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‘La Tercera Guerra Mundial ya está aquí’, de Cristina Martín Jiménez
Editorial Planeta
Ensayo. 2021
Cristina Martín Jiménez quería ser reportera de guerra. No logró cumplir su sueño, pero en cierta manera lo ha superado al convertirse en francotiradora en una contienda invisible a los ojos de la mayoría: La Tercera Guerra Mundial. Pues, aunque se pongan en solfa sus hipótesis y la desacrediten como una Casandra del siglo XXI, una conspiranoica de altos vuelos, el conflicto, afirma, ya ha comenzado y a largo plazo supondrá el fin de la humanidad tal y como la conocemos. El fin de la libertad individual, de las naciones, de la familia y de la conciencia personal. Un mundo robótico en el que la Inteligencia Artificial creará una minoría longeva y privilegiada frente a una masa amorfa y silenciosa.
Vetada en Antena 3 y en La Sexta por sus polémicas afirmaciones, Martín ha encontrado en la editorial Planeta una vía para difundir sus mensajes juzgados como apocalípticos y políticamente incorrecto. “No es contradictorio que Planeta publique mis libros, pues es una empresa mercantil cuyo objetivo es vender sus productos. Y mis libros se venden”.
Ha publicado cinco títulos en los que analiza las élites mundiales, el Club Bilderberg, sus estrategias de control y el lado opaco y más oscuro de la pandemia de la Covid. Sus rotundas opiniones pueden convencer o no, pero no dejan indiferente, y el caudal de datos que maneja es impresionante. “No tengo una computadora en la cabeza”, responde sonriente, “sólo es cuestión de muchas horas de trabajo”.
Tras su anterior título, ‘La verdad de la pandemia’, publica este otoño ‘La Tercera Guerra Mundial ya está aquí’ en el que augura que en esta contienda invisible las batallas se van a centrar en las luchas de las élites por el poder, el control de la ciudadanía a través del miedo y la manipulación, la censura y el debilitamiento de la sociedad en todas sus facetas. “La peculiaridad de esta nueva modalidad bélica consiste en que el atacado no se percate de las agresiones que recibe. La inteligencia del invasor es tal que ha logrado que muchos acepten e incluso deseen que se produzca el ataque”.
“Estamos inmersos en un conflicto invisible en el que esgrimen armas silenciosas, sutiles y discretas para anular la voluntad de los ciudadanos -añade Martín-. Se podría hablar de una especie de hipnosis coletiva que neutraliza los espacios de reflexión individual para alcanzar, no sólo el pensamiento único, sino también el sentimiento único”.
En este libro traza una crónica de guerra y un análisis de las armas utilizadas en ella. “El tiempo ha demostrado que las tácticas de la pandemia, del calentamiento global provocado por el hombre y la creación de líderes artificiales, de las que hablé hace once años en ‘Los amos del mundo están al acecho’, era cierta. Son armas de guerra diseñadas por las élites para matar, esterilizar y esclavizar a la humanidad con el fin de imponer un Gobierno mundial del que ya han hablado sin cortapisas Pedro Sánchez y Mª Jesús Montero. Un gobierno que ataca la privacidad mediante móviles, cámaras y otros medios intrusivos y vigilantes”.
El enemigo que actúa en las sombras y se erige como salvador del futuro y del planeta son “las élites financieras aglutinadas en el Club Bildelberg que desde la muerte de Rockefeller se dividen en dos facciones: el stablishment occidental y el comunismo chino. Dos facciones que son a la vez aliadas y enemigas, y que echan un pulso por hacerse con el poder mundial”.
Según Martín, la Agenda 2030 es el instrumento perverso del que se sirven. “La pandemia de la Covid ha ofrecido una magnífica oportunidad a los países miembros de la ONU para publicitar los objetivos de la Agenda 2030. ¿Quién se negaría a impulsar un proyecto cuya meta es defender a los pobres, el trabajo, los mares, los bosques, la educación, la paz? Nadie en su sano juicio. Pero la clave está en diferenciar el mensaje de la intención que oculta».
«La trampa se halla en que lo que nos cuentan sobre la Agenda 2030 es pura propaganda, una campaña de comunicación internacional cuyo objetivo es vendernos un producto: un futuro mejor para todos. El paraíso del transhumanismo. ¿Cuál es el mensaje y la intención ocultos? Que ese ‘futuro mejor’ existirá únicamente para la élite que financia la Agenda y que la prodiga en constantes campañas mediáticas”.
Además de la sugestión inducida y la propaganda, los líderes se valen del terrorismo mediático “caracterizado por su vocación internacional y por captar líderes carismáticos que difunden mensajes, dogmas, eslóganes y consignas por los medios e Internet”. De este modo, “las élites han dividido y polarizado a la sociedad, creando una especie de guerra de todos contra todos, intensificando la ofensiva con determinados idearios extremistas y empleándose a fondo contra quienes se consideran ‘enemigos’, bien sean los jóvenes de botellón o las personas que rehúsan vacunarse”.
“En último término y a largo plazo se trata de instaurar una especie de teocracia en la que actuarían como los antiguos dioses. El crecimiento demográfico, excesivo para su gusto amenaza su posición de poder y su forma de vida y pretenden diseñar un mundo a su conveniencia y a su medida”, concluye Cristina Martín.
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