Alfons Borrell. Trabajos y días
Fundació Joan Miró
Parc de Montjuïc. Barcelona
Comisario: Oriol Vilapuig
Hasta el 27 de septiembre de 2015
El artista Alfons Borrell aterriza en la Fundació Joan Miró de Barcelona de la mano del comisario y también artista plástico Oriol Vilapuig (Sabadell, 1964). La exposición Alfons Borrell. Trabajos y días, forma parte del programa conmemorativo del 40 aniversario de la Fundació Joan Miró a través de una figura vinculada a la trayectoria de dicha institución y presente desde sus inicios.
Alfons Borrell (Barcelona, 1931) es considerado uno de los máximos representantes de la abstracción pictórica catalana, vinculado no solamente a la ciudad condal sino también a Sabadell, donde trabaja y difunde su obra plástica. Se le atribuyen importantes aportaciones al ámbito cultural, desde la creación de la Sala d’Art Actual en la Acadèmia de Belles Arts de Sabadell (1955) hasta la Sala Tres (1971) de esta misma Academia. Desde los 19 años mostró un ávido interés por la pintura, que le condujo al taller de Hermen Anglada Camarasa en Port Pollença (Mallorca), donde por aquellos años completaba el servicio militar. Su producción evolucionó de la figuración al expresionismo abstracto, pasando por una simplicidad en forma y color, el orden, las simetrías, variación en los materiales y hacia 1988, a raíz de la muerte de su esposa, un radicalismo formal. Al margen de su obra en solitario, en 1960 formó parte del grupo Gallot, dentro de la tendencia del action painting, que le llevó a realizar varias acciones en las calles de Sabadell y Barcelona. Ha expuesto en numerosas instituciones nacionales e internacionales, entre las que cabe destacar el Ateneu Barcelonès (1959), el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (1960), la Acadèmia de Belles Arts de Sabadell (1969-1977), el Centre Georges Pompidou de París y en importantes acontecimientos en Japón y Estados Unidos.
La muestra reúne cerca de 200 piezas −130 de ellas inéditas− que profundizan en la trayectoria de Borrell a través de sus pinturas, dibujos, grabados, documentos audiovisuales (el film Aigua Fosca, de 1964) y notas personales, expuestas por vez primera, de su encuentro con el pintor Herman Anglada Camarasa en su taller de Port Pollença. En lo relativo a su planteamiento, la exposición elude un recorrido cronológico para, en su lugar, explorar siete ámbitos de estudio de la práctica pictórica de Borrell durante seis décadas: preludio, rebelión oblicua, apertura y desbordamiento, la acción contenida, la experimentación de los límites, reiteración y variación, el color como sujeto. De manera implícita, se aborda su posicionamiento respecto al arte como experiencia de vida.
Un ensayo con múltiples interpretaciones complementado con un catálogo en el que Oriol Vilapuig, Jèssica Jaques, Carles Guerra, Álvaro Siza y Alfons Borrell analizan la obra de un artista que no se consideraba creador, tal y como él mismo declaró: «No me siento artista, yo siento que vivo la vida: doy de comer a los peces, doy de comer a los pájaros, hago de jardinero cuando toca, voy a la montaña, voy al taller. […] La pintura forma parte de mi vida; […] yo quiero ser pintura, de hecho. […] Porque hay dos tipos de pintores: el pintor que pinta el mar desde una distancia, aparentemente a través de una ventana, y el pintor que baja por las rampas, pasa por la arena, se mete dentro del mar y sale teñido de azul. […] Y cuando acabo, cuando este personaje que tengo frente a mí me dice que no lo toque más, que ya lo ha explicado todo, no pongo ningún título: pongo la fecha.»
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