Decamerón negro, de Santiago Sánchez y Hassane Kassi Kouyaté
Una coproducción L’Om Imprebis y CulturArts
Teatro Rialto
Plaza del Ayuntamiento, 17. Valencia
Hasta el 23 de febrero
El sexo no tiene color. Se practica en todas las latitudes y es una gozosa iniciación a la vida, una placentera puerta de conocimiento que descubre los misterios más insondables propios y ajenos. Desde El arte de amar de Ovidio hasta la más reciente novela erótica, la sexualidad es un tema eterno que atrae el interés de la gente. Procedente del continente africano llega a Valencia una visión refrescante y distinta con Decamerón negro, un insólito montaje de L’Om Imprebís que se presenta en el Teatro Rialto hasta el 23 de febrero.
Esta pieza singular se inspira en relatos eróticos africanos difundidos por la tradición oral en una zona situada entre el sur del Sahara y la gran selva de Níger que, a principios del pasado siglo, despertaron la atención del antropólogo alemán Leo Frobenius y que, en parte, fueron publicados en La Revista de Occidente, en 1925. Henri Gougaud, otro investigador francés, recopiló estas historias en El Libro de los amores bajo el título: Cuentos de las ganas de ella y los deseos de él. Historias que han tenido su versión musical, como la del guitarrista Leo Brouwer, y literarias en la obra de Eduardo Galeano.
“Lo que más llama la atención de estos relatos es la gran libertad que se respira en los textos originales, lejos del sentimiento de pecado y los tabús que las diferentes religiones de carácter monoteísta han influido posteriormente”, dice el director valenciano Santiago Sánchez, que acaba de recibir la Medalla de Oro de la Asociación de Directores de Escena de España. “Son historias felices que hablan del encuentro de los cuerpos, de su unión como forma para manifestar el placer de la vida, con la curiosidad hacia el otro sexo, e incluso hacia el propio, muy distanciados de las visiones de represión que a veces escuchamos en la actualidad”.
Sánchez comparte la dirección con Hassane Kouyaté, griot africano (narrador), miembro de compañías como la de Peter Brook o Vidy-Lausanne. La semilla del Decamerón negro se plantó en 2001, cuando L’Om Imbrebís fue la primera compañía teatral profesional española en viajar a Guinea Ecuatorial. “Allí comenzó nuestro interés por el teatro, los ritos y las manifestaciones culturales africanas, que se ha ido intensificando con los años, más si cabe desde que Gorsy Edú comenzó a colaborar con nosotros, en 2004”, cuenta Sánchez. “Ese mismo año fue la primera vez que Hassane Kouyaté, coordinador artístico de la Compañía de Peter Brook, vino a España a impartir un taller de formación actoral. Estos diez años han hecho que nuestra colaboración se intensificara hasta llegar a un proyecto común como Decamerón Negro”.
La puesta en escena peculiar se remite a un teatro que existe en África llamado koteba que no distingue géneros, se mezcla la interpretación con el baile, con el canto y la música en directo, de manera que el espectador disfruta de todos esos géneros en una mezcla singular. “Nosotros rendimos un homenaje a ese teatro esencial que nos recuerda a nuestro espíritu de fiesta mediterráneo, por lo que proponemos al espectador en la hora y media que dura la función que venga a disfrutar de un espectáculo total”, dice Sánchez.
Los cinco artistas que intervienen en la obra forman una pequeña Naciones Unidas. Proceden de Burkina Faso, Angola, Cuba y España. “Algunos de ellos colaboran hace años con L’Om Imprebís”, explica Sánchez. “Se hizo una gran convocatoria en unos talleres de intercambio y formación, con bailarines, cantantes, músicos y actores. De ahí surgió la filosofía de encuentro de procedencias y técnicas artísticas diferentes hasta llegar al reparto definitivo. Los cinco intérpretes han mostrado una gran generosidad para ofrecer los mejor de su arte e incorporar otras técnicas como puede verse en el espectáculo”.
Decamerón Negro se estrenó el pasado mes de Noviembre en los Teatros del Canal de Madrid y fue elegido por Radio Nacional de España
entre los diez mejores espectáculos teatrales de 2013. Acaba de realizar una gira por África, donde participó en el Festival Yeleen en Ougadougou, uno de los más prestigiosos en la preservación de la tradición oral.
“La gira africana ha sido muy gratificante pues han asistido espectadores de Costa de Marfil, Togo, Benin, Mali, Burkina Faso, etcétera”, cuenta Sánchez. “Ellos conocen las historias, las han escuchado desde pequeños pero las redescubrían como hecho artístico, mezclado además con la sensibilidad de otras culturas, como la latinoamericana o la europea. Fue un espacio de encuentro, justamente lo contrario a las relaciones de colonización que suelen caracterizar cualquier encuentro entre continentes”, concluye Sánchez.
TODOS LOS PÚBLICOS
L´Om Imprebís, que cumple 30 años, aprovecha su estancia en Valencia para ofrecer también todos los sábados y domingos en el Teatro Rialto un espectáculo dirigido al público familiar: Otro mundo es posible, una obra que promueve el intercambio cultural y el acercamiento al otro.
Mediante la combinación de títeres, teatro de sombras y música en directo, cinco personajes venidos de países y lugares diferentes, comprenden lo importante que es conocerse, hablar y descubrir que el lugar dónde vivimos será de una u otra manera dependiendo de nuestra actitud y nuestro comportamiento.
Una nueva visión de Moon, un clásico que la compañía valenciana ha llevado a toda España además de Uruguay, Paraguay, Bolivia, El Salvador, entre otros países latinoamericanos. La Compañía L’Om-Imprebís ha puesto en escena títulos como Tío Vania, Calígula, Quijote, Monty Python o el propio Imprebís.
Bel Carrasco
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