#MAKMAArte
Jorge Conde, Alberto Feijóo, Mar Juan y Paula Valdeón
Co-net, proyecto de residencias artísticas de Carlos Sebastiá y Agustín Serisuelo
Menador Espai Cultural
Plaça de l’Hort dels Corders 4, Castellón
Co-net, proyecto de residencias artísticas en torno al arte visual contemporáneo que comandan Carlos Sebastiá y Agustín Serisuelo, presentó en el Menador Espai Cultural de Castellón los trabajos de sus cuatro artistas residentes: Jorge Conde, Alberto Feijóo, Mar Juan y Paula Valdeón. Centrada en el análisis del territorio y los límites de la fotografía, la residencia que durante un mes han disfrutado los cuatro artistas, gracias al apoyo del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana, la Universitat Jaume I, el festival Imaginaria y la revista MAKMA, ha permitido desarrollar sus respectivos trabajos mostrados finalmente en el Menador.
Jorge Conde, mediante su proyecto ‘Inhabitable’, ha realizado una investigación artística centrada en el hecho de cómo “fracasar” 15 veces en el intento de habitar una serie de territorios inhóspitos en la ciudad de Castelló y sus zonas periurbanas. Lugares imprecisos donde la vida resiste o ha resistido bajo presión y se nos presenta como un residuo. En ellos, la vida se encuentra abandonada a la incertidumbre, ignorada o asfixiada por las fuerzas que gobiernan las regiones circundantes.
Para ello, Conde dice haberse propuesto “intervenir y habitar temporalmente y con medios precarios una diversidad de estos lugares olvidados por nuestra sociedad: descampados, fábricas, polígonos industriales, entornos de hospitales y cementerios, refugios de la guerra, puentes, túneles y otras infraestructuras, acequias y marjales, canales y desembocaduras fluviales, cruces de caminos, calles y tierras de nadie”.
“Mi objetivo era permanecer allí entre tres y ocho horas, lo suficiente como para experimentar el espacio con mi cuerpo y descubrir su hostilidad hacia la vida. Mi vida. Naturalmente se trataba de un intento especulativo y necesariamente abocado al fracaso, salvo por la carga vivencial y el aprendizaje personal que pude llevarme tras la ejecución de estas acciones aparentemente inútiles. La búsqueda de una reflexión forzosa sobre estos espacios de tensión y conflicto generados entre aquellos otros que sí interesa regular y proteger desde una perspectiva esencialmente funcional”, explica el propio artista.
Al hilo de lo anterior, Conde ha querido subrayar que la residencia Co-net Art ha superado “con creces” sus expectativas, hasta el punto que le sirvió para estimularle en planos muy diversos: “creativamente, humanamente, sensiblemente, socialmente y productivamente”. “Mi experiencia durante este tiempo podría sintetizarse de esta forma: “fracasar” para aprender, y aprender para profundizar, trabajar mejor, compartir experiencias y disfrutar más”, añadió.
Por su lado, Alberto Feijóo apunta que ‘Antídoto’ es un trabajo “sobre el reposo y la productividad y de cómo podemos combatir la inacción con rutinas y ejercicios diarios haciendo hincapié en la capacidad transformadora de lo insignificante”. Para la realización de este trabajo dice haberse situado en la intersección entre varias prácticas: la fotografía, el collage y el objeto encontrado.
¿Cuál es el antídoto para combatir la desidia? ¿Puede la distracción ser productiva?, se pregunta el artista, quien responde: “En este trabajo pretendo reflexionar sobre aquellas acciones rutinarias aburridas que realizamos todos y en las que adoptamos diferentes roles simultáneamente: productores, recolectores u observadores. Durante la residencia he realizado una serie de ejercicios como derivas a pie, encuentros dentro y fuera del estudio de trabajo o la recolección y documentación de objetos”.
A lo largo de las dos primeras semanas de la residencia se dedicó a explorar la ciudad de Castellón y a recopilar una serie de catálogos, octavillas y diverso material impreso promocional diseminado por la ciudad. “Esta acción”, señala Feijóo, “me permitió estar alerta a los mensajes que me mandaba la ciudad a través de sus reclamos publicitarios. Tanto las imágenes como los textos que encontraba me daban pistas de lo pasaba”.
A su vez, y como respuesta a ese primer ejercicio, fue fotografiando productos que compraba en el supermercado de al lado de casa y objetos que fue encontrando sobre todo en la periferia. El resultado final ha sido una publicación o libro de artista único en el que se mezclan imágenes propias y ajenas conformando un sándwich de múltiples pisos donde se generan nuevas conexiones y juegos entre textos e imágenes.
“Los retratos que aparecen en el trabajo son fruto de un interés en una generación futura e intentan representar la desidia con la que te enfrentas al inicio de algo nuevo y a la saturación de mensajes que emite un planeta en colapso”, explica Feijóo, quien agrega: “Como resumen diré que este trabajo trata sobre lo banal, poniendo especial atención a aquello que solemos realizar de manera casi mecánica y de cómo la imagen juega un papel importante en la relación que tenemos con el mundo”.
Mar Juan, por su parte, se pregunta: “¿En qué momento un objeto pasa de tener un valor funcional a uno emocional? O ¿en qué momento el valor emocional o sentimental de un objeto puede llegar a ser una función que nos salve, por ejemplo, del olvido de un momento o una experiencia pasada?”
Para ello, se vale de dos ventanas que nos invitan a pasar del exterior al interior de un hogar donde los objetos pasan a activar recuerdos, experiencias vividas, momentos que envuelven nuestra memoria y nos arropan. “Entre telas y elementos del entorno cotidiano se generan estratos que juegan y se relacionan para activar vínculos entre el pasado y el presente, entre lo intangible de la memoria (esta vez fotografiada) y la fisicalidad de una realidad tangible”, apunta.
“Todas esas pequeñas y grandes cosas que nos envuelven extienden nuestra corporeidad y nos permiten, por ejemplo, sujetar o contener elementos sin tener que usar nuestras manos”, trasladándonos “a un tiempo concreto y a unas acciones determinadas que se generan en un contexto específico. Todo un palimpsesto que amalgama tiempo, relaciones y el valor de aquello pequeño y desapercibido”, resalta Juan.
Paula Valdeón ha producido ‘12002 (Un amarillo’), libro de artista que recoge la parte sensible y más plástica de la ciudad de Castellón. A partir de una documentación fotográfica que aboga por imágenes muy pictóricas, el proyecto se centra en reconocer, como apunta Valdeón, “la afectividad material que despenden las calles de la ciudad, apuntando a los detalles más aislados de la decoración cerámica y la predominancia de los tonos amarillos en las pinturas de sus fachadas”.
“Bajo la idea de que toda materia es afecto, ‘Un amarillo’ propone un paseo estético por la ciudad para detenernos y poder acariciarla con la mirada”, concluye la artista, cuyo trabajo viene dado por su interés en cómo administramos lo decorativo en nuestras viviendas y en la arquitectura.
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