«No importa de dónde vienes, sino adónde vas», de Carolina Punset
La actitud positiva, constructiva y dialogante, ha servido a Carolina Punset (Washington DC, 1971) para sentarse, negociar y trabajar con miembros de todos los colores políticos en el ayuntamiento de Altea (Alicante) donde es concejala. Es licenciada en derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Cooperación al Desarrollo y ONGS. En 2007 se presentó a las elecciones municipales de la citada localidad liderando un partido político de vecinos y consiguió romper con una mayoría al ser elegida en las urnas. Duplicó resultados en los comicios de 2011. Desde su primera elección ha desempeñado los cargos de concejala de agricultura, sanidad, participación ciudadana y residentes extranjeros. Durante este tiempo, Altea se ha convertido en un referente en materia medioambiental y agricultura ecológica. En la actualidad es responsable de la cartera de urbanismo, donde centra sus esfuerzos en la lucha contra un modelo de edificación insostenible, aprobando normativas proteccionistas de la riqueza natural del entorno. Activista e hija del divulgador Eduardo Punset, ha presentado en Lotelito, (Valencia), su nuevo libro: “No importa de dónde vienes, sino adónde vas”. Sus acciones poniendo en práctica el pensamiento ecologista la han llevado a experimentar su propia revolución. De un idealismo tenaz carente de prejuicios, surge una experiencia personal y colectiva llena de reconocimientos.
Pregunta: Ha conseguido hacer de Altea (Alicante) referente de la agricultura ecológica, ¿qué tal sienta eso?
Respuesta: Bueno… solo los idiotas se cuelgan medallas, ¿no? La verdad es que en general estamos muy contentos cumpliendo todos nuestros objetivos y sobre todo demostrando que la cultura ecológica es una opción realista, rentable y posible. Tratamos siempre de pasar de la teoría a la acción.
P: Al principio su idea generó muchas burlas, ¿qué le animó a seguir adelante?
R: Me ha ayudado mucho empezar a ver resultados y darme cuenta de que también son muchos los que nos apoyan.
P: Su padre es un referente en muchos ámbitos, ¿cuál es su mejor consejo?
R: Son muchos y muy variados los consejos que me ha dado mi padre a lo largo de toda mi vida, sin embargo, una de las cosas que más recuerdo es lo que me dice cuando trata de tranquilizarme: que nada me asuste, que pueda con todo y deje a un lado todo lo que no me haga bien o no me aporte nada.
P: ¿Es un apoyo que tres miembros de la familia escriban?
R: No sabría que decirte, la verdad. Quizá desde el punto de vista editorial, algo así no sería lo suyo, hay demasiada repetición del apellido, (ríe). Pero desde el punto de vista personal, creo que es algo a lo que no hay que darle demasiada importancia.
P: ¿Cree que cambiaremos en España a las listas abiertas?
R: Sí, estoy segura. Creo que es la única posibilidad que tiene, por lo menos la oposición, de recuperar votos, todos esos que ha perdido. Deberíamos plantear ese y otros cambios radicales.
P: ¿Qué destacaría de su trabajo en Médicos Sin Fronteras?
R: Estuve solamente un año o año y medio. Fue mi primer trabajo en Madrid. Destacaría la diferencia radical entre la gente que trabajaba en el terreno y la gente que trabajaba en Europa. He aprendido también que no se consigue llegar a tanta gente desde una ONG como desde la política. Lo que yo he vivido es que en las ONG la gente te ve un poco como si te metieras a monja, como una opción demasiado sacrificada y de entrega a los demás, ven así pocas transformaciones realistas, al contrario de lo que ocurre con la política, que crea esperanza y provoca ambición y fe para poder cambiar las cosas. Podemos cambiar mucho, la verdad, si no viera salida en nuestro país no habría escrito este libro, francamente. Lo he escrito porque le encuentro muchas salidas a este país, sobre todo relacionadas con la ecología, como son las energías renovables, la agricultura ecológica, la eficiencia energética y la rehabilitación, que son los 3 pilares en los que deberíamos basar una nueva economía. Así, por ello, intento trasladar propuestas inspiradoras que activen un nuevo despertar.
P: Ha afirmado en su libro, que La ciudad de Las Artes y las Ciencias, como muchos opinan, es un ejemplo de proyecto desproporcionado. Pero, por otro lado, atrae a mucha gente, sobre todo turistas que pueden ayudar a potenciar la economía de una ciudad como Valencia.
R: Sí, exacto, este es el gran debate. Yo personalmente, y a escala local, soy mucho más partidaria de las inversiones constantes y de mayor bien social. Este es un proyecto desproporcionado e imposible de alimentar y mantener frente a la conservación, recuperación y puesta en valor de otras opciones menos costosas. El arquitecto se ha preocupado más de dejar su huella a modo de firma que de integrar la obra como corresponde en el medio donde se ubica. Y ya que hablamos de arquitectura, hablamos del barrio de pescadores del Cabañal, donde ocurre todo lo contrario, este es un buen ejemplo de desprotección de nuestro patrimonio. Es un ejemplo perfecto de perversión política que se ha repetido hasta en la saciedad. Se trata de dejar que el entorno se degrade a todos los niveles, hasta un punto intolerante, incluido el de la seguridad ciudadana, y no invertir en infraestructuras, para restarle el apoyo popular que pueda tener.
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