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‘Asteroid City’, de Wes Anderson
Con Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, Jeffrey Wright, Tilda Swinton, Bryan Cranston, Edward Norton, Adrien Brody, Liev Schreiber, Hope Davis, Stephen Park, Rupert Friend, Maya Hawke, Willem Dafoe y Margot Robbie, entre otros.
104’. American Empirical Pictures, Indian Paintbrush, Focus Features
Un Wes Anderson elevado a la quinta vuelve a demostrar que todavía quedan colores pastel por aplicar en sus planos, no obstante, mientras afianza su marca de agua como pocos otros directores, olvida la importancia de contar historias.
Uno de los autores más reconocibles del panorama cinematográfico actual regresa con ‘Asteroid City’, quizá el largometraje más Andersoniano de toda su carrera, aunque muy alejado de la calidad global de otros títulos del norteamericano como ‘El Gran Hotel Budapest’, ‘Isla de perros’ o ‘Moonrise Kingdom’.
En un pequeño y misterioso pueblo, una convención científica reúne a un variopinto grupo de infantes con coeficientes intelectuales cercanos al de Einstein y a sus desdichados y estrafalarios padres. Esta macedonia de personalidades se ve agitada cuando una visita tan inesperada como fascinante les obliga a permanecer completamente aislados del mundo.
Pese al reconocimiento innegable de crear unas obras tan personales e identificables como las suyas, Anderson comienza a perderse dentro de sus planos simétricos, de su sistema de estrellas y de su teatralidad. El factor sentimental y amoroso, siempre presente en sus filmes, comienza a diluirse para dejar espacio a una infinidad de movimientos de cámara y encuadres particulares, pero repetitivos y, en ocasiones, desgastados, insípidos e innecesarios.
No cabe duda de que el sector más fanático del cine de Anderson está de enhorabuena, ya que se encontrará exactamente con aquello que ansía vislumbrar: un remanso de más de 100 minutos en los que descansar. Un paseo tranquilo por las casas coloridas de Aveiro en el que comprar collares veraniegos. Pero nada más.
La película se estructura a capas, con historias dentro de más historias, un objetivo desde lejos observable de dotar al filme de la mayor impersonalidad posible, donde incluso se autodenomina a sí misma como obra de teatro. Ese sobrecargo de metafunción, lejos de aumentar la cantidad de hilo narrativo, personajes y objetivos, aleja al espectador de la pantalla gracias a unas intrahistorias tan fugaces como desgraciadamente inacabadas y, por tanto, inservibles.
No todo descarrila en este título, el cual se sostiene sin esfuerzo, pero sin gracia debido a sus mega estrellas hollywodienses repletas de carisma y reincidentes en el cine de Anderson. Esta asiduidad, comparable a la de Will Smith en El Hormiguero, facilita la actuación de actores y actrices, quienes se desenvuelven con maestría y precisión al son de su director fetiche. Unos movimientos correctos y perfectos que, pese a no disgustar, tampoco consiguen los vítores de las gradas. Patinaje sobre hielo de sobremesa en La 2 mientras tu padre se echa la siesta.
La tendencia autocomplaciente del director no logra crear una cinta propia, en la que nada importa salvo la diversión del director -y por ende, la del espectador-, como pudiera ser ‘Érase una vez en Hollywood’ de Tarantino; ni tampoco crea una diversión asegurada, pero siempre sorpresiva como la franquicia ‘Scream’. El resultado no es otro que un meme de Twitter en el que una inteligencia artificial consigue aplicar un efecto Anderson en cualquier fotografía.
Bien es cierto que ‘Asteroid City’ ha logrado superar a su predecesora, ‘The French Dispatch’ -no sé si alguien se acordará de ella a estas alturas-. Sin embargo, la dirección tomada por el creador de ‘Viaje a Darjeeling’ comienza a preocupar.
Sin terminar de estrellarse en ningún precipicio de mala calidad, Wes Anderson parece contentarse con demostrar a las audiencias por quincuagésima vez su arte para crear simetrías y miradas de autómata, pero abandona esas historias tan redondas y mágicas con las que alcanzó el reconocimiento internacional. Una carretera sin accidentes, con bonitas vistas, pero aburrida.
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