#MAKMAArte
‘Biennal 2064’, de VV.AA.
Comisarios: Roc Albalat, Jorge Luis Marzo y Arturo Fito Rodríguez
Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC)
Museu 2, València
Hasta el 9 de julio de 2023
El Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) muestra ‘Biennal 2064’, un proyecto que se enfoca en los mecanismos de predicción del futuro en tiempos de la inteligencia artificial.
La exposición, representada por Roc Albalat, Jorge Luis Marzo y Arturo / Fito Rodríguez, surge de una colaboración de estudio conjunto entre Roc Albalat, Clara Boj y Diego Díaz, María Cañas, Col·lectiu Estampa, Núria Giménez Lorang, Jorge Luis Marzo, Júlia Montilla, Àngela Novo, Roc Parés y Arturo / Fito Rodríguez.
El director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV) y el Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, manifiesta que “esta presentación nos conduce a una visión anticipada de lo que está por suceder –o puede estar ya sucediendo– con la inteligencia artificial, y su impacto en el mundo artístico y en nuestra vida en general”.
“A la vez –continúa declarando–, esto se encuentra unido de manera coherente con el espíritu que estamos trabajando desde el Centre del Carme durante unos años, abordando la cuestión de la emergencia climática y la sostenibilidad”.
El comisario y realizador audiovisual Jorge Luis Marzo aclara que “en este caso, cuando realizamos predicciones, nuestro objetivo es acertar, y para lograrlo debemos descartar cualquier aspecto presente que pueda complicar la predicción”. Por tanto, esto conllevaría muchos descartes, ya que se intenta evitar que los eventos actuales contradigan el pronóstico.
“Imaginad entonces cómo esto podría afectar al futuro, considerando que actualmente somos capaces de convertir en datos desde el pasado y la memoria hasta nuestra propia vida; cualquier cosa puede transformarse en una base de datos que un algoritmo puede procesar para intentar predecir el futuro”, expone Marzo. “Entonces nos situamos en el ámbito de la comunidad cultural y nos preguntamos qué sucederá en este siglo que apenas comenzamos, al ubicarnos en el año 2064 para obtener una perspectiva distante”.
Con respecto a la pieza ‘L’Oracle’, “es una memoria en la que hemos personalizado una inteligencia artificial en esta figura central”, explica Roc Albalat, miembro de Estampa. “A través de un pequeño teatro, se utilizan deepfakes de personajes históricos presentes y pasados para generar un diálogo en el que se introducen todas esas cuestiones”. Se plantea hacia dónde nos lleva esta cultura de la predicción, en particular la predicción algorítmica aplicada por el gobierno, y qué futuro previsible nos espera en el ámbito cultural si todo sigue como hasta ahora.
‘Els fets de la Voyager’ consiste en una ficción repartida en tres obras. Jorge Luis Marzo recuerda que en 1967, la NASA lanzó al espacio la Voyager II con 116 imágenes y una serie de sonidos para que, en caso de ser encontrado por los extraterrestres, pudieran conocer a la humanidad.
“Lo que nosotros nos hemos imaginado es cómo sabotear el augurio, así que hemos concebido la idea de que el 14 de marzo de 2020 un grupo de hackers interrumpió la señal de la nave espacial, forzándola a regresar”, expresa Marzo. “La ironía es que no fueron los extraterrestres los responsables, sino más bien la existencia de estos hackers que sabotearon el mito que afirmaba que la tecnología tiene la capacidad de resolver cualquier tipo de problema”.
Observamos un manifiesto elaborado por artistas anónimos, y aquí se presenta una investigación realizada en la Universidad de Damasco sobre la memoria de ese colectivo llamado Unfuture. “Esto se debe a que creemos que una parte importante de la práctica del arte contemporáneo y de la crítica cultural radica en literalmente desfuturizar estos imaginarios míticos que las tecnologías y las industrias oraculares están creando”. Tal y como resalta Jorge Luiz Marzo, “el futuro carece de urgencia, pero el presente sí es de suma importancia, ya que está aquí y ahora”.
También está el ‘Golden Record’ –aunque no es el disco original que lleva las ondas, sino una versión libre creada por ellos– “y lo que hace es mostrar imágenes seleccionadas por Carl Sagan que se enviaron al espacio para explicar iconográficamente qué es la humanidad y qué estamos haciendo en la Tierra”, confiesa Roc Albalat. “Parecía una historia fascinante que el colectivo Unfuture hackeara este disco dorado e introdujera una inteligencia artificial que comentara las imágenes de la Voyager”.
“Debéis ser conscientes de que las imágenes del año 67 fueron producidas por un grupo de ingenieros estadounidenses, de raza blanca, heterosexuales y adinerados… En resumen, representando una comunidad específica y cerrada”, agrega Jorge Luis Marzo. “Es fascinante observar qué hacen las personas que no pertenecen a la raza blanca (que rara vez están presentes frente a las máquinas) y qué hacen las mujeres que se encuentran allí; digamos que lo que hace es reproducir el propio conjunto de datos culturales de un momento”.
En relación con ‘Alconòstasi’, “nuestro punto de partida era considerar a la inteligencia artificial como una nueva divinidad”, reconoce Diego Díaz. “De hecho, en esta economía de la predicción, planteábamos cada vez más que esta inteligencia artificial aprende y se analiza sobre sí misma para mejorar continuamente”.
Además, está la noción de la inteligencia artificial general, así como el concepto de cuando las máquinas superen en inteligencia al ser humano, alcanzando la singularidad informática. “Estos dos conceptos están presentes y nos generan un sentimiento entre miedo y terror, aunque a veces también puede despertar un poco de ilusión –sigue expresando–, pero siempre tenemos imaginarios distópicos que nos acercan a la idea de una inteligencia artificial que aprende a reconocerse y se perfecciona de manera automática”.
A palabras de Diego Díaz, “desde una perspectiva positiva, proponemos crear un iconostasio de inteligencia artificial, fusionando la antigua tradición religiosa con el estado actual de las nuevas tecnologías, en cómo esa representación mística-religiosa de deidades se puede mostrar mediante esta estructura”.
El fenómeno de la cultura de la cancelación –que guarda una estrecha relación con la propia predicción– es sumamente complejo, y lo que se le pidió a la reconocida directora de cine Núria Giménez Lorang era que reflexionara sobre este tema en ‘Els descarts’.
Por un lado, ha remontado la película ‘Atracción fatal’ (1987) para interpretarla a la luz de la sensibilidad actual. “Es interesante ver en realidad cómo el pasado siempre lo vamos reconstruyendo con unas necesidades que tenemos de crear memorias acordes con los deseos que tenemos hoy”, declara Jorge Luis Marzo.
Por otro lado, ha generado una secuencia que recoge grandes bofetadas en la historia del cine –como la de Will Smith a Chris Rock en los Óscar–, e interviene en la mirada de los personajes que experimentan ciertos trastornos reproduciendo todos los tweets que se compartieron en esa jornada.
El objetivo es analizar cómo la gente deja de opinar libremente y se adhiere al discurso mayoritario que se va construyendo. “Por lo tanto, también está muy relacionado con la forma en que nuestras propias opiniones están vetadas, censuradas, construidas y alimentadas por esto”, tal y como explica Marzo.
El trabajo de Kriska Li ha sido esencial para centrar el relato de dos obras, una de las cuales parte del interrogante de qué sucede con los cuerpos. “Es decir, si nuestras identidades se reducen a un conjunto de datos, somos analizados y existimos como una radiografía dentro de procesadores, ¿cómo afecta esta representación de nosotros mismos a nuestros cuerpos?”, plantea Roc Albalat.
“A través de la figura de esta artista húngara, utilizamos un conjunto de 18.000 imágenes pornográficas para producir una película erótica creada por una inteligencia artificial”, continúa manifestando. “A partir de los fotogramas de este audiovisual, se extrajeron imágenes y se generaron pequeñas figuras que simbolizan cómo los cuerpos se ven afectados por la preeminencia de las identidades reducidas a datos”.
En la misma línea, Júlia Montilla nos presenta una interpretación de una acción llevada a cabo al final de la vida de Kriska Li. “Mediante una intervención biomediática, Kriska decide privarse de la capacidad de pensar a través de imágenes, explorando así la afantasia, una condición que afecta al 1 % de la población mundial y que impide la generación de imágenes mentales en el cerebro”, confiesa Roc Albalat.
De esta manera, Júlia cuestiona la centralidad del pensamiento basado en imágenes y plantea una ficción sobre cómo sería vivir sin esta capacidad. A través de testimonios de personas que experimentan esta enfermedad, así como de un video-ensayo llamado ‘No Signal Input’, reflexiona sobre las implicaciones que conlleva en sus vidas esta condición.
La pieza ‘Punto Nemo’ creada por Roc Parés representa un espacio particular: el lugar donde convergen todos los dispositivos enviados por los seres humanos al espacio. “En esencia, estamos planteando un discurso profundo y una reflexión sobre la materialidad última de todos estos mitos construidos por la humanidad”, declara Jorge Luis Marzo.
En esta ocasión, se nos presenta la transmisión en tiempo real de la señal de radio proveniente de la Estación Espacial Internacional. Lo más fascinante es que los astronautas, en intervalos regulares, envían imágenes a través de esta frecuencia. “Parés nos invita a reflexionar sobre ese tiempo presente que se construye de manera aparentemente trivial, pero que en realidad alimenta a todas estas industrias que nos imponen horizontes a los cuales parecemos estar obligados a seguir”, según el comisario Marzo.
Por último, el proyecto de María Cañas retrata cómo ‘El sueño torcido del arte contemporáneo’, representado por las bienales, ha resultado ser un fracaso tras el colapso del modelo comisarial y expositivo. Esta visión distorsionada ha sido respaldada por los círculos de poder que especulan con obras de arte escondidas en paraísos fiscales, agravando la pobreza y la explotación de numerosos artistas.
A palabras de Arturo Fito / Rodríguez “en la Sala Dormitori se estructura un eje claro basado en el oráculo, el iconostasio y la obra de María, que articula todo de manera efectiva”. Es importante mencionar que aquí se presenta un relato de ficción, y en este sentido es exigente desde el punto de vista del público, ya que, tal y como destaca Fito, “no es una exposición formalista, sino que requiere atención y tiempo; es una complejidad bendita frente a las cuestiones previsibles que a veces nos ofrece el arte”.