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Alonso Ruizpalacios
Premio Luna de València
Cinema Jove
39ª edición del Festival Internacional de Cine de València
Del 20 al 29 de junio de 2024
Uniendo diversos fragmentos de algunas declaraciones suyas sobre los tres largometrajes que se proyectarán en Cinema Jove como testimonio de su peculiar filmografía, se puede trazar un perfil del director y guionista mexicano Alonso Ruizpalacios, Premio Luna de València de la 39ª edición del Festival Internacional de Cine de València, que se celebrará del 20 al 29 de junio.
Así, de ‘Güeros’ (2014), su ópera prima, dirá que “hay un asunto de contrastes”. Contrastes que tienen que ver con la contraposición que se establece entre los “güeros”, que da título a la película, y los “nacos”; siendo los primeros de piel blanca, pelo rubio y de una posición elevada, frente a los segundos, menos refinados, ruidosos y más morenos, a modo de síntesis más o menos gruesa. Película, además, en blanco y negro, para acentuar los contrastes.
De ’Museo’ (2018), basada en hechos reales de los que Ruizpalacios se fue alejando para contar la historia de dos jóvenes estudiantes (Gael García Bernal y Leonardo Ortizgris) que roban 150 piezas del Museo de Antropología de México, afirmará lo siguiente: “Cuanto más te apegas a la historia real, menos funciona como película. Los datos reales juegan como una camisa de fuerza”.
Y, por último, de ‘Una película de policías’ (2021), film que fluctúa entre el documental y la ficción para contar la historia de dos oficiales en el marco de la corrupción dentro de la policía de México, Ruizpalacios huye de los lugares comunes para mostrar una realidad llena de aristas sin duda contradictorias.
“Mantengo, con respecto a los hechos, una posición crítica y empática. No es una denuncia panfletaria o simplona de algo que ya sabemos”, para señalar a continuación que trató de despojarse de sus prejuicios sobre la policía. En este sentido, refiriéndose al conjunto más global de su trabajo, ha llegado a subrayar: “Trato de ponerme en lugares incómodos para mí”.
Ahí tienen, como alfombra que pisar antes de llegar a la gran pantalla de su cine, los mimbres con los que trabaja: los contrastes; el acercamiento a los hechos reales para después alejarse de ellos porque el cine, más que hechos, son imágenes que hablan de hechos ficcionados para mejor comprenderlos y sentirlos; la huida, por tanto, del panfleto, y, por encima de todo, la caracterización del propio cineasta como artista que se interroga a través de lo que cuenta, de ahí que se sitúe allí donde algo le incomoda y, porque le incomoda, no deja de rodar.
Ya lo decía John Cassavetes, autor de ‘Una mujer bajo la influencia’ o ‘Gloria’: “¿Por qué querría yo hacer una película sobre algo que ya conozco?”. Alonso Ruizpalacios le sigue la corriente a Cassavetes para cuestionar el supuesto conocimiento de algo, adentrándose en los claroscuros del pensamiento que únicamente ve luz donde se agitan igualmente las sombras, como es el caso de los dos agentes de policía que protagonizan ese su tercer largometraje, premiado en la Berlinale.
Carlos Madrid, director de Cinema Jove, se refirió al Premio Luna de València como un director que “aporta frescura, inteligencia y humanismo”, al tiempo que muestra “una gran comprensión hacia personajes muy diferentes e incluso con espíritus contrarios entre sí”. Cronista del México contemporáneo, Madrid apuntó que Ruizpalacios “transita por los absurdos de su cotidianeidad sin perder la sorna ni el desenfado”.
Paula Añó, secretaria autonómica de Cultura, enmarcó la historia del cine más reciente, ese del que se hace eco el festival Cinema Jove, con su parte más longeva y, aun así, nacida, como quien dice, ayer mismo en comparación con otras disciplinas, tirando de una reflexión del ensayista cinematográfico Román Gubern: “El cine no tiene, detrás suyo, siglos de [tenebrosa] prehistoria, sino que el cine es un arte de nuestro tiempo”.
Tan de nuestro tiempo, que Cinema Jove, además de anunciar el Premio Luna de València, destacó algunos de los estrenos que tendrán lugar durante los días del festival: ‘L’avia i el foraster’, de Sergi Miralles (presente durante la rueda de prensa en la Sala 7 del Rialto), reciente ganadora de la Tesela de Oro en el Festival de Alicante; ‘Tú no eres yo’, debut en el largometraje de Marisa Crespo y Moisés Romera; ‘Llobàs’, de Pau Calpe, basado en la novela homónima del murciano Ginés Sánchez, y ‘Escanyapobres’, de Ibai Abad con producción de la valenciana Nakamura.
Antes de finalizar la rueda de prensa, Paula Añó le pasó por lo bajini una nota a Carlos Madrid recordándole el homenaje al actor alcoyano Juli Mira, fallecido el pasado mes de enero y que tendrá lugar el 22 de junio en La Filmoteca, en el marco del propio festival. Entre las películas que interpretó Mira, cabe mencionar ‘Gràcies per la propina’, de Francesc Bellmunt, ‘L’illa de l’holandés’, de Sigfrid Monleón, ‘Ens veiem demà’, de Xavier Berraondo, o ‘Héctor: el estigma del miedo’, de Carlos Pérez Ferré.
Desde que Mateo Garrone se hiciera con el primer Premio Luna de València en 2010 hasta el actual a manos de Alonso Ruizpalacios, pasando por Tomas Alfredson, Joaquim Lafosse, Ruben Östlund, Rithy Pahn, Mia Hansen-Love o Sean Baker, tan solo figura un nombre español en tan larga nómina y en calidad de productor, como fue el caso de Fernando Bovaira.
“Hay perfiles que encajan”, reconoció Madrid, citando, así a vuela pluma, a Isaki Lacuesta, aunque, habiendo “directores españoles sobre la mesa en cada edición”, no se habían decantado hasta la fecha por ninguno, porque, a su juicio, “estos directores ya reciben homenajes cercanos y muchas veces no tenemos mucho más que aportar, de ahí que hayamos pensado más en el carácter internacional del festival”.
Carácter internacional que viene ahora de la mano de Alonso Ruizpalacios y su cine ajeno a los lugares comunes, antes referido a la corrupción de la policía mexicana y, más recientemente, al racismo que sobrevuela su último trabajo ‘La cocina’, presentada de nuevo en la Berlinale. En una entrevista de Andrés Rodríguez para El País volvió a desmarcarse de tan amable lugar común diciendo lo siguiente: “Para mí es muy importante trascender esta simplificación melodramática de que los gringos son malos y los mexicanos son buenos. No es así, es mucho más compleja la cosa”.
Y como su cine se adentra por los vericuetos de esa complejidad, añade en dicha entrevista: “El racismo no tiene nacionalidad. Como la violencia, tristemente, es algo de lo que todos somos capaces. Creo que en el momento en el que plasmas al migrante, o al mexicano, como un santo, entonces le quitas su humanidad”. Ruizpalacios vendrá a Cinema Jove a presentar sus trabajos.
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