#MAKMAAudiovisual
‘Interior Berlanga’
Asesor de contenidos y director de los audiovisuales: José Luis García Berlanga
Comisarios: Sol Carnicero y Bernardo Sánchez Salas
Escenografía: Carles Berga
CaixaForum València
Ciutat de les Arts i les Ciències
Eduardo Primo Yúfera 1A, València
Hasta el 9 de junio de 2024
“Esta exposición es como abrir la puerta a un jardín secreto”. Lo dijo José Luis García Berlanga para referirse a ‘Interior Berlanga’, la muestra que reúne en CaixaForum València más de 300 objetos, documentos, fotografías y guiones gráficos en su mayoría inéditos para ofrecernos una mirada íntima del director de ‘Bienvenido Míster Marshall’, ‘Plácido’ o ‘El verdugo’. Un jardín secreto a veces cuidado que convive con otras zonas descuidadas, reflejo de la naturaleza contradictoria de su autor.
“Soy un anarquista de derechas. Estoy en contra de la sociedad burguesa, soy un sadiano puro, pero mi tripa es de un angelito”, tal y como recogen Manuel Hidalgo y Juan Hernández Les en ‘El último austrohúngaro. Conversaciones con Berlanga’. Esa naturaleza contradictoria, reflejo de la nuestra, es la que ‘Interior Berlanga’ ofrece en una exposición concebida a modo del característico plano secuencia del cineasta valenciano, recreado escenográficamente por Carles Berga.
Así, la muestra –“casi una casa museo de Berlanga”, por la cantidad de material depositado donde “se descubre lo que no se sabía de él”, admitió su hijo, creador de algunos de esos contenidos- permite realizar un recorrido revelador de la figura y el genio contradictorio del director de ‘Los jueves, milagro’, título muy a propósito de una exposición inaugurada, precisamente, un jueves 29 de diciembre de un año bisiesto, como recordó Álvaro Borrás, director de CaixaForum València.
“Mi padre era muy supersticioso, pero con respecto a los años bisiestos no lo era nada”, reconoció el igualmente director de los audiovisuales de un proyecto expositivo comisariado por Sol Carnicero y Bernardo Sánchez Salas. “Trabajar con él era una locura y un gozo”, aseguró Carnicero. “No solo es una exposición de cine, sino una muestra del tejido social de lo que estamos hechos todos”, añadió Sánchez Salas.
De manera que ‘Interior Berlanga’ se articula en torno al conjunto de paradojas que permiten definir tanto al propio Berlanga como a su obra, sin duda reflejo del autor, y en la que el propio espectador puede sentirse reflejado a poco que escarbe en la infinidad de detalles íntimos que conforma tanto su historia personal como la de ese tejido social del que todos formamos parte.
“Así se lo expresó el propio Berlanga al crítico y guionista Juan Cobos en una entrevista de 1961, con motivo del estreno de ‘Plácido’. La frase [“estoy mal preparado para el mundo del cine”], otra de las paradojas berlanguianas, reflejaba una constante en su persona, arraigada en el carácter español: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Presumía de poco preparado…cuando en realidad daba continuos ejemplos de conocimiento, cualificación y exhaustiva preparación”, tal y como se recoge en uno de los apartados expositivos.
El plano secuencia que dibuja el perfil de Berlanga pasa por la recreación del estudio que le servía de gabinete y refugio; por la escuela -igualmente recreada con sus pupitres de madera evocando los del cortometraje ‘El sueño de una maestra’-; un taller de cine; un pasillo con carteles de sus películas; una pequeña sala audiovisual donde se explican algunas de las características de su cine; un apartado dedicado al erotismo, para terminar con una gran traca final a modo de Falla con algunos elementos de sus películas: el motocarro de ‘Plácido’, la barca de ‘Calabuch’, las banderitas americanas de ‘Bienvenido Míster Marshall’ o la bicicleta y el retrato del torero Joselito de ‘París-Tombuctú’.
Hay multitud de detalles que obligan a afinar la mirada para descubrir los hilos que tejen tanto su biografía como la realidad social en la que se inserta. Boletos de lotería del número al que siempre jugaba la familia, el 0001; telegramas; hojas de diario; dibujos; ilustraciones; críticas de película, como la de ‘Rebeca’, de Alfred Hitchcock, con la que dice que “ha llegado a su cima la polémica sobre la expresión cinematográfica”, o libretas con anotaciones sobre las novelas eróticas que leía.
En este sentido, ‘Interior Berlanga’ acoge algunos fetiches del director de ‘Tamaño natural’ bajo el epígrafe de ‘Eros y miedos’, porque, como se dice en este apartado, “el miedo y la soledad” eran “temas mayores de su obra”, que Berlanga combatía con humor en tanto “herramienta de supervivencia”. “Lo que hay en mis películas es pesimismo, aunque recubierto con un sainete cómico”, llegó a decir el propio el cineasta valenciano.
De hecho, en su discurso de entrada en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, subrayó, de nuevo en torno al humor, que “permite explorar la naturaleza contradictoria del espíritu humano. La risa es un mecanismo de defensa hacia aquello que tememos”. Y dos de las cosas que más temía Berlanga eran las mujeres, a las que veía como seres superiores que te podían aplastar, y la muerte (su última película, ‘París-Tombuctú’, termina con un cartel en el que se puede leer: “Tengo miedo. L.”).
El miedo a la muerte aparece, a su vez, entroncado en la exposición con el grabado de Goya ‘Muchos han acabado así’, donde se representa una ejecución en el garrote vil. Una muerte igualmente ligada a una de sus obras más sobresalientes, ‘El verdugo’, donde la tragedia y la comedia van de la mano: “No es solo un alegato contra la pena de muerte, sino sobre las trampas invisibles que nos tiende la sociedad para reducir nuestra libertad”, afirmó el propio director.
Que ’Interior Berlanga’ sea un proyecto impulsado hace más de cinco años de la manera más sencilla, no exenta de ingenua solicitud, no deja de ser, después de todo, una nueva marca de lo berlanguiano. Como recordó Elisa Durán, directora general adjunta de Fundación “la Caixa”, corroborado por el propio José Luis Berlanga, todo comenzó con el siguiente mensaje escrito en el buzón de sugerencias de la web de la entidad bancaria: “Hola, soy José Luis Berlanga, hijo del director de cine, y tengo un archivo que no sé qué hacer con él”.
Poco después, el Ministerio de Cultura compró todo el archivo depositado en 70 cajas que, custodiadas en la Filmoteca Española, han sido objeto de investigación, catalogación y digitalización. Una selección de 300 piezas, de las 27.000 de que consta tal archivo, son las que ahora se muestran en CaixaForum València hasta el 9 de junio, para después viajar a otros centros de la entidad.
Sobre el hecho de que Luis García Berlanga sea “profeta en su tierra”’, como resaltó su hijo, aunque el archivo tenga su sede en Madrid, manifestó que, así como en Madrid “es una cosa más, en Valencia sería singular”, si bien escapaba a su voluntad la posibilidad de que el archivo estuviera finalmente en la capital del Turia: “Tiene muchos novios, entre ellos Valencia, pero las cosas de palacio van despacio, porque los ministros vienen y van”, subrayó.
Y, con respecto, al movimiento woke, que ahora asola el mundo de la cultura con sus vientos huracanados, en torno a la cancelación de obras que hieran la sensibilidad de distintos grupos identitarios, Berlanga aseguró que algunas películas de su padre “tendrían todos los problemas para su exhibición”. “Sería difícil hacer ahora ‘El verdugo’ o ‘Plácido’, porque hay una censura política y otra social que es especialmente preocupante”.
Volviendo a ‘Interior Berlanga’, es “la exposición que le habría gustado ver a mi padre” y el espectador podrá conocer “muchas cosas inéditas”. Además de algunas de las ya apuntadas, también conviene destacar la evocación de las películas de directores que le influyeron, como René Clair, G.W. Pabst, Fritz Lang o Jean Vigo; el guion para realizar un film nunca realizado con Charles Chaplin; su interés juvenil por la poesía, o un ejercicio dibujado por su alumno y actual director de cine Víctor Erice.
Todo ello permitirá conocer el genio de Berlanga, cuya biografía íntima se halla ligada, a través de sus películas, con la historia de la propia España, motivo por el cual el escritor Antonio Gómez Rufo lo calificó como “el mejor sociólogo español del siglo XX”, que el igualmente escritor Francisco Umbral apostilló a modo de pertinente cierre: “El sociólogo español que mejor se mete los dedos en la nariz” y cuyo cine “está como enzapatillado”.
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