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‘Señoras’, de Antonio Ovejero
Premio Arte Emergente Interactivo Infinity Art & El Corte Inglés 2022
El Corte Inglés Avda. de Francia
Recinto acristalado (8ª planta)
Pintor Maella, 37
Hasta el 26 de marzo de 2023
Las familias rurales con destino al medio urbano fueron las grandes protagonistas del movimiento migratorio en España de 1950 a 1975. El conocido como éxodo rural fue un punto decisivo en la vida de muchas mujeres que empezaron a reemplazar rituales de luto por escapadas de grupo a Benidorm.
Las hay melancólicas, castizas, elegantes, modernas, carismáticas… Y según el ganador de la última edición del Premio Arte Emergente Interactivo Infinity Art & El Corte Inglés 2022, con quien hemos tenido el placer de conversar, también se puede categorizar a las manchegas.
El pintor valenciano Antonio Ovejero expone, hasta el 26 de marzo en el recinto acristalado de la 8ª planta de El Corte Inglés Avenida de Francia de València su proyecto pictórico ‘Señoras‘, que nace de la escena cotidiana, con un contexto temporal centrado en la segunda mitad del siglo XX. Una oda a la figura de las mujeres de avanzada edad que sufrieron de primera mano la vivencia de una España en blanco y negro, marcada por la posguerra y la dictadura franquista.
¿Por qué decidiste contextualizar tu obra en el fenómeno del éxodo rural de la España franquista?
Mis abuelos paternos eran de Extremadura y fueron a Madrid; los maternos de Cuenca y se vinieron a València. En la posguerra la calidad de vida era pésima en todos los sentidos. Imagínate en un pueblo: era agricultura o nada. Mi obra es una narración de las vivencias de esas mujeres que se vinieron hacia las ciudades.
¿Por qué ‘Señoras’?
Siempre he pintado yayas; me he criado con mis abuelos. Me recogía mi abuela y me daba de comer. En el pueblo –cuando íbamos, porque mis abuelos se vinieron para acá–, cenaba en la calle y estaba sentado a la fresca con las señoras todo el día.
En mi anterior proyecto, me centré en los rituales católicos más típicos de la primera mitad del siglo XX. Decidí seguir cronológicamente, pero con un contraste cromático muy heavy. Son mujeres que con 70 años han empezado a ponerse colores muy vivos, han vivido un auténtico cambio social. Algunas de las mujeres representadas en ‘Señoras’ ya aparecían en el anterior proyecto. La cotidianeidad, para mí, es lo brutal. Es lo real.
¿Cómo definirías el sello de tu autobautizado neo pop costumbrista, estilo utilizado en esta colección?
‘Señoras’ es el punto de desapego de sus protagonistas a aquella España en blanco y negro. El neo pop costumbrista se ve representado a través del estampado y del color. He trabajado en técnica mixta utilizando la serigrafía, la transferencia de imagen y la pintura al óleo.
En la exposición se puede apreciar el uso de estampados en más de un cuadro y en distintos formatos. ¿Cómo ha sido este proceso creativo?
En el caso del cuadro de ‘La Paca’, mi tía, donde utilizo la misma serigrafía que en uno de los vestidos de otra pieza, se trata de una conjunción a base de errores plásticos, distintos niveles de pigmentación a través de una aplicación más suave de la serigrafía. Creé un fondo muy interesante compositivamente con el mismo estampado de su blusa en tonos azules.
‘La Paca’ está expuesta con dos retratos más que guardan una clara relación estética dentro de la colección. ¿Quiénes son estas señoras?
Se trata de una serie de tres retratos que siguen en esta línea. Han sido compuestos con la intencionalidad de crear un retrato de las protagonistas sin retrato propio, es decir, podrían existir sin la cabeza y seguirían siendo un retrato de estas mujeres. Con la vestimenta, el estampado y toda su aura que conlleva.
No las conozco. Me apropié de esas imágenes de un fotógrafo yanqui de los años 80 para crear personajes, adaptando las fotografías al perfil identitario que quería transmitir. A una la hice más castiza, y de la otra, por ejemplo, me apropié de algunas facciones y fui generando unas personas irreales que representan lo que quería mostrar aquí.
¿Qué puedes contarnos de las dos piezas más azuladas y cotidianas de la colección?
Estos dos cuadros se sitúan en Benidorm. El arquetipo de los viajes del Imserso a Benidorm en autobús. Son mujeres que me gustan muchísimo, sobre todo porque se nota que son caras de yaya de pueblo. Sabes que están de viaje. Lo expresan. Esa emoción generada por las primeras escapadas y unas miradas situadas entre el asombro y la melancolía.
Es el reflejo de un momento en que abandonan, más que un entorno rural, las creencias del sistema cultural de esos lugares.
¿Hubo algún tipo de giro en el enfoque de ‘Señoras’ en el proceso creativo?
Se trata más bien de una evolución. Empezó siendo algo más melancólico, cotidiano, más íntimo, más doméstico. Una perspectiva que se aprecia en los primeros cuadros que hice con transferencia fotográfica y utilizando colores más cálidos. Luego pensé que la narración que quería contar puede reflejarse no solo en la melancolía, sino también con el discurso de unas mujeres que hacen escapadas a la costa. Desde otro punto que no fuera tan oscuro.
¿Existe una representación de la señora moderna en la colección?
Las hay de todas. Más castizas, más elegantes, más melancólicas, y también modernas. Por ejemplo, en el más pop que hice, con un fondo rosa chillón y un estampado utilizado en el cuadro ‘Amigas del Imserso’, pero con los colores alterados al hacer la serigrafía sobre el rosa, se ve a una mujer más moderna que llegaba a la ciudad y buscaba también esa calidad de vida mejor.
También está la que quería llamar ‘La rosita de Graná’; al final se quedó en ‘La Rosita’. Le puse un abrigo de plumas y me recuerda como a una mujer andaluza que se dedica al espectáculo.
‘Señoras’. ¿Realidad o ficción?
Hay mucho de ficción y mucho de real en toda la serie porque hay mucha representación de mujeres de mi vida y, luego, hay otras que dije, vale, es como una película basada en hechos reales, pero hay una parte de ficción que genera toda la trama de la película, ¿no? Hay realidad. Porque lo que hablo es la realidad, hablo con mujeres en primera persona que son reales, pero también decido apropiarme de recursos para crear personajes.
En el ya mencionado cuadro ‘Amigas del Imserso’ aparece un hombre, el único en toda la selección de obras. ¿Por qué esta decisión de meter a un señor en ‘Señoras’?
Es mi abuelo. Cuando escogí la foto para pintar el cuadro, pensé en quitarlo, pero luego me di cuenta de que, aunque esté en el centro y haciendo de marinero, la potencia del cuadro es el diálogo que existe entre ellas.
Una de las piezas parece no encajar, aparentemente, en tu neo pop costumbrista. No hay serigrafía, no hay estampado, tampoco mucho color. ¿ Qué tiene de especial esta mujer?
Es mi abuela. ‘La Fernanda’ siempre ha sido modista. Inicialmente, este cuadro no iba a formar parte de la exposición, pero luego me di cuenta de que tenía muchísimo sentido. Ella siempre ha cosido para las mujeres del barrio. Siempre viste con vestidos de colores chulísimos, pero decidí vestirla con un color plano para distinguirla. Una especie de homenaje.