Dadá estuvo aquí
Chencho Fernández
FunClub Records
Es una pena que buena parte de los productos musicales nacionales más interesantes queden relegados o limitados a nivel local aunque nunca es tarde descubrirlos si la dicha es buena. Eso dicen. Y mi satisfacción, ahora, ya en el nuevo 2015, es tan grande con el último trabajo de Chencho Fernández que no tengo dudas en considerar ‘Dadá estuvo aquí’ como el disco más (o uno de los más) atrayentes y sugestivos en castellano que he escuchado de la añada 14 del siglo XXI. Merci, Monsieur DeVille, por este hallazgo, por este oasis.
Está resultando tanta la complacencia que era preciso documentarse en la medida de lo posible. Para quien tenga a bien leer el presente y no conozca al artista en cuestión se puede decir que nos hallamos ante un clásico, más bien de culto, en la escena sevillana, una escena semi-camuflada para la mayoría de aficionados al rock que habiten más allá de la ciudad que dicen que tiene (no lo dudo) un color especial. Decir, de paso, que de esta misma urbe he descubierto propuestas tan interesantes en los últimos años como Jose Casas y La Pistola de Papá, los News o All La Glory (precisamente miembros de estos últimos son los que predominan como músicos acompañantes del disco que nos ocupa).
Repasando la trayectoria pretérita de Chencho Fernández me ha servido, asimismo, para descubrir la banda donde militó a finales de los noventa, los Sick Buzos, gratísima sorpresa por ese sonido cercano a referentes de cabecera para el que suscribe como Galaxie 500 o los Feelies. Quizás algún día no muy lejano les dediquemos también unas letrillas.
En ‘Dadá estuvo aquí’, sin embargo, se muestra este artista en otra vertiente, con apariencia impasible e imperturbable pero capaz de transmitir la emoción de unas coplas que rezuman melancolía y algo de arrogancia en el sentido más rockero de la palabra. Tras una primera audición estaba clarinete, necesitaba más, aquí había material con jugo, ese que llega para quedarse, y encima en uno de mis idiomas de pila.
El abánico de sonidos que imperan en esta colección de perlas no hace perder ni un ápice su caracter homogéneo. Historias urbanas, amores, desamores, relaciones apasionadas, cuya trama parece consumarse mayoritariamente en Sevilla por las múltiples alusiones pero que el oyente podría cambiar el nombre de los lugares y trasladarlas a cualquiera de sus entornos habituales.
En total son diez cortes de un universo personal que musicalmente podría asociarse a la parte más melódica de Burning pero que a veces encuentra brochazos que se aproximan a Sabina, Calamaro o incluso a Ramoncín a nivel estatal y a referentes de la talla de Dylan, Lou Reed o Johnny Thunders dentro de esta especie de nuevo punto de partida desde su fichaje por Fun Club Records.
Esperando un cruce de caminos ahí queda esa instantánea de “La estación del Prado”, primera referencia que nos traslada a Sevilla. En cambio, nos aleja algo de ese entorno tanto la hermosa, con unos labios tentadores, bellísima “Muchacha rural”, o “La Garçonne”, que luce como una flor de laurel dentro de un ambiente bohemio parisino.
En “Este matrimonio no casa” muestra una cara, digamos, más crítica y mordaz, menos melancólica mientras que “El rayo está a punto de caer” es una brillantísima composición sobre un dandy conquistador. Enorme esa estrofa de “cuánto semen derrochado por el callejón dorado entre las muchachas en flor que van deshojando su amor”.
Un notable pildorazo powerpopero es “Radio Fun Club”, que entre incendios dentro del pantalón, posters y recuerdos hay incluso referencias a mujeres fatales de los primeros Burning en un homenaje a la sala sevillana. Otra que tal, quizás mi preferida, es “Dadá estuvo aquí”, la que da título al disco, con un riff pegajoso y con referencias a históricos sevillanos como los Tiernos Mancebos, Silvio,…: «Un momento detente aquí, mira esa fachada…»
Y de nuevo la mujer en el centro del deseo, del recuerdo, con una balada impactante titulada “La canción”. No me cabe la menor duda de que si llega a los oídos de la pasajera protagonista es imposible que la olvide: “…abrirás tus piernas y la sentirás entrar, abrirás tus brazos y la abrazarás,…”
De la cuna a la tumba, entre peajes y cambalaches, con una mirada retrospectiva en todo un recorrido vital se muestra “Si alguna vez mueres joven”. Esa mirada se revela después más evocadora entre un presente y un inminente futuro, en los más de siete minutos de “Una buena noche”, el tema que cierra un gran disco por el que creo que deberían sentir orgullo en primer lugar los sevillanos y después todos aquellos que sienten aprecio por el buen rock, ese que hoy por hoy escasea, en castellano.
* A los lectores interesados se les recomienda visitar el siguiente enlace: Bandcamp de Chencho Fernández.
JJ Mestre
* Publicado también en Espacio Woody/Jagger