Agua de luna, de Compañía Improvisada
Espacio Inestable
C / Aparisi i Guijarro, 7. Valencia
Días 4 y 5 de enero de 2016
Casi la tercera parte de la superficie del planeta Tierra está cubierta de océanos y mares. El agua parece un bien inagotable. Sin embargo, de la cantidad total de agua sólo el 3,5% es dulce, y la apta para el consumo humano todavía más escasa. En muchos lugares de África y Sudamérica su consumo se encuentra limitado, tanto en lo que se refiere a cantidad como a redes de distribución. En un próximo futuro, debido al efecto del cambio climático y las consiguientes prolongadas sequías, todavía se acentuará más el déficit acuático.
Es importante concienciar a las nuevas generaciones sobre la necesidad de administrar este precioso elemento esencial para la vida y la supervivencia del hombre. Una de las formas más amenas y eficaces es hacerlo a través del arte, en concreto de la danza.
Danza y ecología
El agua fluye libremente, al igual que el movimiento y la música en Agua de Luna, un ballet ecológico que se representa en Espacio Inestable el 4 y 5 de enero. Cuenta la historia de Agua de Luna y Gotagualina, dos gotas de agua que viven en el mar, obligadas a separarse a causa de una fuerte tormenta. Una es arrastrada por el viento y otra engullida por las profundidades marinas. Así se inicia un original espectáculo que combina la danza, la ecología y la poesía para concienciar al público, a partir de los cinco años de la importancia del agua en la vida de la Tierra.
La danza se pone al servicio del medioambiente en un montaje dirigido e interpretado por los bailarines y coreógrafos Henar Fuentetaja y Miguel Tornero, integrantes de la Compañía Improvisada. “Promover el respeto por el agua, su uso y buen aprovechamiento, y mostrar al público la pluralidad de la danza, desde la danza clásica, la contemporánea, la española o el jazz”, es el objetivo de este montaje, según sus creadores. Subvencionado por CulturArts como proyecto emergente 2015, ha sido seleccionado para el catálogo Red a Escena 2016.
Viaje acuático
La coreografía describe el viaje de las dos gotas de agua. Su deseo de volver a casa, a la superficie del mar, les hace emprender una travesía en la que descubren diferentes paisajes del agua: grutas subterráneas, manantiales, ríos, lagunas, etcétera. En ellas conocen a seres mágicos que les enseñan a convivir de forma más ecológica con el agua y les ayudan en su camino de regreso a casa.
Los versos de Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda, junto a los de la cubana Dulce María Loynaz, el mejicano Gerardo Beltrán y escritor hindú Rabindranath Tagore, acompañan al espectador durante este paseo por el universo acuático.
Agua de luna persigue un triple objetivo, cultural, medioambiental y social. “Buscamos acercar la danza al público en general para una mejor promoción y difusión de ésta”, dicen los miembros de Compañía Improvisada. “Pero vamos más allá de la mera exhibición del espectáculo con un proyecto pedagógico que pone en relación la danza, la temática del montaje sobre el agua y la ecología, los aspectos literarios presentes en el mismo y la interacción e inserción de la danza en la Comunidad”.
El 4 de enero, antes de la función de las 18 horas se celebrará, a las 11, el Taller de Danza en Familia Agua de Danza en el que, a través de un enfoque lúdico, se tratará la temática de la obra y sus distintos componentes.
Bel Carrasco
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