
Los planos que nos muestra son todo un mensaje dentro de la película, puesto que, aunque solo veamos una puerta abriéndose, no solo significa que alguien va a entrar o salir de la habitación. La propia composición de la imagen es toda una declaración de intenciones y un mensaje en sí mismo, sin que debamos escuchar una sola línea de diálogo. A veces, una sola imagen aporta mucha más fuerza y contenido a la historia que decenas de espesas palabras que no llegarán a ningún lado.
En ‘Your Name’, las diferencias que existen entre una pequeña aldea como Itomori y la gran ciudad de Tokio también se ven reflejadas, más concretamente en el personaje de Mitsuha y su afán por abandonar el pueblo e irse a la gran ciudad. Las tradiciones, la quietud y el ver todos los días a las mismas personas son el contrapunto a la enorme y cosmopolita ciudad de Tokio donde vive Taki, con su ritmo de vida salvaje, el transporte abarrotado a cualquier hora y los gigantescos edificios que tapan la luz del sol.
Shinkai nos da ese giro para que el espectador pueda ver cómo en un país como Japón se mezcla la tradición milenaria con el nuevo modelo de sociedad actual. Y cómo ambos modelos conviven y se odian al mismo tiempo.
Y no se puede hablar de esta película y dejar fuera a su banda sonora. El grupo japonés de rock Radwimps creó cuatro temas exclusivamente para la cinta. No son solo cuatro temas (y sus variaciones), son cuatro temas que sin ellos este largometraje no sería lo que es. La música eleva a otro maldito nivel esta película, encajando a la perfección, y empujando y matizando la trama de Taki y Mitsuha.
Nos acompaña en los momentos cruciales y zarandea nuestros sentimientos para que afloren en los momentos que tienen que salir a la luz. En pocas palabras, son ese tipo de canciones que cuando las escuchas, vuelves a rememorar el momento en el que Taki y Mitsuha se… (¡Lo sabrás en cuanto veas la película!).
Makoto Shinkai consigue que nos sumerjamos en ese mundo imaginario que ha creado partiendo de la vida real. Con la ayuda de un dibujo a mano exquisito, un guion que no tiene fallas, una paleta de colores alucinante -lo siento, no tengo otra palabra- y una música perfecta. Todo esto, sumado a las emociones que plasman sus personajes a cada momento de la cinta, hace que este filme sea la cuadratura del círculo que muchos andan buscando.
‘Your Name’ no es una película que pueda ser votada o analizada con los libros en una mano y la enciclopedia ecuménica del cine en la otra. Es una maravillosa experiencia que no podrás pausar, ya que se trata de la vida misma. Sea la hora que sea, sin importar el madrugón que te hayas dado, tendrás que seguir las andaduras de Taki y Mitsuha por Itomori y Tokio para no perderte en el tiempo y arreglar todo eso que debe ser arreglado.
Pero sabiendo todo esto (y mucho más), querrás repetir la experiencia una y otra y otra y otra vez. Las veces que tu propio corazón te diga que necesita vivir -sí, pone vivir- esta película, aunque posiblemente necesites algunas más. Pero ese diálogo lo tendrás que mantener con ese órgano que late dentro de ti. No sé qué haces aún leyendo esto. ¡Tendrías que estar disfrutando ‘Your Name’!
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