Ana Olcina. María del Plata Bertasi. Colectivo Soberanas

#MAKMAEscena
‘La libertad se toma’, de Ana Olcina y María del Plata Bertasi
Colectivo Soberanas
Teatro Círculo
Prudenci Alcón i Mateu 3, València
Del 17 al 19 de enero de 2025

El deseo de irse muy lejos, buscando casi una segunda oportunidad de vida, nos ha atravesado a todas en algún momento. Y no se trata de un impulso contemporáneo, sino tan antiguo como la propia civilización. Ahí el viaje épico, el viaje iniciático, el nomadismo. Una experiencia universal que, como todo tópico, ha sido relatado desde una mirada masculina que se pretende neutral.

‘La libertad se toma’ es el debut escénico del Colectivo Soberanas, un colectivo multidisciplinar impulsado por Ana Olcina y María del Plata Bertasi que vierte (en el escenario del Teatro Círculo de València, del 17 al 19 de enero) una reflexión íntima y feminista sobre la experiencia de viajar sola.

A través de personajes históricos como la botánica Jean Barger, la escritora Virginie Despentes o la figura de Penélope, hilvanadas junto a las historias personales de las madres y las abuelas de las creadoras, ponen en el centro la cuestión de género en el nomadismo. Un espectáculo de danza, sombra y teatro donde el viaje va más allá de la experiencia física.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Ana Olcina (@ananaolcina)

En ‘La libertad se toma’ se presenta el acto de viajar como una muestra de autonomía. También resulta uno de los grandes tópicos de la literatura, el viaje del héroe o el viaje iniciático. ¿Qué encontráis de liberador en el viaje?

Si tuviera que responder con una canción, sería ‘Movimiento’, de Jorge Drexler. Para mí, fue sanador darme cuenta de que, así como nos han vendido que la manera típica de realizarse podría pasar por tener una pareja estable, trabajo, una casa…, también existían otras, como viajar. En un sistema que nos quiere produciendo, es normal que las metas vitales más comúnmente aceptadas tengan que ver con establecerse o asentarse. No me resultan metas indeseables en absoluto, pero sí que he sentido, en muchas ocasiones, que se presentan como más serias, más maduras, respetables o completas que el viaje.

Yo, desde pequeña, he fantaseado y soñado con el viaje. Creo que muchas sentimos una llamada a lo nómada, a diluir nuestra identidad en otros paisajes y otros idiomas, a que la gente nos cambie radicalmente por dentro, a aprender caminando.

Igualmente valioso me parece el viaje como símbolo, como metáfora. Una puede realizar un viaje sin irse muy lejos. El viaje, al fin y al cabo, se trata de salir de un sitio, llegar a otro, y, probablemente, volver cambiada. Como decimos en la obra, viajar sola es entablar un diálogo con una misma.

También es importante para nosotras entender el viaje desde una óptica amable. Pienso que el capitalismo ha absorbido y pervertido el viaje. Ahora necesitamos ser muy conscientes de cómo queremos viajar; de los privilegios con los que se viaja, de cómo entro en una nueva cultura y cómo impacta en mi trayecto. No entendemos el viaje como turismo, colonización o invasión, sino como una oportunidad para la pregunta constante.

Ana Olcina. María del Plata Bertasi. Colectivo Soberanas
Ana Olcina y María del Plata Bertasi en un instante de ‘La libertad se toma’. Imagen cortesía de Colectivo Soberanas.

¿Cuál fue el disparador para lanzarte a crear esta obra?

Antes de emprender mi viaje en solitario sin billete de vuelta a la India, cuando ya lo tenía todo listo y solo quedaba esperar el día, sentí muchísimo miedo. Me preguntaba: “¿Estoy cometiendo una locura?, ¿soy masoca?”. Buscaba entenderme y tranquilizarme a través de otras. Necesitaba referentes, gente que hubiese hecho algo como lo que yo quería hacer, especialmente mujeres.

Funcionamos así; necesitamos relatos que nos cuenten lo que es posible y lo que no, que nos ayuden a dar saltos al vacío, que nos inspiren. Entonces, me di cuenta de que los relatos están ahí, pero que no les habíamos dado su espacio o no habíamos sabido ver con atención. Ahí es cuando empezó a nacer un impulso de unir mi experiencia con la de otras mujeres, viajeras y no viajeras, que me inspiraron con sus actos de valentía.

En la obra se entrelazan historias personales con las de otras figuras como Jeane Baret, Virginie Despentes y Penélope. ¿Por qué estas mujeres?

A Virginie Despentes le debo el empujón para irme, y por eso formó parte de manera inevitable del proceso de creación. Ya no tanto su historia personal en general, sino su acercamiento y su mirada hacia la salida de lo seguro. La lectura de Teoría King Kong hizo mucha mella en mí. Resultó revelador y agitador leer a alguien hacer una reivindicación tan feroz y tan firme de libertad, a pesar de las posibles consecuencias.

La historia de Jeanne [Baret] me la contó mi hermana Júlia, que siempre me regala tesoros en forma de historias. Cuando le hablé de las ideas que rondaban mi cabeza con esta creación, ella me habló de una mujer que decidió travestirse en el siglo XVIII para poder hacer su trabajo como botánica y dar la vuelta al mundo. También me habló de lo injusto que era que la flor que ella trajo a Europa ahora tuviese el nombre del capitán del barco donde fue agredida sexualmente, y no el suyo. Su historia me pareció poderosa y aterradora, y de forma muy natural entró en el proceso de escritura.

Penélope entró en esta historia como una especie de reproche extraño. Simbolizaba ese bloqueo del miedo a dar el paso, así como todos esos referentes que invitan a seguir el discurso hegemónico patriarcal a través del cual la mujer es la que espera, nunca la que viaja. Pero, poco a poco, fuimos encontrándonos con ella desde otro lugar. Aprendimos a dejar de echar las culpas a aquellas que no eligieron y, en muchos casos, no pudieron hacerlo diferente.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de María Del Plata Bertasi (@mariadelplata)

También aparecen retazos de vuestras madres y abuelas. ¿Cómo se relacionan las figuras de Baret, Despentes y Penélope con esas historias reales y tan cercanas de vuestro legado familiar?

En esa búsqueda de inspiración, nos dimos cuenta de que no necesitábamos irnos muy lejos, solo teníamos que mirar con más atención lo que teníamos cerca. Desde mujeres que habían salido de contextos familiares poco favorables y encontraron la manera de explorar el mundo hasta mujeres que apenas viajaron, pero se tomaron otras libertades que entraban en conflicto con lo que se suponía que debía ser su rol.

Hemos diseñado en esta obra nuestro propio mito fundacional, nuestra propia ‘Odisea’, esa leyenda que nos ayuda a entendernos a nosotras mismas, que nos habla de dónde venimos y nos invita a soñar a dónde vamos. Y las protagonistas, las heroínas, son nuestras madres, nuestras abuelas. Es nuestra manera de honrar ese legado al que pertenecemos, un legado que busca emanciparse cada vez más y mejor.

Para crear este universo de historias entretejidas utilizáis distintos lenguajes y recursos escénicos. ¿Cómo es este collage? ¿Qué papel juegan las distintas técnicas?

Me gusta pensar la palabra como esqueleto discursivo, el movimiento como las vísceras, y las sombras como el sueño. Desde la palabra es donde podemos vertebrar lo narrado y darle el contenido reflexivo que necesitamos para hacer este viaje con estas mujeres. Pero el movimiento nos habla de la libertad, del salto al vacío y del viaje desde un lugar mucho más directo, desde las entrañas, y por eso nos gusta adentrarnos en lo gestual y lo coreográfico.

El teatro de sombras, por otro lado, nos lleva a un mundo que invita a ralentizar, a observar, a recordar cosas que ya no están aquí, a imaginar futuros posibles. Hemos optado por hacer de esta obra un híbrido de todas estas vías para contar algo que nos conmueve.

Este relato sobre la experiencia viajera está construido, claramente, desde una perspectiva de género. ¿Está muy masculinizado el género de la literatura de viajes?

Mucho. Desde Ulises hasta Jack Kerouac. Durante el proceso de escritura de la pieza cayó en mis manos el libro ‘Mujeres en ruta. La emancipación a través del viaje’, de Lucie Azema, y a cada página pensaba: “¿Por qué nadie había dicho esto antes?”.

En la aplastante mayoría de las grandes obras sobre el viaje, la mujer no está solamente apartada del papel protagonista, sino que solo aparece como la amante o la tentadora o la malvada o el personaje sin mucha importancia. Por supuesto, hace unos años que esto ha empezado a cambiar. Ojalá esta obra sea un granito de arena que contribuya a que broten cada vez más historias que se atrevan a contarlo diferente.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Colectivo Soberanas (@colectivo_soberanas)

Colectivo Soberanas sois una compañía emergente multidisciplinar. Para la creación de ‘La libertad tomada’ habéis tenido la oportunidad de pasar por distintas residencias y habéis contado con numerosos artistas que han colaborado con el proyecto. ¿Cuál diríais que es vuestra filosofía sobre los procesos de creación?

Sí, desde el principio hemos agradecido las puertas que se han abierto para que se dé esta aventura. Todo empezó con la confianza de mi amiga Susana Gil, que estaba coordinando unas jornadas culturales con el colectivo Spanish.Ispra en el Joint Research Centre de la Comisión Europea en Ispra, Italia. Poco después, hemos podido trabajar en las residencias de Joventut de l’Ajuntament de València. También hemos contado con el apoyo del espacio FicLab, entre otras muchas manos amigas. Este proceso empezó en septiembre de 2023; entonces solo éramos dos. Ahora, el equipo ha crecido y nos sentimos enormemente arropadas.

Nos hemos autodenominado colectivo, a pesar de que el núcleo de la compañía lo integramos María y yo, porque queremos pensar en red, en multitud. Vivimos el momento de creación como una esponja que absorbe lo que toca, un cruce de caminos, ideas y deseos de todas las personas que tejen esta historia. Nos gusta, especialmente, el descubrimiento accidental, las visiones inesperadas; creemos que la idea que surge tiene que ser probada. Al ser mi propuesta, yo actúo como cerebro de este sistema, pero cada persona que conforma este cuerpo está haciendo aportes vitales para la historia.

Ana Olcina. María del Plata Bertasi. Colectivo Soberanas.
Ana Olcina y María del Plata Bertasi. Foto: Sofía Manresa, cortesía de Colectivo Soberanas.