#MAKMAArte
‘Dibujar es descubrir’, de Manon Delarue, Lucia Malerba, Sandra Mar, Regina Quesada y Lucile Soussan
Comisaria: Claude Bussac
Institut Français de Madrid en colaboración con la Casa de Velázquez
Galerie Du 10 del Institut Français
Marqués de la Ensenada, 12, 28004, Madrid
Hasta el 25 de octubre de 2024
La relación colaborativa entre el Institut Français de Madrid y la Casa de Velázquez obtiene como fruto la exposición ‘Dibujar es descubrir’, una muestra realizada por cinco mujeres con técnicas, soportes y visiones muy distintas, pero con un ingrediente principal en común: el amor por el dibujo; un arte que, lejos de estar subvertido a la técnica pictórica, supone un fin en sí mismo.
Manon Delarue, Lucia Malerba, Sandra Mar, Regina Quesada y Lucile Soussan, todas artistas que han sido y son residentes de la Casa de Velázquez, apuestan por una simbiosis artística donde la máxima es el arte del dibujo, bajo la mirada de la comisaria Claude Bussac, directora de estudios artísticos de la institución y pieza fundamental en este gran engranaje artístico.
El título de la exhibición, que toma prestada la célebre frase de John Berger, no pretende otra cuestión sino invitar a la reflexión sobre el acto primitivo de dibujar como una forma orgánica de observar y expresar la realidad que nos rodea, así como nuestros instintos más atávicos.
Un díalogo entre culturas y sensibilidades artísticas
En ella, tomando el dibujo como medio de expresión común, cada una de las cinco artistas hace suya la técnica, redefiniendo individualmente sus parámetros, pero cuyo resultado supone una propuesta firme y colectiva que busca revolucionar la concepción actual del dibujo contemporáneo y sus formas.
De los soportes y recursos más tradicionales, como el papel o la figuración, a los materiales más sorprendentes, como la animación 3D o la cerámica, pasando por la abstracción y la aproximación del personaje a través del medio natural, ‘Dibujar es descubrir’ irrumpe en Madrid para habitar el Institut Français por medio de la interdisciplinariedad creativa.
El proyecto, que supone “mucho más que una simple presentación de obras artísticas”, convierte a este emblemático enclave en un espacio de diálogo, no solo entre dos grupos de artistas residentes, sino también entre diferentes culturas y sensibilidades artísticas.
La muestra ofrece, así, a las artistas del año 2023-2024, la francesa Manon Delarue y la española Regina Quesada, la oportunidad de compartir e intercambiar experiencias y reflexiones con las nuevas residentes: la italiana Lucia Malerba, la española Sandra Mar (Beca Velázquez 2024-25 del Ayuntamiento de València y, recientemente, Premio Adquisición MAKMA en Abierto València 2024) y la francesa Lucile Soussan, quienes, al mismo tiempo, “se podrán nutrir de las anteriores”, como bien expone Claude Bussac.
Esta proactividad entre las diferentes artistas de la muestra tiene, también, como cuestión fundamental la disparidad de sus propuestas, pese a tener el dibujo como máxima común: “Asocié a estas cinco artistas porque tenían prácticas muy diferentes para mostrar la multiplicidad del dibujo contemporáneo”, nos ilustra Bussac.
‘El Cerrojo’ de Manon Delarue
Manon Delarue combina el comic, el dibujo y la instalación artística para explorar el fenómeno cultural, así como el mitológico. En esta exposición ahonda en la cuestión del deseo a través del dibujo, el cual refleja de manera veraz la influencia que el mito y la cultura tienen en nuestra forma de percibir el mundo.
Delarue nos deja, por tanto, obras como ‘El Cerrojo’, donde reinterpretará y denunciará la impasividad histórica hacia la violación y su blanqueamiento dentro del mito clásico.
La mano alzada de Lucia Malerba
Por su parte, la artista italiana Lucia Malerba destaca por su capacidad de captar el momento a través del dibujo a mano alzada, técnica muy recurrente en la ilustración y los filmes de animación. Malerba, que se encuentra experimentando, actualmente, con los nuevos formatos multimedia como la realidad virtual, ya ha realizado diversos cortometrajes que han sido premiados, intentando siempre crear una realidad inmersiva para poder contar una historia profunda e inmediata.
Cuerpo, amor y deseo en la cerámica de Sandra Mar
Cambiando radicalmente de propuesta creativa, encontramos también a Sandra Mar, especialista en cerámica, que utiliza el modelado en arcilla como soporte para sus dibujos y poemas. En ellos, la artista reflexiona, de forma siempre introspectiva, sobre las relaciones humanas a través de temas como el amor y el deseo, mediante la unión del cuerpo con el material escultórico, creando así una interrelación entre la experiencia física y emocional que queda patente a través de la forma plástica.
La memoria como herida incivil de Regina Quesada
La reflexión sobre la memoria histórica, así como la herida no cicatrizada del conflicto civil en España, también se hace presente en esta muestra. La española Regina Quesada explora, a través del dibujo contemporáneo, la cuestión de la memoria, centrándose en el impacto que la Guerra Civil ha tenido sobre el propio edificio de la Casa de Velázquez.
De esta manera, Quesada cuestiona el paso del tiempo, su impronta y las cicatrices imborrables del propio conflicto, que siempre quedarán tatuadas sobre las paredes del lugar en el que ella reside como artista.
La fauna marina henchida de luz de Lucile Soussan
Como culminación del proyecto expositivo, encontramos a la grabadora y dibujante Lucile Soussan, artista francesa que aúna arte y ciencia para reflexionar también sobre la memoria y el imaginario personal. Su obra, que puede recordar a trabajos como los de George Shiras por el enfoque gravitacional de la luz y la forma, busca captar la sutileza y complejidad de la fauna marina, con la luz como principal herramienta de transformación, pero siempre a través del dibujo y el grabado.
El dibujo como principio de toda forma de expresión artística
“El dibujo contemporáneo es un arte político y mental, pero que, a su vez, involucra al cuerpo”, compulsa la comisaria. Un consanguinidad que en la exposición ‘Dibujar es descubrir’ nos da la oportunidad “de dejar atrás la consideración del dibujo como una técnica sometida a los preceptos de la pintura, como una cuestión preparatoria, para descubrir que, realmente, es el arte más primitivo, el principio de toda forma de expresión artística”.
Fundamentos, tal y como refiere Claude Bussac, que nos exhortan a “empezar a vislumbrarlo como un vehículo directo de reflexión e investigación emocional y subjetiva que merece ser constantemente redescubierto y puesto en valor como manifestación única, que continua viva en la era de la postmodernidad”.
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