Mariano Benlliure. El dominio de la materia
Centro del Carmen
C / Museo, 2. Valencia
Hasta el 30 de septiembre
¿Qué mayor satisfacción para un experto en arte que organizar una gran exposición de la obra de alguien de su misma sangre? Es la que siente Lucrecia Enseñat, comisaria y una de los principales artífices de la muestra sobre su bisabuelo, Mariano Benlliure. El dominio de la materia que se puede visitar en el Centro del Carmen hasta el 30 de septiembre, aunque es muy probable que se prolongue hasta mediados de octubre.
Con motivo de cumplirse, en 2012, el 150 aniversario del nacimiento del artista valenciano, Enseñat propuso hace aproximadamente unos cuatro años, la idea de esta exposición antológica que fue apoyada por Leticia Azcue, jefa de conservación del Museo del Prado, así como por instituciones de Madrid y Valencia.
“Desde niña he oído contar innumerables historias sobre mi bisabuelo que lo retratan como un autodidacta y trabajador infatigable”, dice Enseñat. “Tenía un carácter abierto, jovial y un gran sentido del humor. Le gustaba mucho viajar, sobre todo a empaparse del clasicismo en Grecia. Poseía una extraordinaria sensibilidad para captar la belleza y trasmitirla a sus creaciones”.
De su capacidad de trabajo dan fe el centenar de monumentos públicos y funerarios salidos de su mano repartidos por todo el mundo y un casi un total de 4.000 obras de contenido y formato muy diverso todos ellos presentes en la muestra: creación libre, monumentos, retratos de sociedad, artes decorativas y tauromaquia.
Junto a sus coetáneos Joaquín Sorolla y Vicente Blasco Ibáñez, Benlliure integra el trío de genios que a principios del pasado siglo puso a Valencia en el mapa cultural mundial. Tres artistas nacidos del pueblo que trabajaron de forma infatigable para granjearse la admiración del pueblo y han dejado una huella imborrable en el arte y la historia.
“Mi bisabuelo era muy amigo de Sorolla”, comenta Enseñat. “De jóvenes coincidieron en Roma pensionados por la Diputación y más tarde compartieron el Gran Prix en la Exposición de París de 1.900. Sorolla pasaba temporadas en la casa de José Benlliure, en Asís y cuando falleció nombró a mi abuelo albacea testamentario y patrono del Museo Sorolla. La estrecha relación entre las dos familias se mantiene hasta hoy”.
Enseñat destaca algunos de los importantes cargos que Benlliure ocupó relacionados con el mundo del arte. Fue director de la Academia de España en Roma y del Museo de Arte Moderno hoy integrado en el Prado. Entre 1917 y 1919, estuvo al frente de la Dirección General de Bellas Artes y fue el artífice del traslado de los restos de Goya a San Antonio de la Florida.
En lo que respecta a su evolución artística, Mariano Benlliure personifica la búsqueda de la perfección. “No se podía estar quieto y continuamente experimentaba con nuevos materiales, técnicas y formatos”, comenta Enseñat. “Igual trabajaba la plata que el bronce, el oro en pequeñas piezas o la cerámica”.
En Italia estudió las técnicas de fundición a la cera perdida que le permitieron demostrar su maestría en una de sus obras, ¡No la despiertes! (1900) que representa a una ninfa y unos niños. “A Benlliure se le ha tildado de conservador porque no se apuntó a las vanguardias, pero fue siempre un innovador que avanzaba de manera independiente», concluye Lucrecia Enseñat.
Bel Carrasco
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