9 11 Podium, de Bernardo Tejeda
Cosín Estudio
C/ Denia 3. Valencia
Hasta el 7 de abril
Para el artista gallego Bernado Tejeda (Lugo, 1957) los vocablos y preceptos semánticos de “compromiso”, “amistad”, “deporte”, “arte plástico”, “artes gráficas”, “podium”, “ganar”, “obra menor versus obra propia”, “rueda”, “flotante”, “azar” y “retroalimentación”, además de relevantes, se erigen en algunos de los conceptos que particularizan la exposición ‘9 11 Podium’ y que se desarrollan y son conjugados en el espacio que Cosín Estudio atesora en Ruzafa.
Los orígenes de la muestra debemos encontrarlos en la voluntad y compromiso de Tejeda para con el piloto de rallyes meirense Sergio Vallejo, quien, fruto de su primera victoria en el Campeonato de España de Rallyes (2009), recibía un concertado homenaje plástico por parte del primero a través de ‘Podium’, proyecto artístico cuya morfología pudo contemplarse por entonces en la galería valenciana Kir Royal.
Un lustro más tarde, Vallejo se hacía con el triunfo por segunda vez y Tejeda, fiel a su promesa de homenajearle “siempre” que obtuviera el máximo galardón nacional, acomete este singular plan dispuesto alrededor de la rueda/objeto como leitmotiv, vestigio, objeto henchido de energía y elevado, con sus serigrafías, a la categoría de “arte realidad”.
El artista gallego experimenta una especial predilección por esta técnica de transferimiento de tintas como vehículo para la manifestación de sus intenciones y fruto de un exhaustivo y minucioso trabajo, encomiablemente producido desde el taller de Armando Silvestre, dota a todas y cada una de las piezas de ‘9 11 Podium’ de un evidente valor unitario y totalizador, verbigracia, la huella de la ‘Michelin 24/65-18 Compuesto SA 30 Llanta BBS 9,5×18’ -una de las ruedas del Porsche con el que Vallejo consiguió su segundo triunfo nacional-, elevado a la taxonomía de germen y vínculo intrínseco entre lo real y lo conceptual.
Tejeda conjuga a la perfección el proceso creativo, las fases de trabajo en la imprimación del soporte -una tirada de 9 únicas piezas, otra de 5 y 3, varios monotipos y una serie de máculas-, como un ejercicio litúrgico en el que “las piezas únicas proceden de una misma secuencia de impresión que yo mismo he realizado minuciosamente, después, los monotipos están concebidos como obra única gracias al uso de tintas distintas y otras modificaciones diferenciadas de la edición principal. Las máculas, son, en realidad, el papel que he usado para la limpieza y calibración de las obras y como tal, hay una parte muy importante y decisiva de azar, puesto que en ella se acumulan diversas impresiones, no necesariamente del mismo trabajo”.
Cada una de las piezas de la muestra plantea dos planos de percepción, situando huella y rueda -como objeto- en primer plano, desde un prisma de flotación. Bernardo Tejeda hace evidente su importancia y entidad, incidiendo e interpretando la parte que de azar tiene dicho proceso, febrilmente estudiado y plasmado en la creación de una gama de colores y tintes más elaborados, -más transparentes que en el primer homenaje-, territorio en el que evidencia un paralelismo entre velocidad, solitud, tecnología y fuerza del hombre y la máquina, con el minucioso concepto intelectual de ‘9 11 Podium’.
Merche Medina
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