#MAKMAEntrevistas
César Novella, fundador y director de NOVELLA GALLERY SAGUNTO
Av. del País Valencià 33, Sagunto (València)

Gracias a su ubicación –próxima a una estación de tren, una parada de autobús y una carretera nacional que sigue el trazado de la Vía Romana antigua que une Roma con Cádiz–, NOVELLA GALLERY SAGUNTO acorta la distancia con su potencial público en la capital. Capitaneado por César Novella, el espacio abrió sus puertas el pasado mes de diciembre con la muestra ‘El ritual de la lluvia’, de Pedro Kouba, y en los próximos días acogerá la ‘Terminología del anhelo’, de Ana Guallart. También en los próximos días César Novella leerá su tesis doctoral, titulada ‘Cul-de-sac: límite, trabajo y melancolía en 3 proyectos de comisariado de arte reciente español’.

Trueno‘, de Pedro Kouba. Fotografía cortesía de la galería.

Aunque quizás sea pronto para preverlo, ¿se espera una transición a corto o medio plazo de un espacio de proyectos de arte contemporáneo a una galería comercial?

Todo dependería del tipo de trabajo a desarrollar. La diversidad es bonita y necesaria, y, queramos o no, estamos todos continuamente en tránsito. Sí es cierto que a nivel nominativo yo provengo del mundo académico que pretende sistematizar tanto el concepto de proyecto como la labor del comisario de exposiciones, labor tan sujeta a vaivenes.

Aunque algún artista se entretenga en denominarme como artista, en función del papel que adopto en el desarrollo de los diferentes proyectos en los que ando metido, yo no encuentro diferencias más allá del calificativo a niveles de profesión. En este sentido, y si hubiera que calificar, me considero más bien profesor e investigador, pero la faceta galerística me la da el espacio ahora.

¿Consideras que son compatibles ambas morfologías?

En relación mucho más directa al tipo de trabajo a desarrollar, ambas morfologías son compatibles en la medida en que el espacio y su política lo permitan. Lo nuestro, evidentemente, no se trata de un negocio, y, en este sentido, la denominación “galería comercial” más bien haría justicia a la morfología del espacio que hemos elegido: abierta a la calle por una cristalera, bien iluminada y pequeña como un escaparate.

Si hablamos del concepto de proyecto en sentido amplio también considero todo –y me refiero a cualquier idea a desarrollar– un proyecto en la línea del período de la modernidad avanzada y, actualmente, ahí transitamos. Es un espacio más mental y teorizador que mostrativo, pero en él se muestra la mercancía –por usar la expresión exacta– en función de su estado avanzado, inserta en el mundo de la glocalidad creciente.

En tiempos de fomento de lo online, ¿qué anima a llevar a cabo un proyecto presencial como este y en este lugar?

La necesidad de salir a la calle, más que nada. En estos tiempos ya parece un lujo hacerlo. Sin duda, hemos sufrido un cambio de paradigma sistémico, y es decisivo. El hecho de escoger Sagunto también sería fruto de la necesidad, pero de contingencia, en este caso: proyectos pendientes de realizar, artistas pendientes de potenciar, escasez de ayudas y de espacios donde desarrollar mis ideas y las de otras personas que considero indispensables para entender el mundo del arte actual.

“Sin duda hemos sufrido un cambio de paradigma sistémico, y es decisivo”

¿Posee NOVELLA GALLERY un espíritu work in progress, superando una sistematización acotada o cerrada, con múltiples relaciones, vinculaciones y territorios como los presentes en el ‘Atlas Nemosine’, de Aby Warburg?

Sí. Buscamos relaciones permanentemente, como Warburg. Me identifico mucho con su manera de ver las cosas. Aby Warburg concibió ya con su ingente “biblioteca magnética” y con su visión holística antropológica lo que vendría después, ahora, en la historia del arte. El espacio lo dirijo yo mismo, pero dejo mucho espacio físico, mental y virtual, a los y las artistas para que amplíen mi labor, cosa que considero indispensable. De esa multiplicidad surge el conocimiento al que aludo, de ahí el intercambio.

La expresión inglesa que citas como espíritu resulta más adecuada a la hora de tener claro que todo no es azar, es más bien trabajo; reflexionar sobre el trabajo y lo que es, y en el tiempo en que sucede todo eso: un tiempo experiencial.

Interior del espacio durante la exposición ‘El ritual de la lluvia’, de Pedro Kouba. Fotografía cotesía de la galería.

¿Están programadas las propuestas que acogerá el espacio a corto o medio plazo, o vendrán definidas por circunstancias de cada momento?

El momento, en esta ocasión, ha sido altamente determinante para la configuración de las distintas propuestas elegidas que, sin preverlo, giran en torno a la expresión de “naturaleza muerta”, muy propia del léxico de la disciplina artística, pero también muy extrapolable a las circunstancias actuales.

Programación estable va a haber; de hecho, ya la hay. Llegué a finales de septiembre a la puerta de un garaje destartalado que ahora tiene nuestro logotipo. Ha sido como hacer una paella, sencillo pero intenso. Tanto la programación de exposiciones como el mural de la fachada van a cambiar con regularidad. Es muy probable que otro artista del territorio lo cambie a principios de septiembre, coincidiendo con una exposición suya en el interior.

Según destacas en tu proyecto de tesis doctoral, “Las posibilidades de generación de conocimiento que ofrece el proyecto de comisariado son, también, infinitas o, al menos, y tal como afirma el teórico del arte Paul Ardenne, como mínimo, ilimitadas” ¿Este carácter ilimitado abrirá las puertas a diferentes artistas y también a diferentes comisarios?

Me encantaría que algún comisario o comisaria se atreviera a proponerme algo. Sería estimulante y formaría parte de la idea de Ardenne del proyecto artístico como intercambio ilimitado de información en base a una realidad física que no se debe perder de vista.

Despúes de varios años de redacción de mi tesis doctoral, entiendo la realidad en analogía directa a la idea de democracia avanzada que Paul Feyerabend expone ya en los años setenta del siglo XX. La democracia como lo integrador, una relación con la realidad basada en la elasticidad incontrolable, húmeda y corpórea, donde desde el cuerpo flexible se cambia todo. El «todo es posible» que tanto me gusta. El «todo es imposible», que también. Este carácter ilimitado es el del arte en sí: generar obstáculos y superar los límites dados, emanciparse.

“El ‘todo es posible’ que tanto me gusta; el ‘todo es imposible’, que también”

El carácter infinito de las relaciones establecidas propiciadas por la activación de un proyecto de comisariado son análogas a las activadas por el mismo proyecto emancipatorio que, como todo el mundo sabe, define ontológicamente el proyecto de la modernidad, primero en fase ilustrada, ahora digital.

Un proyecto que está incompleto aún y esa no finitud es la interesante porque se puede intentar completar por cualquiera. Esa es la enseñanza de Andy Warhol, por ejemplo, y del arte pop en su estado avanzado que tiene ahora tanto éxito en Instagram, por decir un sitio online. Hay una necesidad de diversidad, ambigüedad y misterio de la que la cultura hace su razón de ser, per se. Se alimenta de esto, igual que la melancolía clásica se alimenta de las sensaciones para posibilitar una diferenciación de pensamiento.

Nosotros pensamos que en el intersticio es donde el arte hace de las suyas y prende la chispa de la hoguera que nos da cobijo en la cueva: en esa grieta del cristal del diorama representado por Pedro Kouba; en la gente que se asoma; en lo intempestivo del rayo que no se sabe cómo va a extenderse por el cielo.

El sol genera sombra porque algún objeto obstaculiza sus rayos. Las estrellas no solo existen en la noche. El color blanco como materia pictórica ocupa menos volumen que cualquier otro color; un kilogramo de blanco ocupa menos espacio en el cubo de hojalata que otro color y pesa lo mismo… Misterios.

César Novella

Ismael Teira