Carles Alberola. Teatre Talia

#MAKMAEscena
‘Regala’m una nit’
Autoría y dirección: Carles Alberola
Intérpretes: Verònica Andrés y Carles Alberola
Ayudante de dirección: Toni Agustí
Teatre Talia
Caballeros 3, València
Hasta el 16 de junio 2024

Igual que hay malas rachas por eso de que las desgracias nunca vienen solas, también existen periodos de bonanza en los que los dioses nos son propicios, aunque, más que de dioses, hay que hablar de los frutos de un esfuerzo persistente en el tiempo.

Esta primavera, Carles Alberola disfruta de uno de esos momentos dulces. Celebra el treinta aniversario de la compañía Albena –que creó en 1994, junto a Toni Benavent– con el estreno en el Teatre Talia de València de ‘Regala’m una nit’, donde retoma los personajes de una de sus primeras y más representadas obras, ‘Mandíbula afilada’. Por otra parte, acaba de recibir el Premio de Literatura Dramática de la Crítica Valenciana por ’15 minuts amb tu’ y el de Lorena Palau de Rambleta, que le permitirá montar esta pieza.

‘Regala’m una nit’ es consecuencia de la complicidad que existe hace muchos años entre Albena Teatre y los hermanos Fayos, coproductores del montaje con Olympia Metropolitana, y también del fuerte vínculo que existe entre sus intérpretes: Verónica Andrés y Alberola en la piel de Laura y Joan, los protagonistas de ‘Mandibula afilada’ que se reencuentran ya en la edad adulta. De evocación cinematográfica, el cartel es obra de Ana Collado y Assad Kassad, y en el equipo figuran veteranos de la compañía como Rafa Piqueras o Toni Agustí. En esta entrevista para MAKMA, Carles Alberola resume su larga trayectoria profesional.

¿Cómo estás gestionando tantos éxitos simultáneos para que no se te suban a la cabeza?

La profesión teatral está llena de puntos de sierra. Después de unos años muy difíciles, todo el trabajo que hemos hecho está dando sus frutos. En nuestra profesión, el éxito consiste en tener continuidad y poder vivir dignamente. Por otro lado, a mi edad, lo único que me sube a la cabeza es la migraña.

Veinte años no son nada, pero treinta son muchos para una compañía de teatro. ¿Cuáles han sido las claves de su larga supervivencia?

Creo que Albena Teatre se ha mantenido en el tiempo porque hemos trabajado muchísimo en diferentes ámbitos, siempre buscando la conexión con el público. Y también porque hemos creado equipos de trabajo con gente de talento. Además, los proyectos audiovisuales nos han dado oxígeno para poder llegar a los treinta años de existencia.

Supongo que tu maridaje con Toni Benavent es una de esas claves. ¿Cómo funciona vuestra relación?

La vida te da privilegios. Yo tuve la suerte de conocer a Toni hace muchos años y de iniciar juntos esta aventura. Creo que somos complementarios en la visión de proyectos, en los que siempre buscamos lo que nos interese a nosotros con la esperanza de que también pueda interesarles a los espectadores Proyectos que esconden alguna verdad no dicha.

Precisamente, Toni aludía hace poco a tu capacidad excepcional de pasar rápidamente en tus textos de la risa al llanto o a la pena. ¿Es algo innato o lo has ido desarrollando?

Supongo que hay algo innato, pero el aprendizaje y la práctica de un oficio hace que vayas depurando tu escritura. Me gusta analizar aquellas obras que me han hecho vivir intensamente para descubrir por qué lo han conseguido. En mi profesión, nunca dejas de aprender.

¿Cómo crees que influye en tu faceta de dramaturgo el hecho de ser también actor, director y productor?

El hecho de tener compañía condiciona bastante el tipo de textos que te planteas, dando prioridad a los que puedas hacer realidad. A veces, me gustaría no depender tanto de una estructura pequeña como la nuestra y poder abordar proyectos más ambiciosos. Pero disponer de una productora propia nos ha dado la posibilidad de desarrollar un discurso escénico en el tiempo y hacerlo evolucionar.

‘Regala’m esta nit’ retoma los personajes de ‘Mandíbula afilada’, pero no lo consideras una segunda parte, sino una pieza autónoma. ¿Cómo has logrado hacerla independiente sin que pierda su aroma original, que los espectadores más mayores pueden reconocer?

Recuperar unos personajes y un espectáculo que hace veinticino años tuvo mucho éxito suponía ciertos peajes. A nivel estructural y de lenguaje, debía mantener el espíritu de la pieza original, pero debía ser un espectáculo autónomo del primero. El tiempo no ha pasado solo para los personajes, sino también para mí como autor. Hay muchas referencias, guiños, pero es una historia con identidad propia, espero que tan divertida como la original y, al mismo tiempo, un poco más dolorosa.

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En cuanto a ’15 Minuts amd tu’, se trata en gran parte del monólogo de un senyor desencantado de la vida, un cascarrabias aparentemente blindado frente a la realidad en una actitud de ermitaño del que, al final, conocemos su punto débil. ¿Te has autorretratado en este personaje?

Escribí ’15 minuts amb tu’ en el Laboratori d’Escriptura Insula Dramataria Josep Lluis Sirera, un proyecto maravilloso para todo autor. Fue el primero que abordé después de un año luchando contra el cáncer y supongo que brotaron muchas cosas que llevaba en mi interior. En cuanto a la aceptación favorable que ha tenido, creo que se debe a que los pensamientos del personaje central formulan un discurso que mucha gente comparte, pero que no se atreve a expresar. En todo caso, toda obra es autobiográfica, hasta el momento en el que te percatas de que no tienes la patente de ningún sentimiento, y que muchas de las cosas que piensas son compartidas por los espectadores.

La creación dramática es solitaria en la fase de escritura, al contrario que en los montajes, en los que se impone el trabajo en equipo. Pero, en tu caso, has escrito varias obras a cuatro manos. ¿Cómo se escribe teatro a dúo?

Escribir a cuatro manos es fantástico. He tenido la suerte de trabajar con gente de mucho talento, de los que he aprendido muchísimo. El proceso de creación conjunta se basa en la confianza y la generosidad.

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Después de tres décadas consagrado al teatro y al audiovisual, ¿te queda algún tema pendiente? ¿Ese papel soñado, un montaje especial o un asunto que tratar?

La verdad es que he cumplido muchos de mis sueños de niño. Pero todavía quedan algunas historias que contar. Hacer una película musical sería una de ellas.

Tras superar un grave enfermedad, ¿han variado tus prioridades a la hora de plantear y tratar unos u otros temas?

El cáncer puso del revés mi vida personal y profesional. Nada es igual ahora que antes de la enfermedad. Ahora sé que no quedan tantas historias que contar y selecciono más tanto los proyectos como las personas con las que los llevo a cabo. Solo una cosa no ha cambiado: la dedicación y la entrega absoluta.

¿Se podría decir que tus creaciones se mueven entre el drama y la comedia, la realidad y la ficción, los deseos y sueños fallidos en contraste con lo que el mundo realmente nos ofrece?

Me resulta difícil definir mis trabajos. Procuro no hacerlo. Pero es cierto que la realidad y la ficción conviven en la mayoría de mis obras. Tal vez porque no sé reconocer lo que es real. De hecho, creo que todo es ficción. Un relato que inventamos a partir de lo vivido.

¿Algún comentario sobre las expectativas del sector ante la gestión teatral del nuevo Gobierno autonómico?

Solo un deseo: respeto por la cultura, por la lengua y por los excelentes profesionales que hay en nuestra Comunidad.